Los esfuerzos para erradicar la poliomielitis “están fracasando”, una categórica aseveración que manifestó hace unos meses la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio (GPEI, por sus siglas en inglés). Desde 2016, 3.300 niños han desarrollado poliomielitis derivada de la vacuna, solo en 2022 se dieron 665 casos en 23 países. El objetivo era reducir a cero los casos de polio tipo 2 derivados de la vacuna, algo que, tal y como reconoce Aidan O'Leary, director para la erradicación de la polio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “claramente no ha sucedido”. Ahora esta realidad se ha hecho patente en Gaza.
El pasado 16 de julio, el Ministerio de Salud de Gaza anunció la detección de poliovirus en seis muestras de aguas residuales, ¿el significado?: que el virus está circulando por la Franja de Gaza en mitad de la guerra contra Israel. Desde el GPEI, señalan que, aunque no se ha registrado ningún caso de parálisis causada por el virus, puede que haya algún caso no detectado.
Las tasas de inmunización sistemática en el territorio palestino ocupado eran óptimas antes del inicio del conflicto en octubre de 2023 (99%), cifra que ha disminuido al 89% en 2023
La guerra ha golpeado los sistemas de vigilancia de todas las enfermedades, así como las instalaciones de agua y saneamiento y las campañas de inmunización: las tasas de inmunización sistemática en el territorio palestino ocupado eran óptimas antes del inicio del conflicto en octubre de 2023 (99%), cifra que ha disminuido al 89% en 2023, según las últimas estimaciones de inmunización sistemática de la OMS y el UNICEF (WUENIC).
“Decenas de miles de niños menores de cinco años corren ahora el riesgo de contraer la polio, y no se puede descartar la posibilidad de una propagación internacional más allá de Gaza”, afirma el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier. No en vano, la transmisión en Gaza tiene origen en otro país: se ha demostrado que los casos detectados están relacionados con una cepa de virus tipo 2 derivado de la vacuna que circulaba en Egipto en la segunda mitad de 2023 y que podría haberse introducido en Gaza en septiembre de 2023.
AVANCES CONSEGUIDOS Y PASOS A DAR
En los últimos años se han hecho avances importantes frente a la poliomielitis, tal y como recogió el informe ‘Estrategia de Erradicación de la Poliomielitis 2022-2026’ del GPEI. Los poliovirus salvajes de tipo 2 y 3 (WPV2 y WPV3) se declararon erradicados en 2015 y 2019, respectivamente; la Región de Asia Sudoriental de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se declaró libre de poliovirus en 2014, y en agosto de 2020 se certificó que la Región de África de la OMS estaba libre de poliovirus salvajes (WPV).
La dificultad que se ha manifestado en Gaza es la erradicación de los virus derivados de la vacuna. Frenar la transmisión de la poliomielitis causada por las herramientas de inmunización es uno de los principales objetivos actuales, un paso que se creía que se conseguiría cuando en 2016 se eliminó la inmunidad contra el poliovirus de tipo 2 en las vacunas, y que no fue así. En este sentido, se están desarrollando tres nuevas moléculas que han mostrado su eficacia para proteger contra la polio y evitar la reactivación del virus atenuado. La primera, la nOPV2 dirigida al tipo 2, ya se administra en humanos; las otras dos acaban de demostrar su eficacia en ratones.
La meta es que antes de que se acabe 2024 se haya interrumpido la transmisión de los poliovirus salvajes y aislado el último virus derivado de la vacuna, algo que no se ha conseguido y que aleja el siguiente objetivo: que en 2027 se haya validado la erradicación del virus salvaje y la ausencia del debido a la vacuna. “Para conseguir que no haya más casos de poliomielitis en el mundo será fundamental efectuar y controlar la contención de poliovirus a largo plazo en instalaciones que cuenten las debidas medidas de seguridad”, asevera el GPEI.