Desde mediados de 2022 se ha observado que este año los virus responsables de infecciones respiratorias han variado su forma de actuar. El SARS-CoV-2, responsable de la Covid-19, ha perdido cierto terreno frente al resto de patógenos: el virus respiratorio sincitial (VRS) se ha adelantado unas semanas con niveles de trasmisión más altos de lo esperado; y los influenzavirus, causantes de la gripe, ha comenzado a transmitirse principalmente en los más pequeños desde octubre, tras un verano en el que su presencia se dejó notar en los centros de Atención Primaria.
En este contexto de tripledemia, la gripe toma una importante relevancia debido a los cambios de su comportamiento que han generado sorpresas desde este verano. Una patología cuya temporada comenzaba tradicionalmente a finales de diciembre o principios de enero, como muy tarde en febrero, y finalizaba en marzo, desapareció en el invierno de la temporada 2021-2022 para alcanzar su pico en mayo.
En la primera semana de julio, según los informes semanales del Grupo de Vigilancia del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), la gripe suponía un 12,1% y un 4,6% de los casos de infecciones respiratorias agudas en Atención Primaria y Atención Hospitalaria respectivamente. Un infierno en el que las múltiples olas de calor de los meses de junio y julio no frenaron a este virus que tradicionalmente se trasmitía en invierno.
Tras el verano, los meses de septiembre y de octubre han contado con un aumento de la presencia de la gripe que se ha hecho manifiesta principalmente en noviembre
Tras el verano, los meses de septiembre y de octubre han contado con un aumento de la presencia de la gripe que se ha hecho manifiesta principalmente en noviembre, cuando además de convivían con un importante brote de bronquiolitis infantil por VRS en niños. La caída en el uso de las mascarillas y de la distancia, y los menores niveles de inmunidad de rebaño en los últimos dos años, están detrás de esta mayor trasmisión.
SE MANTIENE LA INCERTIDUMBRE
Desde la semana del 17 de octubre hasta el pasado 27 de noviembre, la tasa de gripe en Atención Primaria aumentó de 71,9 casos por 100.000 habitantes (igualada a la Covid-19) a 128 casos (superando la Covid, pero menos que el VRS). En estos meses se han notificado 901 detecciones de virus gripales, muy lejos de los 115 detectados por estas fechas en la temporada anterior o de los 23 detectados desde septiembre a noviembre de 2019, justo antes de los primeros casos de Covid-19. Lo que supone un escenario que los expertos miran con preocupación ante la coincidencia con el VRS y la Covid-19, y la mayor presión asistencial en una Atención Primaria al borde del colapso.
“Con el impacto continuo de la pandemia de Covid-19 y la circulación de otros patógenos respiratorios, es difícil predecir cómo se desarrollará el nuevo periodo invernal”
En esta situación, los niños de 5 a 14 años son los más afectados con una tasa de gripe de 561,9 casos por 100.000 habitantes. Estos no sufren una gripe grave, pero son vectores de contagio, al igual los niños de 0 a 5 años que este año han sido incluidos en la vacunación contra la gripe. Son los mayores de 65 años los que son más vulnerables a esta infección vírica, y de hecho es el grupo de edad más presente en los hospitales, con una tasa de 3,8 entre los 65 y 79 años y de 8,1 casos en los mayores de 79 años, en una tasa que este año alcanzó un pico a principios de noviembre y parece que ahora vuelve a subir. Esta situación que se da tanto a nivel nacional como europeo, supone un estrangulamiento de la atención sanitaria y genera una alta incertidumbre para este invierno.
En este sentido La Comisaria Europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, el director regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el doctor Henri P. Kluge, y la directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, la doctora Andrea Ammon, han emitido una declaración conjunta en la que han llamado a actuar para “proteger la salud de nuestras poblaciones, especialmente las más vulnerables”. “Con el impacto continuo de la pandemia de Covid-19 y la circulación de otros patógenos respiratorios, es difícil predecir cómo se desarrollará el nuevo periodo invernal”, añadían.
Ante la actual tripledemia, la amenaza a la salud de la población más vulnerable y el incremento en la tensión asistencial, los expertos llaman a la necesidad de mantener las medidas de higiene, a aumentar el uso de mascarillas en espacios cerrados o en aglomeraciones y a vacunarse. “Solo estando preparados, manteniéndonos alerta y continuando haciendo todo lo que sabemos que funciona podremos superar el desafío de este infierno”, concluyen la Comisión Europea, la OMS Europa y el ECDC.