La influenza estacional (gripe) es una infección respiratoria aguda causada por los virus de la influenza que circulan por todo el mundo. Se han identificado cuatro virus de la influenza estacional (A, B, C, y D), siendo los virus de la influenza A y B los que provocan las epidemias estacionales.
Los virus de la influenza A se clasifican en subtipos atendiendo a las combinaciones de hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA), las proteínas que están presentes en la superficie de los virus. En la actualidad se ha detectado la ciruclación en humanos de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2). Cabe señalar que el virus A(H1N1) también se conoce como A(H1N1)pdm09 debido a la pandemia que provocó en el año 2009 y que reemplazó posteriormente al virus de la influenza estacional A(H1N1), circulante antes del referido año.
En el caso de los virus de la influenza B, estos no se clasifican en función de subtipos, sino que se dividen atendiendo a los linajes. Los virus de la influenza B que se encuentran en circulación en la actualidad pertenecen al linaje B/Yamagata o B/Victoria.
Los virus de la influenza C se detectan con menor frecuencia y se caracterizan por provocar infecciones leves, por lo que no representan un problema para la salud pública. Por último, los virus de la influenza D afectan principalmente al ganado y no se tiene constancia de que cuenten con capacidad para producir infecciones en seres humanos.
De acuerdo con la última actualización realizada por la Organización Mundial de la Salud (3 de octubre de 2022) sobre la situación actual de los virus de la influenza, la actividad se mantiene baja, siendo los virus de la influenza A(H3N2) los que predominan.
En las zonas templadas del hemisferio sur, la actividad general de la influenza pareció disminuir aún más durante el periodo que comprende el informe, excepto en Sudáfrica donde se ha experimentado un incremento.
Los virus de la influenza C se detectan con menor frecuencia y se caracterizan por provocar infecciones leves, por lo que no representan un problema para la salud pública. Por último, los virus de la influenza D afectan principalmente al ganado
En Oceanía las detecciones que se han realizado de la influenza son de A(H3N2), con una actividad en niveles bajos. En los países del Caribe y América central la actividad se mantiene baja, con predominio en las detecciones de A(H3N2). Misma situación que en los países tropicales de América del sur y África tropical. El norte de África no ha reportado detecciones de influenza.
En el caso del sudeste asiático el informe revela que las detecciones predominantes de los virus de la influenza corresponde a A(H1N1)pmd09, y también se ha reportado la presencia de virus de influenza A(H3N2) e influenza B. la zona de Asia central no ha reportado detecciones de influenza. En el este de Asia A(H3N2) continúa disminuyendo en China, aunque los virus de la influenza han comenzado a aumentar su presencia en algunos de los países de Asia occidental, concretamente en los ubicados en la península arábiga.
Si ponemos el foco en la región de América del norte vemos que la actividad de la influenza es la esperada para esta época del año. Entre los pocos virus subtipificados predomina A(H3N2). La situación es similar en Europa donde A(H3N2) comienza a aumentar en algunos países.
La OMS incide en que la forma más efectiva de prevenir la enfermedad es la vacunación. Las vacunas seguras y efectivas se utilizan desde hace más de 60 años. Es importante señalar que la inmunidad generada disminuye con el tiempo, por lo que la vacunación anual es recomendable. Especialmente en el caso de los grupos más vulnerables y en un contexto en el que la pandemia provocada por la Covid-19 no ha acabado.
La vacuna contra la influenza es más eficaz cuando los virus que se encuentran en circulación se combinan con los que contienen las vacunas. El problema reside en que los virus de la influenza se encuentran en constante evolución, por lo que el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Influenza (GISRS, por sus siglas en inglés) de la OMS, actualiza la composición de los virus de la influenza que contienen las vacunas dos veces al año.
Desde hace ya muchos años la OMS actualiza su recomendación sobre la composición de la vacuna trivalente dirigida a los tres tipos de virus más representativos en circulación: dos subtipos de virus de la influenza A y un virus de la influenza B. desde la temporada de influenza en el hemisferio norte 2013-2014, se recomienda un cuarto componente para apoyar el desarrollo de vacunas tetravalentes, incluyendo un segundo tipo de los virus de la influenza B.