Este año ha sido especialmente atípico en cuanto a las infecciones respiratorias. Han empezado antes de su temporada tradicional, a principios de octubre, tras estar presentes en verano con una incidencia superior a los años prepandemia. El SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, ha perdido terreno este otoño e invierno frente al virus respiratorio sincitial (VRS) y los influenzavirus. Estos patógenos, además, han conseguido unos niveles de trasmisión, principalmente en la edad pediátrica, "que han superado nuestras expectativas, que ya eran pesimistas" indica en nota de prensa el jefe del Servicio de Pediatría del hospital Ribera Juan Cardona, José Ramón García.
“En los dos años de pandemia, apenas tuvimos infecciones respiratorias en niños por el uso de las mascarillas y el aislamiento social, y procesos como la gripe o los virus sincitiales fueron anecdóticos en ese periodo de tiempo”, indica el Dr. García. Una situación que se ha revertido y cuya incidencia podría superar "en un 60% a los años prepandemia".
El "menor desarrollo inmunológico, la falta de memoria inmunológica de estos dos años de pandemia y los contactos físicos más estrechos que tienen en guarderías y colegios", detrás del aumento de casos
Durante las últimas semanas de 2022, las mayores tasas de síndrome gripal correspondían a los menores de 14 años, con picos que llegaron hasta los 150 casos por 100.000 habitantes en los niños de 5 a 14 años, y de 120 casos por 100.000 habitantes en niños de 0 a 4 años. Este último grupo de edad también ha sido el más afectado por el VRS, principalmente en octubre y noviembre. Actualmente, las mayores tasas de gripe y VRS en Atención Primaria siguen dándose en menores de 5 años, y han descendido en menores de 14 años, según los últimos informes de Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
El Dr. García advierte de esta mayor tasa en los más pequeños, que responde a "su menor desarrollo inmunológico, la falta de memoria inmunológica de estos dos años de pandemia y los contactos físicos más estrechos que tienen en guarderías y colegios, por ejemplo”.
CONSEJOS PARA LA ATENCIÓN
Estas infecciones víricas provocan tos, moco, dolor de garganta, fatiga respiratoria, fiebre y vómitos. “Las infecciones por virus suelen afectar a varios órganos al mismo tiempo, y esa es la causa de que algunos virus respiratorios afecten también al aparato digestivo, ocasionando vómitos y/o diarrea. A ellos se suma el efecto emético (vómito) de las secreciones respiratorias en la cavidad gástrica”, manifiesta el experto.
Los cuadros de moco, tos y febrícula se pueden tratar en el propio domicilio. Para ello es importante "una buena hidratación, antitérmicos y reposo relativo". Sin embargo, añade el Dr. García, “se debe acudir al pediatra cuando el niño presenta fiebre elevada de más de 24 horas de evolución, tos intensa, fatiga, vómitos de repetición y/o malestar general”.
Para evitar el contagio es importante seguir unas medidas de higiene como son “lavar las manos frecuentemente, así como los juguetes y utensilios de los niños, no enviarles a la guardería o el colegio con síntomas respiratorios, no frecuentar espacios masificados y sin ventilar, y replantearnos el uso de la mascarilla en los colegios de forma transitoria, al menos en los casos con síntomas o los adultos y niños de colectivos de riesgo. Además, se debería implantar la vacunación antigripal a partir de los 6 meses de edad", concluye el jefe de Pediatría del Ribera Juan Cardona.