La Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) ha hecho público un documento en el que advierte de los efectos negativos que supone, tanto para los pacientes como para el sistema sanitario, destinar en exclusiva equipos de tecnología de imagen a determinados servicios clínicos o quirúrgicos fuera de las Unidades Asistenciales de Diagnóstico por Técnicas de Imagen (Uadti).
De esta manera, según los radiólogos españoles, esta situación de descentralización y dispersión de las tecnologías de imagen puede suponer un aumento de los costes, una gestión menos optimizada de los recursos materiales y humanos, una menor seguridad para los pacientes, una peor calidad asistencial y una atención sanitaria menos justa y equitativa.
En la actualidad, las Uadti centralizan los servicios de radiodiagnóstico de los hospitales, lo que garantiza, entre otras cuestiones, que los médicos y técnicos están cualificados para valorar si las pruebas prescritas son adecuadas, controlar la seguridad del paciente en lo que respecta a las emisiones de radiación o el uso de contrastes, así como realizar los informes pertinentes de manera clara y homogénea.
Como explica el doctor Pablo Valdés, vicepresidente de la Seram, “algunos centros hospitalarios públicos se están planteando invertir en resonancias y TC que van a estar fuera de los servicios centralizados de radiodiagnóstico y se van a destinar exclusivamente a determinados servicios clínicos como pueda ser cardiología; esto supone una discriminación para otros servicios y, lo que es más grave, para los propios pacientes”.
Según el vicepresidente de la Seram “no hay ningún argumento objetivo que justifique esta descentralización de los equipos de radiodiagnóstico”. “Estas tecnologías -señala el doctor Valdés- son caras y complejas, y es injusto hacer una inversión de este tipo para dedicarla a un único servicio clínico o quirúrgico para un determinado proceso o subgrupo de patologías cuando es necesaria para cuidar la salud general de la población”.
Además, según el informe, además de estos problemas relacionados con la calidad y la equidad de la atención médica, descentralizar las tecnologías de imagen médica puede generar también graves problemas en la seguridad de los pacientes y un incremento injustificado de los costes.
Además, en lo que respecta a la seguridad de los pacientes, los radiólogos advierten que la descentralización de la tecnología y su control por profesionales no radiólogos podría influir negativamente en la gestión de los criterios de radioprotección impuestos por la normativa europea (que deben transponerse a la legislación nacional en febrero de 2018) y empeorar la gestión de la dosis radiológica en la población.