La vacunación en pacientes con comorbilidades: el gran reto de salud pública

Pese a que la necesidad de vacunación contra distintas infecciones es cada vez más conocida entre las personas con diferentes patologías, todavía queda mucho camino que recorrer desde las consultas médicas

Arranca la vacunación contra la gripe, la Covid-19 y el VRS. (Montaje: Consalud)
8 octubre 2024 | 11:00 h

Actualmente un 25 % de la población española sufre alguna enfermedad cardiovascular, también son comunes las respiratorias: el 9,1 % enfermedad respiratoria obstructiva crónica (EPOC) y aproximadamente un 5 % asma, asimismo son numerosas las personas con enfermedades renales, hepáticas… todas ellas son patologías crónicas, todas con un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes. Enfermedades que pueden empeorar con infecciones como la gripe, la Covid-19, el neumococo o el herpes zóster, y causar unas complicaciones que hoy por hoy son prevenibles gracias a las vacunas contra los virus y bacterias que las causan.

Sin embargo estos pacientes con patologías crónicas que empeoran con infecciones respiratorias, o aquellos con tratamientos inmunosupresores que debilitan su sistema inmune con estas patologías, no cuentan con una tasa de cobertura vacunal tan óptima como los expertos recomiendan y que precisa su salud. Una situación que se repite entre todos los grupos poblacionales.

Según los datos del Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad (SIVAMIN) referentes a 2022, de la gripe solo el 61,57 % de los mayores de 65 años están inmunizados, aumentando al 75,27 % en el caso de los mayores de 75 años, y cayendo al 20% en los adultos menores de 64 años. En el caso del neumococo la tasa de vacunación no cubre apenas al 50 % de los mayores de 60 años y contra la Covid-19 solo se vacunan de la pauta completa el 46 % de los mayores de 60 años.

"Es necesario que principalmente los médicos de Atención Primaria lleven a cabo la educación sanitaria del paciente e informe del amplio abanico de la inmunización”

No existen datos de los pacientes inmunosuprimidos o con patologías crónicas, pero se conoce que la tasa de inmunización es igualmente baja, como trasladó a este medioLucía Expósito, presidenta de la Asociación Crohn y Colitis Ulcerosa (ACCU). Una situación que se contrapone a los altos beneficios que estas vacunas aportan a los pacientes con problemas cardiovasculares, respiratorios, renales, neuromusculares, hepáticos, con patología autoinmunes con diabetes o con obesidad mórbida; o aquellos con tratamientos inmunosupresores.

LOS BENEFICIOS DE LA VACUNACIÓN EN ESTAS PATOLOGÍAS

Los pacientes con patologías anteriormente citadas pueden llegar a desarrollar complicaciones graves e incluso morir en el caso de infectarse por virus como el influenza, causante de la gripe. Neumonía o exacerbaciones en el caso de la EPOC o el asma, que pueden llevar a la muerte. En el caso de las enfermedades cardiovasculares se ha demostrado que el riesgo de mortalidad es de 2,5 veces mayor en caso de infección respiratoria, como recoge un artículo publicado en la Revista Española de Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Estas complicaciones, que requieren ingresos hospitalarios y pueden llevar a la muerte, se pueden evitar con las vacunas. La concienciación y visibilización de esta realidad a la sociedad y a los pacientes más vulnerables es un desafío al que se enfrentan los diferentes agentes del sistema sanitario. Las consultas médicas y de enfermería son los lugares claves para hacer llegar estos mensajes. “Además de campañas, es necesario que principalmente los médicos de Atención Primaria lleven a cabo la educación sanitaria del paciente e informe del amplio abanico de la inmunización”, señala a ConSalud.es el Dr. Fernando Moraga-Llop, portavoz y vocal senior de laAsociación Española de Vacunología (AEV).

"No todas son estacionales, la del neumococo o la de la tosferina, por ejemplo, se pueden poner cuando uno quiera, lo que facilita la adherencia”

En este sentido, continúa, es importante que esto profesionales informen de los beneficios de las vacunas, de los periodos de administración, de, en definitiva, la importancia de administrársela. “No todas son estacionales, la del neumococo o la de la tosferina, por ejemplo, se pueden poner cuando uno quiera, lo que facilita la adherencia”, incide el Dr. Moraga-Llop. “Dependiendo de la característica de cada paciente y del patógeno del que se trate se tendrá que vacunar de forma más o menos frecuente”.

Al mismo tiempo, el ex presidente de la Asociación Catalana de Pediatría recuerda que los avances en el conocimiento de los distintos patógenos existentes está permitiendo desarrollar diferentes vacunas que en un futuro podrían proteger frente a otras patologías que hoy en día no cuentan con una herramienta de prevención efectiva en adultos.

En este contexto, la última incorporación a este arsenal terapéutico ha sido la vacuna contra el VRS, comercializada para mayores de 60 años y cuya indicación recientemente se ha ampliado a las personas de entre 50 y 59 años. “Sin embargo, el Ministerio de Sanidad todavía no ha dado sus recomendaciones y seguimos a la espera para su incorporación oficial al Calendario de Vacunación”, denuncia el experto.

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