Contar con un sistema inmune sano es fundamental para defender el organismo de las agresiones externas e infecciones que pueden aparecer con el paso del tiempo. Especialmente si tenemos en cuenta que la esperanza de vida es cada vez mayor gracias a los innumerables avances que se han producido a lo largo de las últimas décadas en el cuidado de nuestra salud. Hecho que se traduce en poblaciones cada vez más envejecidas. En el año 2050 el número de personas en todo el mundo mayor de 60 años se habrá triplicado.
A medida que aumenta nuestra edad, el reto que se nos plantea es mantener una buena capacidad funcional y un alto nivel de independencia, y la energía suficiente para disfrutar la vida. Para lograrlo, lo primero que debemos hacer es comprender el proceso de envejecimiento.
El envejecimiento es un proceso biológico y fisiológico irreversible, que implica un declive de nuestras funciones, pero de causas aún desconocidas. Es un proceso tan complejo, que no nos afecta a todos por igual. Es más, en cada uno de nosotros se manifiesta a un ritmo distinto en cada uno de nuestros órganos. En un estudio reciente, se han identificado hasta nueve señales que describen el envejecimiento. Una de estas, y la que parece ser más determinante, son los cambios en el sistema inmune. Este declive del sistema inmune con la edad tiene un nombre: inmunosenescencia. Explica por qué a medida que somos más mayores, somos más susceptibles y vulnerables frente a las infecciones y otras enfermedades. Sin embargo, también sabemos que la inmunosenescencia no nos afecta a todos por igual.
Está estudiado que, por ejemplo, hacer ejercicio de forma mantenida retrasaría nuestro envejecimiento inmunológico, y que no fumar ni beber, comer mejor y bajar nuestro estrés podrían también retrasar el declive fisiológico causado por la edad
“Mantener un estilo de vida saludable puede ayudarnos a envejecer mejor. Es lo que hemos llamado inmunofitness”, explican desde GSK que ofrece a través de su página web y perfil de Twitter una serie de recomendaciones para mantener el correcto entrenamiento del sistema inmune y que se sustenta sobre cuatro pilares fundamentales:
- Cuidar el sistema inmune
- Seguir una alimentación saludable
- Mantener una vida activa
- Tener una mente sana
Está estudiado que, por ejemplo, hacer ejercicio de forma mantenida retrasaría nuestro envejecimiento inmunológico, y que no fumar ni beber, comer mejor y bajar nuestro estrés podrían también retrasar el declive fisiológico causado por la edad.
Porque sí, el envejecimiento es un proceso inexorable que llegará tarde o temprano, pero está en nuestra mano entrenar nuestra salud para combatir sus efectos y vivir el mayor tiempo posible con calidad de vida.