La aparición de brotes como los del sarampión en países como Reino Unido encienden las alertas ante la falta de vacunación de los más pequeños. Tras la pandemia, la caída de la inmunización ha sido notoria en distintos países. Sin embargo, sobre este hecho existe una gran desinformación: la vacilación de los padres de vacunar a sus hijos no es tan alta.
Estados Unidos se ha convertido en foco de noticias sobre que la mayoría de los padres no quieren vacunar a sus hijos. Una realidad que responde a las campañas de desinformación de los antivacunas y cuyo objetivo es normalizar la duda de los padres a la hora de vacunar a sus hijos, como recoge el ensayo ‘The Risks og Normalizing Parental Vaccine Hesitancy’ publicado recientemente en The New England Journal of medicine.
En EE.UU. el 88% de los adultos muestra una confianza robusta en el valor de las vacunas
La pandemia Covid-19 afectó a los programas de vacunación a nivel mundial. Primero el confinamiento y luego la inmunización frente al virus causante, el SARS-CoV-2, provocaron una caída de la administración de otras vacunas: de ahí el incremento de casos de sarampión en países como Reino Unido, pero también en otros países como España. Sin embargo, tras ese periodo, las tasas de cobertura se han ido recuperando.
En Estados Unidos, pese a la creencia popular, el 88% de los adultos muestra una confianza robusta en el valor de las vacunas y el porcentaje de personas que reconocen los beneficios de estos productos frente a sus riesgos se ha mantenido alto, e inalterable. Sí es cierto que ha aumentado durante la pandemia el porcentaje de niños que han llegado sin las pautas vacunales correspondientes al colegio.
En 2022-2023 era el 3% de los escolares, antes del a pandemia era el 1%. “Es un aumento pequeño, pero preocupante”, reconocen los autores. Sin embargo, es una situación a la que se contrapone lo vivido con la aparición de los nuevos productos frente al virus respiratorio sincitial. “Estamos acostumbrados a que la confianza en nuevos fármacos se incremente de forma paulatina, pero en este caso ha sido tal la demanda que hay padres que han tenido dificultades para conseguirlas”, recoge el ensayo.
EL PROBLEMA DE LA DESINFORMACIÓN
Los investigadores del estudio, que son pediatras y vacunólogos, llaman a no normalizar algo que “no es la norma”. “La mayoría de los padres no dudan sobre vacunar a sus hijos” e inciden en este mensaje porque aquellos que tienen dudas sobre las vacunas infantiles de rutina pueden encontrar en “la desinformación y la polarización de la política y de la pandemia Covid-19” las razones para incrementar sus reservas hacia la cobertura de vacunación pediátrica.
“La confianza en la vacunación pediátrica sigue siendo, de hecho, la norma”
“De la minoría de padres estadounidenses que vacilan con las vacunas infantiles, los datos sugieren que una proporción sustancial todavía eligen inmunizarlos”, recuerdan. Una realidad que los expertos esperan que se mantenga, pues señalan que, como han reflejado los datos, “es erróneo suponer que la mayoría de los padres tienen actitudes negativas sobre las vacunas”.
Para evitar la caída de la tasa de cobertura, los expertos inciden en la importancia de evitar la desinformación y de que los médicos recomienden las vacunas y resuelvan las dudas que puedan presentar los progenitores, pues este gesto, según diferentes estudios, incrementa la confianza de los padres. “La mayoría de los padres que preguntan simplemente están preocupados por la salud de sus hijos”, manifiestan los autores. Y ante los datos concluyen: “La confianza en la vacunación pediátrica sigue siendo, de hecho, la norma”.