Cada 18 de diciembre se celebra el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple (EM). Una enfermedad neurodegenerativa inflamatoria y crónica del sistema nervioso central y que, en el caso de España, afecta a más de 50.000 personas. Del total de casos registrados, tres de cada cuatro son mujeres (presentan un riesgo casi tres veces mayor que los hombres) de acuerdo a los datos ofrecidos por la Sociedad Española de Neurología.
Unos datos que revelan que cada año se diagnostican en nuestro país alrededor de 1.900 nuevos casos. Cifra que se traduce en 4,2 nuevos casos anuales por cada 100.000 habitantes. De estos, el 70% corresponde a personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años por lo que estamos ante una de las enfermedades neurológicas más frecuentes entre la población joven. Hay que destacar que existen también formas precoces y tardías de la enfermedad.
Estamos ante una enfermedad para la que no se conoce cura. Pero, por suerte, la industria farmacéutica ha desarrollado una férrea apuesta investigadora a lo largo de las últimas décadas. Los neurólogos aplauden la aparición en los últimos años de nuevos fármacos más eficaces a la hora de tratar la esclerosis múltiple.
El 70% corresponde a personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años por lo que estamos ante una de las enfermedades neurológicas más frecuentes entre la población joven
Unos fármacos que provocan menos efectos adversos en los pacientes, permitiéndoles llevar una vida normal. Muchos de estos conviven con la enfermedad desde hace 15 años y actualmente no presentan una discapacidad importante que les limite su día a día.
Los últimos datos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) informan de que actualmente existen hasta 15 tratamientos aprobados por la Unión Europea para la esclerosis múltiple, con capacidad para modificar el rumbo de esta enfermedad.
En este sentido, el primer medicamento contra la esclerosis múltiple que se lanzó al mercado apareció en 1995. En apenas 25 años se han producido grandes avances en el desarrollo de tratamientos de esta enfermedad con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes que la padecen.
El primer medicamento contra la esclerosis múltiple que se lanzó al mercado apareció en 1995
La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria del cerebro y de la médula espinal que cursa brotes desde sus inicios causando una degeneración neuronal. Motivos por los que la gran mayoría de las investigaciones se enfocan a intentar cambiar o eliminar tanto la inflamación como la neurodegeneración.
Miguel Ángel Llaneza, jefe de la sección de Neurología del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF) y coordinador del grupo de estudio de enfermedades desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica en el capítulo sobre esclerosis múltiple de la serie Diálogos Médico-Paciente, que en los últimos años es cada vez más frecuente poder diagnosticar de forma más precoz esta enfermedad, así como ofrecer tratamientos más personalizados.
“Y con la diversificación de los fármacos disponibles en este momento y de los que van a venir vamos a tener fármacos nuevos sobre todo para las formas muy inflamatorias de la enfermedad y con mejores perfiles de seguridad. Yo creo que el panorama es muy alentador y que les podemos dar esperanza a nuestros pacientes”.
Recalca la necesidad de “conseguir nuevos tratamientos”, ya que muchos pacientes iniciaron su enfermedad en una época en la que no se disponía de tratamientos. Motivos por los que un 75% de los afectados por esclerosis múltiple cuenta con certificado de minusvalía, un 50% necesita de apoyo para deambular y un 23% necesita silla de ruedas.