La última actualización realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el brote actual de ébola que está viviendo Uganda informa de 135 casos confirmados y 21 probables en ocho distritos diferentes del país africano hasta el pasado 9 de noviembre. Hasta la fecha se han confirmado 53 muertes y 21 probables. La cifra de pacientes que han logrado recuperarse asciende a 62.
“Los esfuerzos del gobierno para responder al brote de ébola en el distrito de Mubende, donde se inició, parecen estar dando sus frutos. Sin embargo, en las últimas dos semanas, la mayoría de casos han sido reportados desde la capital, Kampala, y el distrito de Casanda. También se ha notificado un caso en el distritito de Massaka, en el sur del país. La detección de casos en varios puntos diferentes es claramente preocupante”, declaraba recientemente el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“La OMS continúa apoyando al Gobierno de Uganda en todas las dimensiones de respuesta, incluido el establecimiento y equipamiento de centros de tratamiento, suministro de generadores, capacitación de profesionales de la salud y mucho más. Para financia nuestro apoyo, responder al brote de ébola en Uganda y ayudar a los países vecinos a prepararse para cualquier transmisión fronteriza, la OMS solicita 88 millones de dólares”, añadía en su última rueda de prensa.
Tristemente, los casos y brotes de ébola en muchos países africanos se suceden con demasiada frecuencia. De forma histórica, los países más desarrollados han observado estos brotes desde la distancia que marcan las enfermedades endémicas. Pero el SARS-CoV-2 nos ha recordado a todos el mundo globalizado e interconectado en el que vivimos y los riesgos que puede suponer para la salud pública a nivel global no atender este tipo de crisis sanitarias.
La vía más probable de introducción del virus del ébola es a través de personas infectadas que procedan de áreas afectadas y que viajen a la UE/EEE, o partir de la evacuación médica de casos como sucedió en España en 2014
Antes de la llegada de la Covid-19, en la mente de todos se encuentra el brote de ébola que entre 2014 y 2016 provocó más de 28.600 casos y 11.325 fallecidos en el África occidental, golpeando con virulencia a Guinea, Sierra Leona y Liberia. De este brote surgiría, tras la repatriación de un religioso infectado a nuestro país, el caso de ébola que afectó a la auxiliar de Enfermería, Teresa Romero, que durante días generó un interés mediático sin precedentes. Atendiendo a la experiencia vivida con la Covid-19 y teniendo en cuenta la situación vivida en 2014, ¿cuál es el riesgo real para nuestro país ante el brote de ébola que actualmente está afectando a Uganda?
La respuesta la encontramos en la evaluación de riesgo recientemente publicada por el Ministerio de Sanidad. De acuerdo con este documento en España y en el resto de países de la Unión Europea (UE) y del Espacio Económico Europeo (EEE) la vía más probable de introducción del virus del ébola es a través de personas infectadas que procedan de áreas afectadas y que viajen a la UE/EEE, o partir de la evacuación médica de casos como sucedió en España en 2014.
En relación a la probabilidad de transmisión secundaria dentro de los países de la UE/EEE, así como la aparición de cadenas sostenidas de transmisión “es muy baja”, debido a que, probablemente, los casos serían identificados y aislados rápidamente y se pondrían en marcha todas las medidas recomendadas para realizar el seguimiento oportuno. “El impacto para los ciudadanos de la UE/EEE que viven en la UE/EEE se considera bajo y, en general, el riesgo actual para los ciudadanos de la UE/EEE se considera muy bajo”, determina el informe de evaluación de riesgo de Sanidad.
El Departamento dirigido por Carolina Darias ha comunicado que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), se encuentra monitorizando la situación diariamente a través de actividades de inteligencia epidemiológica. Se ha procedido a la revisión de los protocolos de actuación existentes y de gestión de casos, junto con una reevaluación de las capacidades sanitarias y hospitalarias para el manejo de posibles casos importados de ébola, incluyendo la coordinación con la Red de Unidades de Aislamiento de Alto Nivel.
Por otro lado, se están estableciendo vías de contacto con las diferentes ONG para disponer de información actualizada sobre los profesionales sanitarios y otros profesionales dedicados a la ayuda humanitaria que hayan sido o vayan a ser destinados a las zonas afectadas.