El Departamento de Medicina y Cirugía Experimental del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) ha reformado su animalario; esto es, la instalación destinada a la estabulación, cría y mantenimiento de las diferentes colonias de animales de experimentación que proporciona a Ios investigadores el contexto necesario para desarrollar sus Iabores de investigación.
La reforma ha consistido en el revestimiento en PVC de suelos y paredes y en la instalación de techos continuos
“Las mejoras realizadas suponen una optimización del bienestar de los animales, que a su vez repercute en la obtención de datos de los procedimientos realizados en las instalaciones”, señala el Dr.Carlos Castilla, jefe del Departamento de Medicina y Cirugía Experimental del IIS-FJD y director de la instalación. En concreto, la reforma ha consistido en el revestimiento en PVC de suelos y paredes y en la instalación de techos continuos, lo que ha permitido mejorar la seguridad y facilidad de desinfección del departamento para poder implementar protocolos de seguridad biológica. “También hemos terminado de dotar a las instalaciones de la infraestructura necesaria para la estabulación de animales en las mejores condiciones higiénico-sanitarias y ambientales”, detalla el especialista.
En este sentido, Carlos Carnero, supervisor del área y responsable de Bioseguridad en el departamento, incide en la importancia de que los animales estén estabulados en las condiciones que exige la legislación para cada especie, empleando las jaulas y módulos establecidos. En concreto, el IIS-FJD cuenta con la infraestructura y autorización necesarias para albergar roedores de diferentes estirpes, lagomorfos, cerdos y danio rerio (pez cebra).
UNA IMPORTANTE LABOR DE INVESTIGACIÓN
El quirófano experimental trabaja fundamentalmente con el sector de investigación en el desarrollo y puesta en marcha de los modelos experimentales necesarios para las diferentes líneas de investigación, así como en el seguimiento y toma de diferentes muestras biológicas en dichos modelos. Igualmente, tal y como explica el Dr. Castilla, “un pilar fundamental del departamento es la docencia, donde colaboramos de forma activa realizando cursos y semanarios para estudiantes de Medicina y Enfermería de la Universidad Autónoma de Madrid a los que, entre otras tareas, se les enseña a suturar en simuladores”.
Por su parte, Carnero comenta que estas instalaciones son, además, el primer eslabón para la puesta en marcha de nuevas técnicas y avances quirúrgicos en las diferentes especialidades. “Por ejemplo, hemos puesto a punto un modelo de aneurisma bilateral en carótida de cerdo para ensayar y realizar nuevos materiales de embolización, en el que hemos podido formar a más de 400 neurorradiólogos intervencionistas, tanto nacionales como internacionales”.
LA ÉTICA Y LA BIOSEGURIDAD, IMPRESCINDIBLES EN LA INVESTIGACIÓN CON ANIMALES
Gran parte del trabajo de investigación con animales implica procedimientos sencillos que no producen dolor o sufrimiento significativo. Cuando se realizan procedimientos invasivos, como una cirugía, se trata a los animales con analgésicos y anestésicos para evitar todo tipo de daño. “La legislación española es muy estricta en este ámbito y obliga a justificar todo; y nosotros cumplimos todos los requisitos escrupulosamente”, indica Carnero. “Nuestro departamento está adherido a la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), lo que implica una transparencia total y absoluta en todo aquello que se realiza en las instalaciones -añade el supervisor del área-. Todos los procedimientos deben ser autorizados por parte de la autoridad competente y evaluados por un órgano habilitado y supervisado por un comité de ética que vela por las buenas prácticas”.
“Todas las personas que trabajamos con animales tenemos pasión por ellos y buscamos siempre lo mejor para ellos, asegura Carlos Castilla, explicando que todos los miembros del departamento cumplen las “3 R: reducción, para utilizar el menor número de animales posible; refinamiento, a fin de usar las mejores técnicas que infrinjan el menor daño al animal; y, por último, reemplazo, para que, en caso necesario, se busquen métodos alternativos al uso de animales”.
En cuanto a la bioseguridad, el animalario es un entorno muy protegido para animales y personas y solo se permite la entrada al personal con la debida formación y acreditación, comenta el responsable de este ámbito en el departamento. “Debemos proteger a los animales de cualquier infección, ya que somos nosotros mismos los portadores de muchas de ellas; y también se les protege de cualquier situación de estrés, ya que afecta muy negativamente al comportamiento y, en definitiva, a los resultados obtenidos”, incide.
Igualmente, en un animalario se pueden producir alérgenos o trabajar con sustancias radiactivas, sustancias peligrosas o patógenos que pueden suponer un riesgo para toda persona que quiera acceder a la instalación. “En nuestro caso estamos acreditados para trabajar con organismos modificados genéticamente de tipo I y II, puesto que disponemos de la instalación adecuada y del personal perfectamente formado”, asegura Carnero.