El año 2015 marcó un antes y un después en el abordaje de la hepatitis C. Una enfermedad que se ha constituido como la principal causa de cirrosis, trasplante hepático y cáncer de hígado en España. Si hasta entonces los tratamientos contra este virus tenían cantidad de efectos secundarios y curaban a menos del 20% de los pacientes, la llegada de nuevos antivirales orales, con pocos o ningún efecto secundario y de entre dos y tres meses de duración, supuso una “revolución” en el manejo de esta enfermedad.
Desde este año y con la implantación del Plan Estratégico para el Abordaje de la hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud (PEAHC), en España han recibido tratamiento más de 150.000 mil pacientes. “Esto es lo mismo que decir que se han curado más de 150.000 personas”, una vez que más del 95% de los pacientes tratados se cura, matiza el presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), el Dr. José Luis Calleja.
Ya en 2021, la eficacia de estos tratamientos, acompañada de la voluntad social, política y profesional de eliminar la hepatitis C, se ha materializado en un descenso importante de los casos de enfermedad grave y muertes por hepatitis C, recuerda el también jefe de servicio de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda.
Con todo, aún es necesario ir más allá. El objetivo marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es eliminar la hepatitis C como problema de salud pública para el año 2030. Y para ello, es necesario detectar a todos los pacientes y ofrecerles un tratamiento.
“No puede ser que estemos buscando la hepatitis C en la población general y que en los hospitales haya personas sin diagnosticar”
Aunque no es fácil concretar el número de personas pendientes de diagnosticar, el Dr. Calleja estima que se trata de menos de 80.000 en toda España. Si bien son pacientes a los que no es fácil llegar, “hay que diagnosticarles cuanto antes, para ponerles tratamiento y evitar que contagien a otras personas o desarrollen enfermedad hepática grave”, apunta el médico.
Por ello, es importante el compromiso de los distintos niveles asistenciales para atajar este problema de salud pública. En este sentido, el “Decálogo de Eliminación de la Hepatitis C” juega un papel fundamental. Este documento, elaborado por la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y el Grupo de Estudio de las Hepatitis Víricas (GEHEP), en colaboración con AbbVie, marca el camino a seguir para conseguir eliminar la hepatitis C en España, empezando por los hospitales.
Así, tal y como explica el profesor asociado de la Universidad de Barcelona y director del Grupo de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona, Jeffrey V. Lazarus, en los hospitales “hay grupos de alta prevalencia que no están siendo testados por hepatitis C”. Teniendo en cuenta que se realizan analíticas de sangre de forma rutinaria, no testar a los potenciales pacientes es una oportunidad perdida para diagnosticar la hepatitis C. “Estamos extrayendo sangre todo el rato, hay que aprovechar”, explica.
Pacientes con hemofilia o VIH, usuarios de drogas inyectables, pacientes en diálisis, en espera para trasplante o los trasplantados, son solo algunos de los colectivos en riesgo que deben ser testados en hepatitis C y que son susceptibles de ser testados según este decálogo.
“Es posible eliminar la hepatitis C y España está en la mejor situación para conseguirlo”
Es por ello, que el decálogo recoge las “diez acciones que se deben llevar a cabo en los hospitales, como son el diagnóstico en un solo paso o las alertas a los profesionales de que una persona debe ser testada por pertenecer a un grupo de riesgo”. Y es que para Lazarus “no puede ser que estemos buscando la hepatitis C en la población general y que en los hospitales haya gente sin diagnosticar”. “Hay pacientes que van muchas veces al año al médico y aún no han sido testados. Con la hepatitis C tenemos que integrar los diferentes servicios para conseguir eliminarla”, destaca.
Tal ha sido la relevancia de este decálogo, que recientemente se ha publicado un comentario acerca del mismo en la revista Nature Reviews GastroHep. En esta publicación, titulada ‘Diez pasos para eliminar la hepatitis C en los hospitales’, se señalan los puntos fuertes en los que ahonda este trabajo, a la vez que se pone sobre la mesa la relevancia de tomar acciones conjuntas para alcanzar el objetivo de erradicar el virus de la hepatitis C.
En esta línea y en lo que al abordaje de la hepatitis C respecta, España puede presumir de liderar el ranking mundial de países más avanzados en la eliminación del virus de la hepatitis C. Y si hemos llegado hasta aquí, es porque los profesionales, pacientes, políticos e industria farmacéutica han remado en la misma dirección. En lo que a este último sector atañe, el Dr. Calleja subraya que “la industria farmacéutica ha visto la importancia de ayudarnos a detectar y curar pacientes, ha desarrollado tratamientos y ha invertido en investigación para potenciar el beneficio a los pacientes, que es lo más importante”.
El futuro es prometedor y tanto Lazarus como Calleja coinciden en que eliminar la hepatitis C es un objetivo tan ambicioso, como realista. Aunque la pandemia de Covid-19 ha ralentizado la eliminación de la hepatitis C, nuestro país tiene tanto las herramientas, como la voluntad de eliminar este virus. “Es posible eliminar la hepatitis C y España está en la mejor situación para conseguirlo”, asegura Calleja. Mientras, Lazarus añade que de seguir avanzando en esta dirección, “en unos dos años, podremos decir que hemos eliminado la hepatitis C”.
“Con la colaboración de AbbVie”