De acuerdo con los últimos datos hechos públicos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el pasado 19 de septiembre se han registrado un total de 61.753 casos confirmados en laboratorio de viruela del mono, 533 casos probables y 23 muertes en 105 Estados miembros de las seis regiones de la OMS. Con estos datos la agencia de salud de la ONU mantiene el riesgo como “moderado”.
La crisis sanitaria vivida con el SARS-CoV-2 encendió todas las alarmas desde el momento en el que se inició el pasado mes de mayo el brote global de viruela símica fuera de las zonas endémicas en África. Las lecciones aprendidas con la Covid-19 llevaron a la OMS a declarar la viruela del mono como una emergencia de salud pública de importancia internacional. En la situación en la que nos encontramos actualmente, ¿Cuál es el horizonte que plantea la viruela del simio?
En términos epidemiológicos, la historia reciente del SARS-CoV-2 nos ha mostrado la velocidad con la que un virus puede mutar y mejorarse con nuevas cepas más transmisibles y con una capacidad de evasión inmunitaria más férrea. El brote global de viruela del mono está brindando al virus una oportunidad sin precedentes para evolucionar y adaptarse a los seres humanos. Con el SARS-CoV-2 hemos aprendido que cuando un virus consigue expandirse en poblaciones que no cuentan con inmunidad este puede adaptarse fácilmente.
La revista Science ha publicado una revisión de los principales estudios que se están desarrollando sobre la viruela del mono. Llama poderosamente la atención una pre-impresión publicada el pasado mes de julio sobre el trabajo de un grupo de investigadores alemanes. Mediante el análisis de 47 pacientes afectados por la viruela del mono identificaron que el virus había duplicado un gen completo y otros cuatro habían desaparecido.
“Las consecuencias de los cambios en los genes del poxvirus cuyos productos ya no se requieren en el nuevo huésped o en un contexto alterado, es impredecible”, aseveraban los responsables de la investigación. “El fenotipo del virus de la viruela del mono que hemos conocido durante los últimos 64 años puede no parecerse a la viruela del simio humana del futuro cercano”.
“El fenotipo del virus de la viruela del mono que hemos conocido durante los últimos 64 años puede no parecerse a la viruela del simio humana del futuro cercano”
La cuestión que estas conclusiones plantean lleva a la comunidad científica a formular una nueva pregunta: ¿podemos enfrentarnos a una cepa del virus más virulenta en el futuro? Geoffrey Smith, virólogo de la Universidad de Cambridge argumenta en la revista Science que no cree que el virus de la viruela del mono pueda convertirse fácilmente en una versión más virulenta. En este sentido, explica que se cuenta con evidencia que indica que los genomas masivos de los poxvirus evolucionan de forma lenta y no cuentan con una gran adaptabilidad a la hora de eludir la inmunidad, al contrario de lo que sucede con el SARS-CoV-2.
“Por ahora el virus de la viruela del simio no es muy bueno para infectar a los humanos, parece prosperar en una variedad de especies animales, la mayoría de ellos roedores, en el África subsahariana. De vez en cuando, el virus se ha extendido a las personas que a veces se han infectado unas a otras. Aunque los brotes se han vuelto más frecuentes en los últimos años, por lo general, han sido pequeños. Después de cada emergencia el virus aparentemente desaparecía nuevamente de la población humana”, exponen en la revista Science.
El problema es que, en esta ocasión, ha sido diferente y al viruela del mono ha provocado un brote global que continúa generando nuevos casos. Hecho que ha sorprendido a los expertos ya que nunca antes habían visto a este virus con una capacidad similar para adaptarse a los seres humanos.
Cierto es que los casos están disminuyendo de forma significativa en los países occidentales como resultado de la vacunación y ciertos cambios a nivel de comportamiento derivados de las recomendaciones realizadas por las autoridades de salud pública. Pero las infecciones continúan aumentando en otras partes del mundo. Especialmente, en los países con bajos y medios ingresos.
“Con aproximadamente 200.000 nucleótidos y 200 genes, el genoma de la viruela del simio es más de 20 veces más grande que el del VIH. No está claro qué hacen muchos de esos genes”
La virología evolutiva ha concentrado sus investigaciones en virus como los de la influenza, el VIH y otros cuyos genomas consisten en ARNm. En cambio el virus de la viruela del mono se basa en ADN lo que implica una mayor complejidad. “Con aproximadamente 200.000 nucleótidos y 200 genes, el genoma de la viruela del simio es más de 20 veces más grande que el del VIH. No está claro qué hacen muchos de esos genes”, explican desde Science. Se suma el hecho de que, desde la erradicación en 1980 de la viruela, las investigaciones sobre este tipo de virus apenas se han realizado.
Ha sido ahora, con el brote surgido a nivel global fuera de las zonas endémicas, cuando se han comenzado a extraer genomas de la viruela del mono de pacientes recientes con la misión de aprender cómo ha evolucionado el virus hasta este momento. Conseguir una secuencia de alta calidad es complicado e implica elevados costes en comparación, por ejemplo, con el SARS-CoV-2. Aún así, ya se están obteniendo resultados.
A largo plazo las mutaciones que se observan podrían hacer que el virus fuese menos apto a medida que se acumulan, pero alguna de ellas podría beneficiar al virus. Los expertos creen que estos cambios no serían de gran relevancia desde un punto de vista evolutivo.
Retomando el estudio desarrollado por investigadores alemanes al que hacíamos referencia, estos han continuado investigando el virus aislado de un paciente radicado en Berlín que presentaba genes eliminados y duplicados. Aunque los resultados aún no han sido publicados, son inquietantes: “En cultivo celular muestra una clara diferencia ya que se replica más rápido. No debemos sobreinterpretar estos, pero parece significativo que este virus ya muestre una diferencia en el cultivo celular”, explican los autores en Science.
En base a esto la comunidad científica defiende que, si el virus contase con una ventaja en el mundo real, pero esta no se transmitiese, la humanidad habría tenido suerte con el virus de la viruela del mono. Al menos por esta vez. De lo que no cabe duda es que el virus está tratando de adaptarse a los humanos y estos luchan para combatirlo. El actual brote al que nos enfrentamos supone una oportunidad para los investigadores para observar su evolución en tiempo real y conocerlo más en profundidad y estar así más preparados de cara al futuro.