Inmunosenescencia: proceso multifactorial que explica la vulnerabilidad de las personas mayores

La inmunosenescencia es un proceso que afecta tanto a la capacidad del huésped a la hora de responder a las infecciones como a la memoria inmune a largo plazo, especialmente la mediada a través de la vacunación.

Primer plano de una mujer de edad avanzada (Foto. Freepik)
Primer plano de una mujer de edad avanzada (Foto. Freepik)
CS
8 mayo 2021 | 00:00 h

¿Por qué las personas mayores han sido el grupo poblacional que se ha visto golpeado con mayor virulencia por el SARS-CoV-2? Para responder a esta pregunta debemos poner el foco en dos factores que confluyen en nosotros a medida que envejecemos. El primero de ellos hace referencia a las comorbilidades asociadas al envejecimiento. El segundo es la inmunosenescencia, la disminución de la competencia inmunológica como consecuencia de la edad. En el caso de las residencias de ancianos el riesgo es todavía mayor al ser entornos en los que conviven un gran número de adultos mayores incrementándose la exposición al virus y el consecuente riesgo de infección.

La inmunosenescencia es un proceso que afecta tanto a la capacidad del huésped a la hora de responder a las infecciones como a la memoria inmune a largo plazo, especialmente la mediada a través de la vacunación. Las personas mayores de 80 años tienen muchas más probabilidades de fallecer como consecuencia de la Covid-19 que los menores de 40. Un resultado en el que no solo intervienen las enfermedades subyacentes sino también el envejecimiento inmunológico.

Los cambios que se producen a través de nuestra red de células inmunes a medida que pasan los años son complejos. Los científicos que estudian el envejecimiento del sistema inmunológico señalan que su comprensión puede conducir no solo a una idea más clara sobre cómo la edad se relaciona con la vulnerabilidad ante las enfermedades, son también con el desarrollo de mejores tratamientos y vacunas.

El envejecimiento está caracterizado por cambios multifacéticos en el sistema inmunológico que conducen a una reducción progresiva de la capacidad de generar respuestas celulares y de anticuerpos eficaces contra infecciones y vacunas

Es necesario señalar que la inmunosenescencia es una condición multifactorial que se traduce en problemas de salud de importancia entre la población de edad avanzada. Si atendemos a cómo se produce la disminución de la función inmune asociada con la edad debemos poner el foco en una serie de cambios biológicos asociados al envejecimiento que resultan claves a la hora de entender no solo este proceso sino también sus consecuencias:

  • Disminución de la capacidad de auto-renovación de las células madre hematopoyéticas (son las que dan origen a los leucocitos). Un proceso motivado por el daño oxidativo que se produce en el ADN como consecuencia del avance de la edad y la actividad metabólica celular, sumado al acortamiento de los terminales teloméricos de los cromosomas.
  • En las personas de edad avanza se produce una importan reducción de la cantidad de fagocitos y una notable disminución intrínseca de su actividad bactericida.
  • Se produce una reducción de la inmunidad humoral motivada por la disminución de la cantidad de células B, productoras de anticuerpos junto con una menor diversidad y afinidad de inmunoglobulinas.
  • La evidencia científica ha demostrado que la citotoxicidad de las células asesinas naturales, así como la función presentadora de antígeno de las células dendríticas se reducen con el paso del tiempo.

A medida que envejecemos nuestro organismo experimenta una reducción de la producción de nuevos linfocitos inmaduros y de la competencia funcional de las células de memoria. Una ecuación que se traduce tanto en un incremento de la frecuencia como de la gravedad de enfermedades con cada vez mayor prevalencia como los trastornos crónicos o inflamatorios. A lo expuesto a lo largo de estas líneas se suma el problema de que, en la mayoría de los casos, las infecciones en personas ancianas se presentan con síntomas inespecíficos provocando retrasos en los diagnósticos y, a su vez, con la eficacia de los tratamientos.

El envejecimiento está caracterizado por cambios multifacéticos en el sistema inmunológico que conducen a una reducción progresiva de la capacidad de generar respuestas celulares y de anticuerpos eficaces contra infecciones y vacunas. La inmunosenescencia puede estar afectada por factores genéticos y extrínsecos (nutrición, actividad física, comorbilidades, estrés físico y mental o exposición previa a microorganismos, toxinas o tratamientos farmacológicos).

La inmunosenescencia es una condición multifactorial que se traduce en problemas de salud de importancia entre la población de edad avanzada

En consecuencia, a esto las formas en las que la inmunosenescencia se presenta son proteicas y varían tanto a nivel poblacional como individual. En base a esto surge el concepto “Bioage” para describir el hecho de que la edad real no es la cronológica sino la biológica. La comprensión de las contribuciones de factores intrínsecos y extrínsecos podría desentrañar los mecanismos que conducen a la disminución progresiva de la competencia inmunológica con la edad e identificar los medios para retrasarla y contrarrestarla.

Los programas de vacunación dirigidos a adultos son ahora más importantes que nunca. Los cambios demográficos y el progresivo envejecimiento de la población requieren del desarrollo de vacunas eficaces y seguras para los adultos mayores. Muchas de las vacunas actuales son recomendadas para su uso en personas mayores como estamos viendo en caso de la Covid-19 pero su eficacia y cobertura pueden ser reducidas en los segmentos más ancianos de la población.

Es necesario comprender que el problema del envejecimiento de la respuesta inmune exige enfoques interdisciplinares entre científicos, epidemiólogos, médicos y autoridades de salud públicas. Una conjunción que puede derivar en la creación de un marco conceptual que facilite el desarrollo de vacunas y estrategias más apropiadas para proteger de forma más eficaz a las poblaciones que envejecen.

Ante esta fotografía los expertos instan a aumentar los estudios que tengan en cuenta el estado inmunológico especial de las poblaciones que envejecen. La comprensión de estos cambios inmunológicos puede ayudar a encontrar mejores tratamientos y aumentar la eficacia de las vacunas. Además, no solo pueden enfrentarse a esta situación los ancianos, sino que algunos jóvenes podrían experimentar este tipo de alteraciones de su sistema inmunológico como consecuencia de la Covid-19.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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