Las enfermedades relacionadas con el tiroides afectan en gran medida a los pacientes, tanto a nivel físico como psicológico. Además, muchas veces los síntomas se confunden con los de otras enfermedades, haciendo que se retrase su correcto abordaje y repercutiendo negativamente en su calidad de vida.
Por ejemplo, los pacientes con hipotiroidismo sienten cansancio, fatiga, falta de ánimo y tienen tendencia a un estado de ánimo bajo. Esto hace que sus síntomas se “solapen”, pudiendo llegar a parecerse a los de las patologías psiquiátricas.“A todo el mundo le duele, en ocasiones, una muela, la cabeza, la espalda, pero si se padece hipotiroidismo, estas dolencias se atribuyen a esta patología, por lo que se produce un círculo vicioso”, explica el Dr. Juan Carlos Galofré, miembro del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Sin embargo, no existe evidencia científica de que desemboque en una depresión, igual que no hay constancia de que la depresión pueda causar alteraciones en el tiroides. “Los síntomas se pueden confundir, pero no significa que una persona que tenga hipotiroidismo irremediablemente vaya a sufrir una depresión ni al contrario”, especifica el Dr. Galofré.
Dr. Galofré: “Los síntomas se pueden confundir, pero no significa que una persona que tenga hipotiroidismo irremediablemente vaya a sufrir una depresión ni al contrario”
Por otro lado, las personas que presentan hipertiroidismo están muy activos, lo que se puede confundir con un “estado maniaco”. También puede provocar confusión debido a que el paciente está más agitado por el desajuste de las hormonas tiroideas, pero solo es necesario “corregir esta disfunción”.
En este sentido, el especialista asegura que la interacción entre las Unidades de Endocrinología y Psiquiatría es importante, pero en la actualidad suele ser escasa. Por ello, aboga por su mejora y su incremento, del mismo modo que sucede con Medicina Nuclear y Cirugía.
El ámbito de las patologías tiroideas presenta numerosos desafíos, siendo uno de ellos el de adecuar el tratamiento de hasta un 15% de pacientes que, a pesar de que sus parámetros hormonales están ajustados, “siguen sin encontrarse bien”. Esto sucede en los pacientes que padecen hipotiroidismo autoinmune. “Se corrige el hipotiroidismo, pero al tener más predisposición a sufrir algunas enfermedades autoinmunes (intolerancia al gluten, dolores articulares, dificultad en digerir, etc.), no se encuentran bien y lo asocian con la enfermedad”, apunta el doctor Galofré.
Dr. Galofré: “Después de dar a luz, hasta el 10% de las mujeres suele tener hipertiroidismo, y más tarde hipotiroidismo, por lo que en ocasiones esto se pasa por alto y se califica como depresión postparto"
Por otro lado, está el reto de la tiroiditis posparto, que se produce en la mujer a los tres meses de haber dado a luz. Sus síntomas se atribuyen, en algunas ocasiones, a la depresión, pero se trata de una disfunción tiroidea que es crucial abordar.
“Después de tres o cinco meses de dar a luz, hasta el 10% de las mujeres suele tener hipertiroidismo, y más tarde hipotiroidismo, por lo que en ocasiones esto se pasa por alto y se califica como depresión postparto que, sin duda, existe también”, asegura el Dr. Galofré. Además, añade que “ante un posible cansancio, hay que descartar que no haya una disfunción tiroidea, y si al final se analiza al paciente y se determina que es un cuadro psiquiátrico u otra enfermedad, tratarle”.
Finalmente, el experto hace hincapié en la importancia de escuchar al paciente, para garantizar su bienestar emocional. “Hay que valorar al paciente en su totalidad, ya que la psicoterapia es fundamental, aunque el tratamiento esté correctamente administrado, porque a veces no se siente escuchado y le genera frustración”, concluye el experto.