Desde enero de 2022, más de 16 000 personas en más de 74 países se han visto afectadas por la viruela del simio, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud a declarar este brote como una emergencia de salud pública de importancia internacional.
Al mismo tiempo, el SARS-CoV-2 sigue siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Bien es cierto que como la COVID-19 y la viruela del mono comparten síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta y fatiga, puede dificultar en algunos casos a los médicos realizar el diagnóstico correcto, considerando también que no todos los pacientes con la viruela del simio desarrollan lesiones en la piel y que la COVID-19 rara vez puede presentarse con sarpullido y vesículas.
En este contexto, una investigación publicada en el "Journal of Infeccion" ha descrito las características y diagnósticos del primer caso de confección de viruela del mono, SARS-CoV-2 y VIH. Se trata de un hombre italiano que el pasado mes de junio estuvo cinco días de vacaciones en España, donde, según reconoce el afectado, mantuvo relaciones sexuales con otros hombres sin protección.
El paciente refirió haber recibido tratamiento por sífilis en 2019, y en septiembre de 2021 se realizó prueba de VIH con resultado negativo
El paciente, de 36 años, presentó fiebre nueve días después de hasta 39°C, acompañada de dolor de garganta, fatiga, cefalea y adenomegalia inguinal derecha. El 2 de julio, cinco días después de los primeros síntomas, dio positivo en infección por COVID-19.
Esa misma tarde comenzó a desarrollar una erupción en el brazo izquierdo. Al día siguiente aparecieron “pequeñas vesículas dolorosas rodeadas de un halo eritematoso en torso, miembros inferiores, cara y glúteos”, según apunta el estudio.
El 5 de julio, las vesículas evolucionaron a pústulas umbilicales, por lo que el hombre acudió a las urgencias del Policlínico G. Rodolico San Marco del Hospital Universitario de Catania para posteriormente ser trasladado a la Unidad de Enfermedades Infecciosas del centro.
"La viruela del simio y los síntomas de COVID-19 pueden superponerse, y corrobora cómo en caso de coinfección, la recopilación anamnésica y los hábitos sexuales son cruciales para realizar el diagnóstico correcto"
En su ingreso, el paciente refirió haber recibido tratamiento por sífilis en 2019, y en septiembre de 2021 se realizó prueba de VIH con resultado negativo. Además, los investigadores especifican que el hombre “sufría de trastorno bipolar, por lo que tomaba regularmente carbamazepina 200 mg al día". Asimismo, el paciente había sido vacunado contra el SARS-CoV-2 con dos dosis, la última en diciembre de 2021, y contrajo el Covid-19 en enero de 2022.
Tras realizar el examen físico y comprobar que “su cuerpo estaba salpicado, incluyendo la palma de la mano derecha y la región perianal, con lesiones cutáneas en varias etapas de progresión, que iban desde pequeñas vesículas, hasta pústulas enrojecidas con halo y placas umbilicadas”, los investigadores empezaron a sospechar que el hombre podría estar contagiado de viruela del mono. Fue en este momento, cuando el afectado reconoció haber mantenido relaciones sexuales sin preservativo.
Tras esto, se le extrajeron muestras de las pústulas, así como de secreciones de la nasofaringe. "Se confirmó que las muestras eran positivas al virus de la viruela del simio y al SARS-CoV-2", señala el estudio.
En el caso de la viruela del mono, los médicos confirmaron que se trataba de la variante de África occidental(la registrada en España y en la mayoría de los países afectados por el brote mundial), mientras que en el caso del Covid, el linaje era BA.5.1.
"Nuestro paciente dio positivo para el VIH-1 y, dada su cuenta de CD4 preservada, podríamos suponer que la infección fue relativamente reciente"
Además, se le realizaron otras pruebas serológicas para hepatitis viral, herpes simple, gonorrea, clamidia y linfogranuloma venéreo y que fueron negativas. Pero, “el VIH-1 resultó positivo con una carga viral de 234.000 copias/mL." apunta la investigación.
En el tercer día de ingreso, casi todas las lesiones de la piel comenzaron a convertirse en costras, a lo que se le infundió sotrovimab 500 mg por vía intravenosa. En el quinto día de ingreso, se resolvieron casi todos los síntomas constitucionales y se normalizaron los valores de las pruebas de laboratorio previamente alteradas. Pero, el paciente seguía dando positivo para el SARS-CoV-2 y el virus de la viruela del mono.
Pese a esto y dado que los síntomas se habían resuelto, el paciente fue dado de alta para que realizara aislamiento domiciliario. "El 19 de julio de 2022 volvió a nuestro instituto para realizarse un nuevo hisopado orofaríngeo para virus de la viruela símica, que seguía siendo positivo. Las costras se habían curado casi por completo, dejando una pequeña cicatriz. Se inició una combinación triple de dolutegravir, abacavir y lamivudina para el tratamiento del VIH", explica la publicación.
LAS RELACIONES SEXUALES, VÍA DE TRANSMISIÓN PREDOMINANTE
Los investigadores señalan que “la viruela del simio y los síntomas de COVID-19 pueden superponerse y corrobora cómo en caso de coinfección, la recopilación anamnésica y los hábitos sexuales son cruciales para realizar el diagnóstico correcto”.
“Las subvariantes SARS-CoV-2 BA.4 y BA.5 son actualmente responsables de más de 1 millón de casos de COVID-19 por día en todo el mundo. Por lo tanto, los médicos deben ser conscientes de la posibilidad de coinfección por SARS-CoV-2 y el virus de la viruela del simio, particularmente en sujetos con antecedentes recientes de viajes a áreas con brotes de la viruela del simio”, explican.
"Los sistemas sanitarios deben ser conscientes de esta eventualidad y promover la realización de pruebas diagnósticas adecuadas en los sujetos de alto riesgo, que son esenciales para la contención, ya que no existe un tratamiento o profilaxis ampliamente disponible"
"Las relaciones sexuales podrían ser la vía de trasmisión predominantes. Por lo tanto, se recomienda el cribado completo de las infecciones de transmisión sexual (ITS) tras el diagnóstico de viruela del mono. De hecho, nuestro paciente dio positivo para el VIH-1 y, dada su cuenta de CD4 preservada, podríamos suponer que la infección fue relativamente reciente”, alegan los investigadores.
Para finalizar, explican que “como éste es el único caso registrado de coinfección por el virus de la viruela del mono, el SARS-CoV-2 y el VIH, todavía no hay suficientes pruebas que apoyen que esta combinación pueda agravar el estado del paciente. Sin embargo, ante la actual pandemia de SARS-CoV-2 y el aumento diario de casos de viruela del mono, los sistemas sanitarios deben ser conscientes de esta eventualidad, y promover la realización de pruebas diagnósticas adecuadas en los sujetos de alto riesgo, que son esenciales para la contención, ya que no existe un tratamiento o profilaxis ampliamente disponible".