Las fiebres hemorrágicas virales son un grupo de enfermedades que están provocadas por cuatro familias de virus, entre los que se encuentran, el virus del ébola, virus de Marburg, el virus de la fiebre de Lassa y el virus de la fiebre amarilla. Todas estas tienen en común que afectan a multitud de órganos, provocan lesiones en los vasos sanguíneos y son capacidades de alterar la capacidad de nuestro organismo para auto-regularse. Algunas pueden ser de carácter leve, pero las fiebres causadas por el virus del ébola o Marburg se cursan de forma grave y con alto índice de mortalidad.
De acuerdo con la información hecha pública por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), aunque estas enfermedades se encuentran por todo el mundo, los casos se limitan a zonas muy concretas en las que viven los animales que las transmiten.
Recientemente Ghana ha confirmado un brote del virus de Marburg con dos fallecidos y casi un centenar de personas en cuarentena por ser casos sospechosos de contacto. “Las autoridades sanitarias han respondido rápidamente, adelantándose a la preparación para un posible brote, esto es bueno porque, sin una acción inmediata y decisiva el virus puede descontrolarse fácilmente”, ha declarado recientemente Matshidiso Moeti, directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África. Basta señalar que el virus de Marburg tiene una tasa de mortalidad del 88%.
Podemos pensar que estas fiebres hemorrágicas virales no afectan a países como España, pero la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 nos ha recordado a todos la interconexión que existe entre todos los países, y la velocidad a la que pueden extenderse los brotes de cualquier enfermedad. Más en un contexto de cambio climático que se traduce, por ejemplo, en el desplazamiento de vectores transmisores de algunas enfermedades que provocan casos y brotes fuera de las zonas consideradas tradicionalmente como endémicas.
Hasta la fecha, España es el único país de Europa occidental que ha registrado casos autóctonos de la conocida como fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC). Los primeros casos humanos se diagnosticaron en el año 2016 y, hasta el momento, se han contabilizado más de 10 de los que tres han fallecido.
“El peor escenario, no descartable, sería que para 2050 España pudiera tener una evolución similar a la de otros países como Turquía, donde el primer caso de diagnosticó en 2002 y en 2015 se diagnosticaron más de 9.000 casos confirmados de FHCC”
Se trata de un virus con una tasa de letalidad que puede alcanzar hasta el 40% y se transmite por las picaduras de garrapatas y a través del ganado. Puede darse una transmisión entre personas en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de los infectados. La OMS ha incluido la FHCC en su lista de enfermedades con mayor riesgo para la salud pública debido a su potencial epidémico y a la existencia limitada de tratamientos.
“El virus se transmite, fundamentalmente, por la picadura de garrapatas del género Hyalomma infectadas. H. marginatum y H. lusitanicum son los vectores potenciales principales en España y se ha demostrado la presencia de garrapatas infectadas en Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía”, explican José Ramón Arribas (Hospital Universitario La Paz) y María Paz Sánchez-Seco (Instituto de Salud Carlos III), en el libro “Las enfermedades infecciosas en 2050”, elaborado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) emitía en agosto de 2020 su última evaluación rápida considerando que el riesgo de que se produzcan en nuestro país más casos esporádicos es moderado, siempre que se mantengan la situación actual. “El peor escenario, no descartable, sería que para 2050 España pudiera tener una evolución similar a la de otros países como Turquía, donde el primer caso de diagnosticó en 2002 y en 2015 se diagnosticaron más de 9.000 casos confirmados de FHCC”, exponen los expertos.
“España no es un país endémico para los filovirus ébola y Marburg ni para el virus Lassa”
“Las predicciones sobre la evolución de la incidencia de la enfermedad son difíciles en una zoonosis donde las garrapatas y diferentes especies animales tienen un papel crucial en su ciclo natural. Sin embargo, incluso en el escenario más favorable (no expansión de la enfermedad), tenemos un virus potencialmente mortal y van a aparecer casos humanos por lo que se necesita una detección lo más temprana posible para la adopción de medidas de salud pública y tratamiento del paciente”, alertan los expertos.
España es hasta la fecha el único país de Europa que ha reportado un caso autóctono de enfermedad por virus del ébola. Este se produjo en 2014 en una trabajadora sanitaria contagiada a través de un paciente contagiado que fue evacuado desde Sierra Leona. En ese momento África occidental hacía frente a una importante epidemia de ébola y el caso acecido en España generó una importante alarma sanitaria, política y social en el viejo continente, poniendo de relieve la escasa preparación de los países europeos ante enfermedades infecciosas de alto riesgo.
“España no es un país endémico para los filovirus ébola y Marburg ni para el virus Lassa”, aseguran los expertos que informan que la enfermedad por virus Lassa causa entre 300.000 y 500.000 casos cada año en los países localizados en la región de África occidental.
"Lo esperable es que el sistema sanitario se tenga que volver a enfrentar en algún momento a la repatriación de casos en cooperantes en la zona o bien la asistencia a casos importados. Desde 2014 no han dejado de producirse brotes de ébola en África Central y Occidental"
“Lo esperable es que el sistema sanitario se tenga que volver a enfrentar en algún momento a la repatriación de casos en cooperantes en la zona o bien la asistencia a casos importados. Desde 2014 no han dejado de producirse brotes de ébola en África Central y Occidental. Las enfermedades por virus Ébola, Marburg y Lassa también están incluidas en la lista priorizada de la OMS de enfermedades con mayor riesgo para la salud pública”, aseveran.
En materia de prevención y con la vista puesta en reforzar la preparación de España ante posibles casos de FHCC, inciden en la imperiosa necesidad de aumentar la inversión en proyectos de investigación sobre la FHCC, especialmente desde el punto de vista del desarrollo de nuevos tratamientos y vacunas. Se requiere además un fortalecimiento de la capacidad de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) para atender posibles casos garantizando las máximas condiciones de seguridad de los trabajadores sanitarios, así como la sostenibilidad de las Unidades de Aislamiento de Alto Nivel, esenciales para la asistencia de este tipo de pacientes.
Recomiendan que se garantice una reserva estratégica de equipos de protección individual y se fomente la formación de los profesionales sanitarios. La realización de campañas de concienciación dirigidas a la población basadas en medidas preventivas para evitar las picaduras de garrapatas también es fundamental.
Los expertos enfatizan en el establecimiento y coordinación de redes de laboratorios de referencia locales y nacionales, así como en el desarrollo y validación de herramientas diagnósticas.
En cuanto a los virus del ébola, Marburg y el virus de Lassa, las recomendaciones son similares aunque con algunas más concretas como el aumento de la reserva estratégica de vacunas (rVSV-ZEBOV y Ad26.ZEBOV/MVABN-Filo) y anticuerpos monoclonales (REGN-EB3 y ansuvimab) frente a virus del ébola, y reserva estratégica de ribavirina intravenosa para tratamiento de la enfermedad por el virus de Lassa.