El sarampión se erige como una de las enfermedades más contagiosas de las que la humanidad tiene constancia hasta la fecha. Hasta la introducción de la vacuna en 1963 y se lograra generalizar su uso el mundo registraba importantes epidemias cada dos o tres años que llegaban a provocar cerca de dos millones de muertos. El sarampión está causado por un virus de la familia de los paramixovirus y se transmite a través del contacto directo y del aire. Este infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo.
La vacunación contra el sarampión está considerada como uno de los grandes logros en materia de salud pública a nivel global de las últimas décadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre los años 2000 y 2017 la vacuna contra el sarampión evitó 21,1 millones de muertes, logrando un descenso de las muertes por sarampión en este periodo del 80%.
Ahora los avances logrados parece que están comenzando a verse comprometidos como consecuencia de las interrupciones de los programas de vacunación de rutina como consecuencia de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. Recientemente la OMS, de forma conjunta con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), advertía que en 2021 casi 40 millones de niños no habían recibido la primera dosis de la vacuna contra el sarampión. El documento revela además que hasta 14,7 millones de niños no han completado la pauta de vacunación indicada.
“Después de un periodo de detección muy baja de sarampión en la región europea de la OMS en 2021, los casos ha ido en aumento desde principios de 2022. Las brechas de inmunidad persistentes y las dosis de vacunas perdidas debido a la pandemia de Covid-19 han dejado a muchas personas, especialmente niños, susceptibles a esta enfermedad potencialmente mortal”, advierten desde la OMS Europa.
Ante este escenario el organismo pide que se adopten las medidas necesarias con carácter urgente para identificar a todas las personas que no recibieron las dosis de las vacunas que les correspondían, con énfasis en los niños, y diseñar así estrategias específicas para los entornos locales que posibiliten aumentar las coberturas vacunales. El objetivo que se persigue es claro: “evitar el resurgimiento del sarampión y otras enfermedades graves prevenibles mediante vacunación”.
Después de los grandes brotes de sarampión registrados en 2018 y 2019 con cerca de 200.000 casos notificados, la cifra se redujo drásticamente en 2020 con poco más de 12.000. En 2021 tan solo se registraron 159 casos de sarampión en 22 países europeos. Dato que se elevó en 2022 hasta los 904 casos en 27 países.
"Como hemos visto con demasiada claridad durante la pandemia de Covid-19, a menudo aquellos que más necesitan protección tienen menos probabilidades de recibirla"
La OMS Europa pone de relieve que todos los países de la región han tenido que hacer frente a importantes obstáculos para mantener la cobertura de vacunación en niveles previos a la pandemia. Además, las coberturas vacunales no solo muestran diferencias entre las distintas naciones sino que también dentro de estas. “Algunos países han podido realizar actividades de recuperación entre las olas pandémicas de Covid-19 y mantener niveles deseables de cobertura. En otros, la inmunización de rutina ha sido interrumpida o pospuesta por un periodo considerable entre partes significativas de la población nacional”, expone la OMS Europa en un comunicado.
Otro problema al que tienen que enfrentarse ahora los países europeos es que muchos de los programas complementarios de inmunización que estaban previstos antes de la pandemia se han visto afectados. Y no solo la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 ha supuesto un duro golpe. La guerra en Ucrania o el reciente terremoto de Turquía enfrentan a estos países impactos en términos de provisión de servicios de vacunación de rutina, lo que aumenta el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas.
“Todos merecen a increíble protección que brindan las vacunas”, declara el doctor Nino Berdzuli, director de la División de Programas Nacionales de Salud de la OMS para Europa. “Pero, como hemos visto con demasiada claridad durante la pandemia de Covid-19, a menudo aquellos que más necesitan protección tienen menos probabilidades de recibirla. No dejar a nadie atrás requiere un enfoque urgente doble: debemos fortalecer nuestros sistemas de inmunización para abordar los desafíos de la inmunización de rutina y, al mismo tiempo, esforzarnos por llegar a los más vulnerables con las vacunas contra la Covid-19”.
Motivos por los que la OMS Europa refuerza un mensaje de salud pública clave: mantener una cobertura de inmunización de rutina de al menos el 95% con dos dosis de una vacuna contra el sarampión interrumpirá la transmisión del virus, y evitará el surgimiento de grandes brotes. Además, también es fundamental aumentar la concienciación entre los profesionales sanitarios y la sociedad sobre los riesgos que plantea la enfermedad.
La OMS pide a los países que garanticen sistemas de vigilancia suficientemente sólidos que permitan la detección e investigación de los casos sospechosos sin demora y evitar así una mayor transmisión. Razón por la que las naciones tienen que estar preparadas para responder de forma temprana y eficaz ante el surgimiento de brotes de sarampión.