Cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de cáncer de mama en el mundo a lo largo de su vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denuncia que la mayoría de los casos y muertes por esta enfermedad se registran en los países de medios y bajos ingresos. El claro ejemplo en la disparidad que existe entre las distintas naciones radica en el nivel de recursos económicos la encontramos en las tasas de supervivencia: la supervivencia al cáncer de mama a cinco años supera el 90% en los países de altos ingresos mientras que en otros como India o Sudáfrica apenas alcanza el 66 y el 40%, respectivamente.
En este contexto cobra especial relevancia la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama (GBCI, por sus siglas en inglés) establecida por la OMS en 2021. Una iniciativa que actúa como punto de encuentro común de todos los agentes y sectores implicados con la misión de reducir el cáncer de mama en un 2,5% cada año durante un periodo de dos décadas. El GBCI brinda orientación a los gobiernos sobre cómo fortalecer los sistemas para detectar, diagnosticar y tratar el cáncer de mama, y aprender a manejar así sus capacidades para poder hacer frente además a otros tipos de cáncer.
Recientemente la OMS ha publicado una actualización del GBCI con el propósito de fortalecer el compromiso de las naciones en la lucha contra el cáncer de mama e incidir en la importancia de los tres ejes expuestos como dinamizadores de las acciones que permitan alcanzar las metas. Inequidad es un concepto inherente al cáncer de mama si establecemos comparaciones entre países debido a problemas como los retrasos en los diagnósticos, falta insuficiente de acceso a los tratamientos y fallas en la cobertura sanitaria universal.
El documento focaliza su atención en la combinación de los programas de detección y diagnóstico temprano, los servicios de diagnóstico rápidos y accesibles (para distinguir entre tumores malignos o anormalidades) y la multimodalidad efectiva desde el punto de vista de las terapias (incluyendo cirugía, radioterapia y regímenes de tratamiento sistémico contra el cáncer), son las únicas vías que han demostrado tener éxito hasta el momento en la reducción de la mortalidad por cáncer de mama. “Estas estrategias no son alternativas. Es necesario poner en marcha las tres en secuencia para lograr reducciones significativas de la mortalidad”, aseveran los expertos rubricantes del informe.
Los países en los que la mayoría de los casos se diagnostiquen en una etapa tardía es poco probable que mejoren sus tasas nacionales de mortalidad por cáncer de mama, frente a aquellos en los que se registra una reducción sostenida. La detección temprana por sí sola tampoco puede contribuir a reducir la tasa de mortalidad, incluso en aquellos casos en los que los tumores son diagnosticados en etapas tempranas si se carece de capacidades asistenciales y terapéuticas.
“Si se aplica lo que ya sabemos que da resultado se podrán obtener importantes mejoras en el tratamiento del cáncer de mama a nivel mundial”
Para asegurar la viabilidad de las metas el documento pide asegurar una atención integral del manejo del cáncer y la adaptación de las prácticas y enfoques sostenibles a los contextos locales y los recursos disponibles en los países de medios y bajos ingresos. El objetivo es asegurar la viabilidad y la calidad en estos países proporcionando información basada en evidencia para establecer recomendaciones para un enfoque por etapas e implementar intervenciones enfocadas en mejorar la detección precoz, el diagnóstico y el tratamiento. Además, el seguimiento y la evaluación relacionados con estas intervenciones también se recomiendan antes de la ampliación de los programas existentes, al igual que se recomienda encarecidamente aumentar la participación y la inversión que permitan la sostenibilidad de los programas.
Una revisión efectuada por la OMS en 2021 en 184 países identificó dos características presentes en los sistemas nacionales de salud asociados con una menor mortalidad por cáncer de mama en las tasas estandarizadas por edad: un mayor número de centros públicos de atención al cáncer de mama y mayores grados de cobertura universal. “Ni la creación de centros oncológicos públicos ni el establecimiento de la cobertura sanitaria universal son intervenciones simples, especialmente cuando deben darse pasos significativos para el fortalecimiento de los sistemas sanitarios. Sin embargo, estos hallazgos ilustran que cuando los pacientes no tienen acceso al diagnóstico y al tratamiento, o cuando estos dependen del bolsillo del paciente, previsiblemente conducen a interrupciones de los tratamientos o abandono, lo que no contribuye a disminuir las tasas de mortalidad”.
El tratamiento del cáncer de mama puede ser sumamente eficaz, con probabilidades de supervivencia que superan incluso el 90% en algunos casos cuando el diagnóstico de la enfermedad se produce de forma temprana. Tal y como señalábamos al inicio de estas líneas en los países con más recursos económicos se han logrado importantes avances en la mejora de las tasas de mortalidad del cáncer de mama. El GBCI busca hacer extensibles estas a las naciones con menos recursos donde ya se cuenta con algunas herramientas normalizadas, pero el camino que todavía queda por recorrer es largo.
La gran mayoría de los medicamentos que se emplean para el tratamiento del cáncer se encuentran incluidos en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS. “Si se aplica lo que ya sabemos que da resultado se podrán obtener importantes mejoras en el tratamiento del cáncer de mama a nivel mundial”, enfatiza la OMS.
Cumplir con el GBCI es de suma importancia. Entre 1980 y 2020, en los países de ingresos elevados la mortalidad por cáncer de mama normalizada por edades se redujo en un 40%. Los países que han tenido éxito en sus esfuerzos por reducir la mortalidad por cáncer de mama han logrado una disminución anual del dos al cuatro por ciento. Si la mortalidad anual mundial consiguiera reducirse en un 2,5%, entre 2020 (se registraron más de 2,2 millones de casos y alrededor de 685.000 muertes) y 2040 se evitarían 2,5 millones de muertes por cáncer de mama.