Este jueves celebramos el Día Mundial de la Zoonosis, uno de los grandes retos sanitarios que tenemos hoy en día. Las zoonosis son aquellas enfermedades que se pueden transmitir desde los animales al ser humano. Así lo explica el científico microbiólogo Bruno González-Zorn. “Debemos saber que el 60% de las enfermedades del ser humano son zoonóticas”, explica, “de hecho, al menos el 75% de los patógenos emergentes en el ser humano son zoonosis”.
Las enfermedades zoonóticas emergentes y endémicas representan una amenaza no solo para la salud de los animales y los seres humanos, sino también para la seguridad sanitaria mundial. A nivel mundial, las enfermedades infecciosas representan el 15,8% de todas las muertes y el 43,7% de las muertes en los países de bajos recursos. Se estima que las zoonosis son responsables de 2.500 millones de casos de enfermedades humanas y 2,7 millones de muertes humanas en todo el mundo cada año.
“Las zoonosis emergentes son responsables de algunas de las epidemias más devastadoras y de mayor perfil; sin embargo, las zoonosis endémicas en realidad pueden representar una amenaza más insidiosa y crónica para la salud humana y animal. A modo de comparación, la epidemia de ébola de 2014 fue responsable de 11.316 muertes y 2.200 millones de dólares en pérdidas económicas, mientras que cada año la rabia representa unas 59.000 muertes humanas y aproximadamente 8.600 millones en pérdidas económicas en todo el mundo”, explica González-Zorn.
Las zoonosis emergentes son responsables de algunas de las epidemias más devastadoras y de mayor perfil
Algunas de las enfermedades incluidas en esta categorización las conocemos muy bien. Es el caso del SIDA, un virus que inicialmente venía del simio, el ébola, la gripe aviar o el coronavirus. González-Zorn concreta además que “cada año aparecen aproximadamente cinco enfermedades nuevas en el ser humano, y de ellas tres son de son de origen animal”. Es decir, la mayoría de las enfermedades del ser humano, son zoonosis y vienen de los animales.
La causa de que esto suceda es sencilla: “se debe a que hay muchos más animales en la Tierra que seres humanos. Muchos más virus y bacterias se adaptan a ellos y, al compartir tantas cosas con ellos, se pueden transmitir”. Esto ocurre en mayor medida con animales con una escala filogenética más parecida a la nuestra, como los primates. “Cuando esos virus y bacterias aprenden a adaptarse a distintas especies animales, al final acaban adaptándose también al ser humano y dan ese salto de especie”.
Esto no será un problema del futuro, ya nos está afectando “cada vez más”, afirma el experto. “Eso en parte se basa en el propio desarrollo del ser humano en la tierra”. A este respecto, González-Zorn recuerda que, desde el 22 de noviembre, somos 8.000 millones de personas en el planeta. “Eso significa que estamos invadiendo muchos ecosistemas en la tierra, y con ello accediendo a virus y bacterias que estaban ocultos, que eran endémicos o que estaban circulando en poblaciones con las que no tenemos un vínculo muy estrecho”. De esta manera, los virus, bacterias, parásitos, hongos, patógenos... acaban encontrándose con el ser humano, adaptándose a él, y dando un salto a base de mutaciones.
Estamos invadiendo muchos ecosistemas en la tierra, y con ello accediendo a virus y bacterias que estaban ocultos
Una de las claves para entender este avance de las zoonosis es el cambio climático. No es sólo la invasión de los ecosistemas. Al cambiar las temperaturas cambia también la ecología de todos de los animales y microorganismos en el medio ambiente. “Esto pasa, sobre todo, muy rápidamente en los vectores como mosquitos o garrapatas”, avisa. Estos insectos que vehiculan las enfermedades antes estaban, por ejemplo, en zonas tropicales y que no teníamos en España. Ahora, con el calentamiento global van invadiendo zonas en las que antes no eran capaces de invadir.
Buen ejemplo de ello es el caso de la leishmaniasis. Hace veinte años no existía en el centro de Europa, todos los casos eran importados de gente de personas que habían viajado a países tropicales. Sin embargo, hoy en día es una afección endémica en Europa. “Están apareciendo en latitudes donde no las conocíamos hasta ahora”.
Pero, ¿cómo dan “el salto” estas enfermedades a los humanos? Aquí entran en juego los vectores. Se trata de mosquitos, garrapatas o insectos que tienen la capacidad de chupar sangre, contactan directamente con el ser humano y con los animales. “De esta forma transportan los virus y las bacterias entre los animales y los seres humanos”. Esto puede ocurrir cuando se acude de vacaciones a un sitio tropical y se contrae el dengue o el chikungunya.
Este tipo de situaciones también puede darse al contrario, es decir, los humanos también pueden transmitir enfermedades a los animales. Este proceso se conoce como antropozoonosis.
LA SOLUCIÓN: EL ENFOQUE ONE HEALTH
Desde la salud pública ya se están llevando a cabo en España algunas medidas y líneas de trabajo para atajar esta situación. Por ejemplo, en nuestro país contamos con un programa de control de salmonella “muy importante en España, que es el que permite que hoy día haya disminuido mucho los casos, cuando en los años ochenta había brotes constantemente todos los veranos”. También contamos con programas específicos, por ejemplo, para la tuberculosis, brucelosis, ébola, sida… etc.
El gran cambio que se nos plantea para luchas contra las zoonosis es aplicar una visión One Health, que aglutine una mayor cooperación entre entomólogos, medioambientalistas, veterinarios médicos, expertos en el medio ambiente… “Tenemos que conocer el movimiento de los patógenos, el de los insectos, los cambios de temperatura, los entornos forestales”, todo lo que interviene en la salud. Esto obliga a un trabajo multidisciplinar entre los agentes sanitarios, esta será la clave de cara al futuro.