Este fin de semana era noticia que un paciente con viruela del mono, con las lesiones cutáneas todavía presentes, se había subido al metro en Madrid. Al acercarse un pasajero, que era médico, a decirle que si es positivo de Monkeypox tiene que guardar cuarentena, el paciente le contestó que su doctor le había señalado simplemente llevara mascarillas. A su lado había una mujer, cuando el médico le pregunto si no le daba miedo contagiarse le respondió: “No soy gay”.
Durante las últimas semanas, se han registrado más de 18.000 casos de viruela del mono, el 70% en Europa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, según la última actualización de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) se han detectado 4.298 casos, de los cuales 120 fueron hospitalizados y dos han fallecido. Estos brotes comenzaron a ser detectados en un centro de enfermedades de transmisión sexual (ETS) de Madrid a finales del mes de mayo. En junio, con la semana del Orgullo, los casos se incrementaron hasta generar un brote a nivel global que amenaza con convertir esta enfermedad endémica en Europa, como ya lo es en África.
Los primeros casos fueron detectados en hombres que tienen sexo con otros hombres. Según una investigación realizada en Madrid y publicada en ‘Eurosurveillance’, el 57% de los casos se produjeron tras citas por internet que llevaron a encuentros sexuales, el 14% se contagió en grandes fiestas, particularmente en el festival Gay Pride Maspalomas en Gran Canaria, y el 11% en relaciones sexuales sin condón o con parejas desconocidas en saunas. Sin embargo, la investigación señala que también se han detectado casos en familiares o miembros del hogar, en trabajadores de la salud y en contactos sociales y laborales.
Según estos autores todas las superficies que los dos pacientes habían tocado directamente mostraban contaminación vírica
Como expresaba un estudio publicado en la misma revista, la transmisión se produce principalmente por el contacto físico estrecho con personas sintomáticas. En Europa, la mayor cantidad de lesiones de la piel producida por viruela del mono se ha encontrado en los genitales, una situación diferente en África donde el contagio se da con el contacto con las pústulas por falta en muchos casos de recursos para un control sanitario y de higiene correcto. Sin embargo, además de transmitirse por un contacto estrecho con fluidos corporales, por tos o estornudos o al tocar las ampollas y las costras de una persona infectada, la OMS señalaba hace unas semanas que se puede trasmitir por el contacto con la ropa o las sábanas de una persona infectada. Los estudio de la contaminación ambiental de las superficies son escasos, pero en las últimas semanas han ido aumentando estas investigaciones
Un análisis alemán señaló que se hallaron muestras de las superficies de las habitaciones inmediatas y adyacentes de dos pacientes de viruela del mono hospitalizados. Se estimó la contaminación con hasta 105 copias virales/cm2 en superficies inanimadas mediante PCR y se logró aislar el virus en superficies con más de 106 copias. Según estos autores todas las superficies que los dos pacientes habían tocado directamente mostraban contaminación vírica, y las cargas más altas se detectaron en los dos cuartos de baño (por ejemplo, la palanca, el lavabo y los asientos del inodoro) y en tejidos como toallas, camisas o fundas de almohada. Sin embargo, señalaban que esto en sí mismo no significaba que la presencia del virus produjera una infección.
Indica por primera vez la detección del virus del monkeypox en muestras de aire ambiental de entornos de atención médica
Otra investigación más reciente publicada en ‘medRxiv’, que todavía no ha sido corregida por pares, indica por primera vez la detección del virus del monkeypox en muestras de aire ambiental de entornos de atención médica, en distancias superiores a 1,5 metros del paciente. “El MPXV puede estar presente en aerosoles, partículas de piel suspendidas o polvo que contiene virus, y no solo en gotitas respiratorias grandes que caen al suelo dentro de 1 a 1,5 m de una persona infectada”, indican los investigadores.
El 93% de las muestras de superficies dentro del dormitorio y del baño contenían virus de la viruela del mono. No todas las áreas analizadas fueron tocadas directamente por el paciente, como sería la rejilla del aire acondicionado sobre la puerta, “lo que sugiere una contaminación sin contacto posiblemente a través de gotitas respiratorias o re-aerosolización de actividades como cambiar la ropa de cama”. Además, se hallaron muestras del virus en el suelo donde el personal del hospital se había quitado los equipos de protección. Por suerte estas muestras no salieron fuera de la sala en el que el personal se cambia. “La detección de ADN MPXV con valores de Ct relativamente bajos en muestras de superficie dura del entorno de eliminación refuerza la importancia de los protocolos de limpieza de superficies, del uso de un equipo de protección personal adecuado y procedimientos de eliminación sólidos para mantener la seguridad del personal y evitar una posible transmisión posterior”, indica el estudio.
En países como en España, se ha establecido un protocolo para abordar a estos pacientes y sus contactos. Este establece la obligación de hacer cuarentena y de ponerse mascarilla quirúrgica. “El enfermo no debe abandonar el domicilio excepto cuando necesite atención médica de seguimiento”, indica el documento. En el caso de hospitalización, el protocolo de Sanidad señala que el ingreso debe realizarse en habitaciones con presión negativa o, si no puede ser, en una habitación individual con baño incluido, con un aislamiento hasta que las lesiones hayan desaparecido. Los sanitarios deben llevar equipo de protección individual para evitar el contacto físico o con aerosoles y una FFP2.