El nombre del profesor de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y director del Grupo de Genética de Micobacterias, Carlos Martín, está irremediablemente ligado a la investigación de la tuberculosis. Un trabajo que ha dado un paso de gigante tras aprobarse que la vacuna contra esta enfermedad, en la que llevan centrados más de 25 años, pase a la fase 3, es decir, la última fase. En esta, se demostrará que la MTBVAC (Micobacterium tuberculosis vacuna) es efectiva contra la tuberculosis pulmonar en niños y que es más eficaz que la actual vacuna BCG, que tiene 100 años de antigüedad.
"Nuestra vacuna está basada en cepas aisladas de humanos, con lo que se diferencia totalmente con la vacuna actual, porque la BCG se produjo a partir de una cepa aislada de las vacas y, en esa atenuación, perdió una región que es muy importante para la inmunidad de la tuberculosis humana, que es la región que denominamos FD1, y aquí tenemos gran número de antígenos que, por todos los experimentos que hemos realizado anteriormente en modelos animales, vemos que es necesario para esa protección contra las formas respiratorias de la enfermedad", responde Martín a preguntas de Consalud.es. "La actual vacuna BCG se sigue utilizando en el 90% de la población que lo necesita, tiene una cobertura altísima para proteger contra la mortalidad infantil y las formas diseminadas, pero no contra las formas respiratorias que en verdad son las que nos están dando estas cifras tan altas", explica el científico.
Si la vacuna METBVAC pasa esta tercera fase, podría estar disponible en algo más de 5 años
Ahora es el momento de la prueba de fuego y, si la pasa, la nueva vacuna contra la tuberculosis podría estar disponible en algo más de 5 años. Se trataría de una dosis única tras el nacimiento y no haría falta trasportarla en condiciones especiales, lo que la hace idónea para poder llegar a países menos desarrollados. Para demostrar su eficacia el método es sencillo, se va a vacunar a la mitad de los niños de la muestra de cuatro centros en Sudáfrica, un centro en Senegal y otro centro en Madagascar con BCG y a la otra mitad con MTBVAC y "se van a ir guardando los casos que vayan apareciendo en sobres cerrados y y luego vamos a ver cuál es la protección de la vacuna".
Sin embargo, siempre hace falta financiación, sobre todo en esta fase y más teniendo en cuenta que, según el doctor Martín, apenas hay conciencia pública del peligro que supone esta enfermedad. "La tuberculosis parece que es una enfermedad del pasado. Hablamos de una enfermedad romántica que aparece en las óperas, aparece en poetas del siglo XIX, pero es tan antigua como la humanidad y es la enfermedad que más gente ha matado en la Historia", recuerda Carlos Martín.
"La tuberculosis es tan antigua como la humanidad y es la enfermedad que más gente ha matado en la Historia", explica Carlos Martín
De hecho, hasta la llegada del Covid-19 en 2020, era la enfermedad infecciosa que más mataba, cifras que están volviendo a resurgir en este 2023. Pero lo más preocupante, explica el investigador, no es la enfermedad en sí, que con un diagnóstico acertado tiene cura, sino, por un lado, que no se diagnostique lo suficiente y, por otro, los casos resistentes a los fármacos.
Con respecto al primer punto, señala que, en caso de no detectar la enfermedad a tiempo, tiene un 50% índice de mortalidad. Por ello, insiste en que el Covid-19 ha sido "un desastre" para la tuberculosis, porque ha hecho que se reduzcan los diagnósticos de la enfermedad.
El Covid-19 ha sido "un desastre" para la tuberculosis, porque ha hecho que se reduzcan los diagnósticos de la enfermedad
Haciendo referencia al segundo punto preocupante, Martín advierte: "De los 10 millones de nuevos casos que hubo en el año pasado, medio millón son resistentes a los fármacos". "Si una enfermedad respiratoria que se puede transmitir por vía respiratoria multirresistente vuelve a nosotros, no tendremos tratamiento. Por lo tanto, es muy importante para la erradicación de la enfermedad tener una vacuna eficaz contra las formas respiratorias de la enfermedad", insiste el científico que defiende que trabajar en prevención es, por tanto, el único camino.
El suero se ha desarrollado con financiación pública, tanto nacional como de fondos europeos: "Estamos hablando de enfermedades que afectan a otros y la idea es que nuestra vacuna sea universal, accesible y asequible para los países que más lo necesitan". En 2008 se unió al proyecto una compañía biotecnológica española, Biofrabri, para el desarrollo industrial de la misma. Aun así, siguen necesitando financiación que "lo ideal" es que sea pública y altruista para poder conseguir una vacuna universal y accesible.
"El desarrollo de esta vacuna sería un hito muy importante en la historia de la salud humana y se trata de un proyecto plenamente español"
Tal y como explica Martín, del Covid-19 lo que se ha aprendido "cuando se quiere" se pueden acelerar los procesos para producir vacunas, ya que se han conseguido en un año. Por ello, insiste en seguir intentando recaudar fondos "de organizaciones nacionales, de bancos, de personas que estén interesadas altruistamente en poder desarrollar la vacuna, que sería un hito muy importante en la historia de la salud humana".
Con todo ello, concluye: "Debemos estar como país orgullosos de que estamos trabajando en una vacuna contra la enfermedad que más muertes produce en todo el mundo. Y, si consiguiésemos esta vacuna, sería esencial para poder erradicar la enfermedad. Con un diagnóstico, un tratamiento y una vacuna es la única forma que tenemos de protegernos de la tuberculosis. Se trata de un proyecto plenamente español".