La poliomielitis, aunque erradicada en muchos países, sigue suponiendo una importante amenaza de salud pública. En España desapareció en 1988 gracias a la vacunación, la Región de las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue declarada libre de polio en 1994, Europa en 2003, y tras ellos otros tantos países acabaron con esta patología. Actualmente el virus salvaje es endémico exclusivamente en Afganistán y Pakistán.
Esto ha permitido disminuir el 99% de los casos provocados por el poliovirus salvaje, según datos de la OMS. Con ello se han evitado más de 16 millones de casos de parálisis. Sin embargo, la erradicación todavía está lejos al existir casos que se siguen diagnosticando todos los años, y al aumentar la presencia de infección de polio paralítica por efecto de las vacunas orales, principalmente del tipo 2. Las vacunas hasta ahora administradas están formuladas a través de un virus atenuado que en algunos casos se ha vuelto activo tras ser excretado y en países con baja higiene puede propagarse.
Algunos de los últimos casos conocidos fueron los confirmados en Ucrania de poliomielitis paralítica por el virus derivado de la vacuna de la polio tipo 2 (PVDV2c), que superaron la veintena; un paciente en Estados Unidos de 20 años que no se había vacunado y en julio de 2022 fue diagnosticado con el virus derivado del suero, y un mes después se inicó en Londres una vacunación adicional a los niños de entre uno y nueve años debido a la aparición de trazas de poliovirus derivados de la vacuna tipo 2.
En 2022 se produjeron 665 casos de poliomielitis derivada de la vacuna en 23 países
Esta realidad es especialmente preocupante. Como señala un editorial publicado recientemente en Nature, en 2022 se produjeron 665 casos de poliomielitis derivada de la vacuna en 23 países. Es por ello que en los dos últimos años se han desarrollado tres vacunas que han mostrado su eficacia para proteger contra la polio y evitar la reactivación del virus atenuado. La primera, la nOPV2 dirigida al tipo 2, ya se administra en humanos; las otras dos acaban de demostrar su eficacia en ratones.
LAS VACUNAS, PERO MÁS ALLÁ
En octubre de 2020 la nOPV2 recibió la recomendación de uso de emergencia de la OMS para su administración. Se convirtió así en la nueva herramienta para la erradicación de la polio al ser igual de efectiva que su predecesora, pero con “menor probabilidad” de aparición de brotes de infección por poliovirus de tipo 2 circulantes derivados de la vacuna. En 2021 el Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) aprobó un uso más amplio de esta vacuna modificada de la oral monovalente del mismo tipo que se ha aplicado hasta el cambio de normativa.
Como destacaron los investigadores desarrolladores en un informe publicado también en Nature la nueva composición cuenta con una mayor estabilidad genética que reduce el riesgo de poliomielitis paralítica de origen vacunal. Además, cuenta con una aplicación de genética inversa, que disminuye el riesgo de aparición de poliovirus circulantes derivados de la administración de esta inmunoterapia oral. Este sistema de modificación que se utilizó para la vacuna contra el tipo 2, también se ha utilizado en el caso del tipo 3 y tipo 1, cuyos resultados son igual de prometedores.
Según señala un estudio desarrollado por los investigadores Raul Andino, de la Universidad de California, y Andrew Macadam, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (CDC), utilizaron la secuencia genética de nOPV2 e incorporaron genes que codifican componentes de la estructura de la cubierta proteica del virus de las vacunas OPV1 y OPV3. Las vacunas se mostraron altamente inumnogénicas y muy seguras en pruebas de ratones, y pronto serán probadas en humanos. Además, la administración de las tres vacunas en ratones crearon anticuerpos para los tres serotipos del poliovirus y los protegieron de la enfermedad.
"Para erradicar la poliomielitis, los avances científicos deben ir de la mano con iniciativas integrales de salud pública”
Con todo, como recoge el editorial citado de Nature, la nOPV2 sigue teniendo un cierto riesgo de recuperación de la virulencia. De momento, en estos dos años se han conocido cuatro ocasiones en las que se ha producido la aparición de este virus, en Nigeria y República Democrática del Congo. Una situación, que, sin generar alarma, “probablemente se debiera a que las campañas de erradicación no llegaron a suficientes niños”, recoge este documento.
“Esto refuerza lo que los investigadores y expertos de salud pública ya saben: para erradicar la poliomielitis, los avances científicos deben ir de la mano con iniciativas integrales de salud pública”, recalca este editorial. Diferentes investigadores están trabajando para mejorar la detección en aguas residuales de poliovirus, formas de virus inactivas in vivo para poder desarrollar vacunas sin el virus atenuado, o incluso vacunas con partículas similares a virus, recoge el documento.
En este punto, el desarrollo de nuevas vacunas que parten de la ya aprobada nOPV2 supone uno de los grandes avances para alcanzar la erradicación de la polio, como señala la Iniciativa Global de Erradicación de la Polio (GPEI). Con todo, pese a lo conseguido durante estos años, la amenaza continúa. “Solo la colaboración colectiva y global dará como resultado el éxito final", manifiesta en nota de prensa el GPEI. Con ello se alcanzaría la principal menta: "llegar a los niños que quedan sin vacunar o insuficientemente vacunados en las geografías más importantes”, concluyen.