El riesgo de la inacción en hepatitis C: “Puede aumentar la transmisión y retrasar su eliminación”

Además de continuar con el cribado y tratamiento de la hepatitis C, también es importante involucrar al privado del sector salud para conseguir su eliminación

Análisis de sangre positivo en hepatitis C (Foto. Freepik)
Análisis de sangre positivo en hepatitis C (Foto. Freepik)
Itziar Pintado
31 julio 2024 | 16:00 h
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Más de un 95% de las personas diagnosticadas con hepatitis C se curan con los tratamientos actuales. Sin embargo, se calcula que en España, aún quedan unas 20.000-30.000 personas con infección activa por VHC que carecen de diagnóstico y por tanto no se han tratado. Así lo afirman los datos del Ministerio de Sanidad, que reflejan la importancia de seguir trabajando en estos casos, algunos de ellos con formas avanzadas de enfermedad hepática crónica y muchos afectando a población vulnerable con escaso contacto con el sistema de salud

Lo cierto es que, aunque se han logrado avances muy significativos, tanto en prevención como en tratamiento, la inacción frente a los casos no diagnosticados podría aumentar la tasa de reinfección. “A nivel de salud pública, la disminución en los diagnósticos puede condicionar un aumento en la transmisión del virus en la comunidad y un retraso significativo en el progreso hacia la eliminación de la hepatitis C”, como explica la Dra. Esther Molina Pérez, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela en una entrevista a ConSalud.es.

En cuanto a las consecuencias individuales, la especialista afirma que la falta de diagnóstico conlleva la falta de tratamiento eficaz y la ausencia de curación, por tanto, estos pacientes estarán expuestos al “riesgo de progresión de la enfermedad hepática, con la disminución en su calidad de vida” y, en consecuencia, “puede provocar complicaciones graves como cirrosis o cáncer de hígado”. Además, esta situación también puede tener graves impactos sociales, como la dificultad de acceso a tratamientos para personas vulnerables; o a nivel económico, como el aumento del coste que supondría atender a pacientes no diagnosticados y con complicaciones.

“Un infradiagnóstico de la hepatitis C provocaría un aumento del número de casos, causando la pérdida de oportunidades de tratamiento para los pacientes y, por tanto, progresaría la enfermedad hepática en fases más avanzadas”

Precisamente, la inacción puede provocar lesiones en el hígado y aumentar la prevalencia de las enfermedades derivadas de la hepatitis C. Como explica el Dr. Agustín AlbillosMartínez, jefe de Servicio de Gastroenterología en Hospital Ramón y Cajal y Presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva, aunque actualmente la incidencia en España es baja, “un infradiagnóstico de la hepatitis C provocaría un aumento del número de casos, causando la pérdida de oportunidades de tratamiento para los pacientes y, por tanto, progresaría la enfermedad hepática en fases más avanzadas”.

La falta de acción también tendría una repercusión económica, que a su vez se relaciona con el tratamiento de estas enfermedades derivadas de la hepatitis C. “Aumentarán los costes de la atención médica, tanto del seguimiento en caso de pacientes diagnosticados en estadios avanzados, como de las complicaciones derivadas de la cirrosis o del desarrollo de un cáncer de hígado”, indica la doctora del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico de Santiago de Compostela.

También la disminución de la productividad conlleva un gasto económico. “Se ha demostrado en pacientes infectados por hepatitis C un aumento de absentismo y presentismo, lo que en conjunto supone una merma de productividad. Una población menos saludable y productiva puede tener un impacto negativo en el crecimiento económico general”, comenta la  experta.

EL GRAN RETO: SEGUIR TRABAJANDO EN EL CRIBADO Y TRATAMIENTO

En nuestro país se han tomado varias medidas para asegurar el control de la hepatitis C. Ejemplo de ello es la puesta en marcha del Decálogo para la eliminación de la hepatitis C, un documento impulsado por la Asociación Española para el Estudio del Hígado y AbbVie, y que ya se está poniendo en marcha en muchos hospitales de España.

A esto se suma el trabajo de las comunidades autónomas por su parte. “España ha sido como un laboratorio de muchos planes de microeliminación en cada una de las comunidades autónomas. Prácticamente en todas ellas se han llevado a cabo planes para incidir en el diagnóstico de la enfermedad”, puntualiza el Dr. Albillos. Un ejemplo de estos planes autonómicos, que no se han puesto en marcha en todas las comunidades, son los sistemas de alerta que avisan al médico de los pacientes con criterios de riesgo de hepatitis C para que solicite las pruebas serológicas para diagnosticar la enfermedad, así como otras relacionadas como VIH y hepatitis B.

“Los datos aportados en septiembre de 2023 han evidenciado una caída de un 15% en el número de diagnósticos con respecto a 2022”

Estos profesionales, a su vez, tienen la responsabilidad de informar a los pacientes sobre la enfermedad. “Deben tener también un papel importante en la información a los pacientes sobre la hepatitis C, sus riesgos, la importancia del tratamiento y las opciones disponibles. Todo ello debería desarrollarse en un entorno libre de juicios que reduzca el estigma asociado a la enfermedad”, indica la Dra. Molina.

Y, además, el sector privado brinda la innovación y los recursos necesarios para investigar nuevas fórmulas que mejoren el abordaje de la enfermedad. “Entre ellos, invertir en la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos y métodos de diagnóstico para la hepatitis C, incluyendo opciones más accesibles y asequibles”, destaca la experta, y, para ello, “es necesario que trabaje en colaboración con instituciones públicas para apoyar programas de salud pública y políticas de acceso a tratamientos”.

Aún queda camino por recorrer. De hecho, como cuenta la Dra. Molina, “los niveles de diagnóstico y tratamiento de pacientes con hepatitis C aún no se han recuperado completamente a los niveles previos a la pandemia de Covid-19”. En esta línea, la experta destaca que “los datos aportados en septiembre de 2023 han evidenciado una caída de un 15% en el número de diagnósticos con respecto a 2022”. Además, “desde la pandemia de Covid-19 no se ha superado de forma general los 2.000 diagnósticos anuales, mientras que superaban los 3.000 en los trimestres previos a la pandemia”. Por esto, y para mejorar esta situación, “será necesario incrementar las campañas de concienciación, mejorar el acceso a servicios de salud y asegurar que los tratamientos sean asequibles y accesibles para recuperar y superar los niveles previos a la pandemia”.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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