Así se actúa ante la sospecha de virus emergentes: “Depende del grado de contagiosidad y letalidad”

La preparación para el transporte de pacientes con enfermedades emergentes es fundamental en la prevención de epidemias, y la formación del personal junto con el uso adecuado de recursos especializados es clave para garantizar la seguridad

Julia García Gozalbes, experta en infecciones en urgencias del grupo INFURGSEMES de SEMES explica el protocolo ante la sospecha de virus emergentes (Foto cedida a ConSalud)
25 octubre 2024 | 16:00 h

El aumento de virus emergentes y la potencialidad tanto contagiosa como mortífera de estos, hace fundamental el trabajo de los profesionales sanitarios en la sospecha de estos pacientes y su correcto manejo. En este aspecto, el transporte de pacientes con sospecha de virus emergentes es una tarea altamente especializada que requiere de protocolos rigurosos y estrictas medidas de seguridad que se aplican para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas

"No todas las enfermedades emergentes tienen la misma potencialidad de contagio”, afirma en declaraciones a ConSalud.es, Julia García Gozalbes, experta en infecciones en urgencias del grupo INFURGSEMES de SEMES. Explica que el manejo de una posible enfermedad emergente comienza desde el primer contacto del paciente con el sistema de salud, sea en el domicilio o en el hospital: “Cuando el paciente dice que tiene fiebre, se deben hacer una serie de preguntas que pueden alertar de una potencial enfermedad emergente”.

En cuanto al transporte interhospitalario de pacientes con sospecha de virus emergentes, García Gozalbes destaca que los protocolos pueden variar según la comunidad autónoma, ya que las competencias están transferidas. "En Cataluña, por ejemplo, hay unidades específicas dentro del Servicio de Emergencias Médicas dedicadas a estos casos", mientras que en otras comunidades es el servicio del 061 el encargado de los traslados con personal especializado.

"El transporte de estos pacientes debe seguir estrictos protocolos, incluyendo la desinfección y vigilancia del personal”

El personal encargado del transporte incluye tanto técnicos de emergencias como enfermeros, todos con una capacitación específica para manejar situaciones de alto riesgo. Además, los recursos utilizados para el transporte también son especiales. "Hay dos formas de preparar las ambulancias: forrarlas con un material impermeable para facilitar la desinfección o trasladar al paciente en una burbuja, una camilla cubierta que permite al paciente respirar y estar confortable sin riesgo de contaminación externa", describe García Gozalbes.

Y es que no todas las enfermedades emergentes requieren las mismas medidas de seguridad. Según García Gozalbes, "existen enfermedades que se transmiten por el aire, por contacto directo, o por vías menos comunes como la transfusión o el contacto vertical madre-hijo". En función del tipo de virus, se utilizan diferentes niveles de protección: "Hay una clasificación internacional llamada BICSL (Biosecurity Level) que determina el nivel de protección adecuado según el tipo de patógeno". 

Uno de los puntos clave que destaca la experta es que "el riesgo de contagio no siempre está relacionado con la letalidad del virus". Aunque enfermedades como el virus de la gripe pueden ser muy contagiosas, otras fiebres hemorrágicas, como el Ébola o el virus de Marburgo, con mayor letalidad, requieren medidas mucho más rigurosas para evitar su propagación durante el transporte. Por ejemplo, para un virus como la gripe aviar se requiere un nivel de protección menor en comparación con el Ébola, que aunque no se ha confirmado su transmisión aérea, requiere trajes de aislamiento con respiración autónoma y descontaminación química.

"El riesgo de contagio no siempre está relacionado con la letalidad del virus"

El protocolo de coordinación entre el equipo de transporte y los hospitales también está establecido y "funciona como cualquier emergencia", indica García Gozalbes. Cuando un paciente muestra síntomas de una posible enfermedad emergente, el centro coordinador activa las unidades especializadas y avisa al hospital de referencia, que debe contar con instalaciones como cámaras de presión negativa para evitar que el aire contaminado se escape.

Después del traslado de un paciente, el personal encargado debe seguir un protocolo estricto de desinfección y desvestirse adecuadamente para evitar contaminarse. "El mayor riesgo está cuando te quitas el material contaminado, no tanto al estar con el paciente", destaca García Gozalbes. Además, estos profesionales permanecen bajo vigilancia pasiva durante un tiempo, aunque no necesitan estar en aislamiento a menos que se confirme un diagnóstico positivo.

Aunque en España no se activan con frecuencia los protocolos para el transporte de pacientes con sospecha de virus emergentes, García Gozalbes menciona que los casos más comunes suelen ser fiebres provenientes de zonas con potencial riesgo de enfermedades hemorrágicas, que en la mayoría de las ocasiones resultan ser dengue o malaria. "Afortunadamente, a día de hoy, seguimos los protocolos, pero la activación real ha sido mínima desde los casos de Ébola que vivimos hace algunos años", reconoce la experta que concluye recalcando que “la formación y su realización desde la más estricta pulcritud es lo más importante en este tipo de transportes”. 

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