La búsqueda para dar soluciones a los problemas de salud que año tras años colapsan los sistemas sanitarios, es decir, las infecciones respiratorias como la gripe, el virus respiratorio sincitial (VRS) o ahora también la Covid-19, ha llevado al desarrollo de vacunas centradas en la edad adulta. Así, año tras año se incorporan las campañas de inmunizaciones de distintas vacunas como refleja la guía de ‘Recomendaciones de vacunación para adultos mayores 2023-2024’ desarrollado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y que por primera vez recoge la evidencia científica de los antígenos frente al VRS.
El virus respiratorio sincitial en adultos mayores “pasaba desapercibido” hasta hace poco, pues se creía que la gripe estaba detrás de la mayoría de casos de infección, recoge el informe. Actualmente se sabe que el riesgo de presentar infección respiratoria grave por VRS aumenta con la edad y se hace especialmente relevante en personas mayores frágiles. Según diferentes estudios, los pacientes crónicos mayores de 65 años tienen entre 1,2 y 28 veces más probabilidades de ser hospitalizados por esta condición, con una tasa de mortalidad entre los ingresados de un 6-8%.
A su vez, esta infección está asociada, a diferencia de la gripe, a un mayor riesgo de estancia hospitalaria mayor a 7 días, exacerbación del EPOC y aumento de la mortalidad en el plazo de un año, recoge la SEGG. Actualmente existen muchas vacunas en investigación dirigidas a este patógeno para este grupo etario, y son dos vacunas las que han demostrado una alta eficacia en ensayos clínicos. Tal es así que en 2023 la FDA aprobó la vacunación para adultos mayores de 60 años, después Reino Unido y posteriormente la autorizó la EMA en Europa, donde Noruega y Francia están dando pasos para su inclusión.
Una adecuada política de inmunización de este grupo etario frente al VRS “podrá contribuir a disminuir el consumo de recursos y el gasto sanitario"
Con estos datos desde la SEGG han destacado en sus recomendaciones que la prevención primaria mediante la inoculación de estas vacunas se ha mostrado “eficaz en la disminución del número de casos” por lo que una adecuada política de inmunización de este grupo etario frente al VRS “podrá contribuir a disminuir el consumo de recursos y el gasto sanitario, a la vez que aumentará la calidad de vida de las personas mayores y sus familiares”.
VACUNACIÓN SISTEMÁTICA DE LOS MAYORES
No hay que olvidar que el 19,3% de la población española tiene 65 años o más según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2019, y se estima que para 2068 se incremente hasta un 29,4%. Según, los mayores suponen el 45,9% de todas las altas hospitalarias (por curación, mejoría, fallecimiento, traslado o alta voluntaria) y presentan estancias más largas que el resto de la población (2018). Más de la mitad (57,9 %) de todas las estancias causadas en hospitales se debe a la población mayor.
La inmunosenescencia y comorbilidades que presentan estas personas son las causas detrás de la vulnerabilidad de este grupo etario frente a las diversas enfermedades infecciosas. Frente a ellas, la principal medida es la prevención primaria a partir de la vacunación. Sin embargo, “a pesar de los progresos realizados en los últimos años y del reconocimiento de la comunidad científica sobre el papel de las vacunaciones en la prevención de enfermedades infecciosas, aún existen dificultades en la implantación de programas de inmunización dirigidos a este colectivo”, recoge el informe de la SEGG.
Todavía una parte importante de los adultos y mayores no está adecuadamente inmunizada de acuerdo con las recomendaciones actuales
Todavía una parte importante de los adultos y mayores no está adecuadamente inmunizada de acuerdo con las recomendaciones actuales. Como resultado, actualmente existen bajas coberturas vacunales, reconoce el informe. Actualmente el objetivo de vacunación frente a la gripe es superar el 75% en el grupo de edad de mayores de 65. Según datos del Ministerio de Sanidad, durante la campaña de 2019-2020 se llegó a un 53,5% en los mayores de 65 años, y en la temporada 2020-2021, se vacunó al 67,7%. “Una cobertura vacunal baja, determina un elevado impacto sanitario (morbimortalidad evitable) y económico”, manifiesta la SEGG.
Los mayores también tienen que inmunizarse de forma sistemática frente al neumococo, cuya tasa de vacunación asciende al 97,8% y un 93% se han puesto la dosis de recuerdo; el herpes zóster, cuya vacunación se está implantando actualmente en las comunidades autónomas donde apenas se alcanza el 40% de tasa de cobertura; y desde la pandemia Covid-19 frente al SARS-CoV-2, para la que el 92,6% de la población de 12 y más años de edad (40.740.303 personas) ha completado la pauta vacunación.