La resistencia a los antimicrobianos se erige como uno de los problemas de salud pública más importantes. Esta se produce cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos cambian con el tiempo y ya no responden a los medicamentos. Una situación que dificulta el tratamiento de las infecciones e incrementa el riesgo de propagación de enfermedades y muerte. Debido al aumento de estas resistencias los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos se vuelven ineficaces lo que hace que las infecciones cada vez sean más difíciles de tratar. Para hacernos una idea de la magnitud del problema al que nos enfrentamos la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que solo en 2019 fallecieron en todo el mundo aproximadamente 1,27 millones de personas como consecuencia de la resistencia a los antimicrobianos.
En 2015, la 68ª Asamblea Mundial de la Salud, aprobó un plan de acción global focalizado en abordar este creciente problema. Entre las distintas vías para solucionarlo destaca el enfoque One Health. Entender la salud humana como un conjunto indisoluble con la salud animal y el medio ambiente. El uso indiscriminado y sin justificación médica de los antibióticos de uso veterinario contribuye de forma preocupante al aumento de estas resistencias, pero también lo hacen muchas de las malas prácticas aplicadas en el cuidado de los animales destinados al consumo.
Un problema sobre el que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha puesto el foco en su último dictamen científico centrado en la evaluación del riesgo de la propagación de la resistencia a los antimicrobianos en aves de corral, ganado porcino y vacuno durante el transporte entre las explotaciones ganaderas y los mataderos.
Minimizar la duración del transporte y limpiar exhaustivamente los vehículos, los equipos y los espacios en los que se cargan y descargan los animales son algunas de las medidas que los expertos de la EFSA consideran eficaces a la hora de reducir la transmisión de las bacterias resistentes durante el transporte de los animales.
“A pesar de que los datos disponibles demuestran que durante los últimos años se ha producido una reducción del consumo de antibióticos, la resistencia a los antimicrobianos sigue siendo un acuciante problema de salud pública que debe abordarse a escala mundial y en todos los sectores”
Este dictamen destaca también como fundamental una organización adecuada del transporte. Sus conclusiones señalan que “es muy probable”, que cualquier medida que se adopte orientada a mejorar la salud, el bienestar y la bioprotección de los animales inmediatamente antes y durante el transporte, reduzca el riesgo de transmisión de la resistencia a los antimicrobianos. Estas medidas complementan las recomendaciones publicadas con anterioridad por la EFSA sobre cómo mejorar las condiciones de los animales durante el transporte.
La EFSA, a través de su evaluación, argumenta que la presencia de bacterias resistentes en animales antes del transporte se erige como uno de los principales factores de riesgo que contribuyen a la transmisión de la resistencia a los antimicrobianos. Otro de los factores que juegan un papel fundamental en este sentido es la , por lo que la higiene insuficiente de los vehículos y equipos, así como la duración del transporte, son fuertes contribuyentes al aumento de las resistencias a los antimicrobianos.
“A pesar de que los datos disponibles demuestran que durante los últimos años se ha producido una reducción del consumo de antibióticos, la resistencia a los antimicrobianos sigue siendo un acuciante problema de salud pública que debe abordarse a escala mundial y en todos los sectores”, ha declarado Frank Verdonck, director de la Unidad de Riesgos Biológicos, Salud y Bienestar de los Animales de la EFSA.
“Mediante la determinación de los principales factores de riesgo, de las medidas de mitigación y de las necesidades de investigación relacionadas con el transporte de animales, la evaluación de la EFSA marca otro hito en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, sobre la base del principio ‘One Health’, que integra la evaluación del riesgo para los animales y los seres humanos”, añade.
La evaluación efectuada por la EFSA fue solicitada por la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo en septiembre de 2021. El impacto de estas conclusiones trasciende la salud y el bienestar de los animales ya que muchas bacterias que afectan a estos pueden transmitirse a los seres humanos. Cuando estas bacterias se vuelven resistentes a los antimicrobianos, el tratamiento eficaz de las enfermedades infecciosas en los seres humanos puede verse cada vez más comprometido.