A principios de octubre de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba del resurgimiento del cólera a nivel global en su forma más letal, impulsado por el cambio climático. En los primeros nueve meses del año hasta 27 países reportaron brotes a la OMS. “No solo estamos viendo más brotes, sino más mortales”, declaraba el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Pocas semanas después el Grupo de Coordinación Internacional (ICG, por sus siglas en inglés) anunciaba la suspensión temporal del régimen de vacunación contra el cólera de dos dosis por una sola. Una decisión que encuentra su origen en la escasez de viales debido al rápido aumento de brotes.
Haití ha registrado uno de los brotes más devastadores. Según los datos hechos públicos por Médicos Sin Fronteras a mediados del pasado mes de enero la enfermedad ha dejado más de 450 muertos, 1.561 casos confirmados, 22.469 casos sospechosos y más de 18.000 hospitalizados con síntomas relacionados con el cólera.
El pasado 9 de febrero la Oficina Regional de la OMS para África advertía del aumento exponencial de casos de cólera en el continente. Según los datos publicados los casos registrados solo en el primer mes de 2023 ya han aumentado en más de un 30% del total de casos alcanzado durante todo el 2022.
Las estimaciones apuntan a 26.000 casos y 660 muertes hasta el 29 de enero en 10 países que están haciendo frente a brotes desde principios de año. En 2022 se registraron 80.000 casos y 1.863 muertes en 15 naciones africanas. La OMS asevera que si se mantiene la tendencia actual de rápido incremento de casos podría superarse el número de casos registrados en 2021, el peor año de cólera en África en casi una década. Actualmente la tasa media de letalidad roza el umbral del tres por ciento. Una cifra que se encuentra muy por encima del 2,3% registrado en 2022 y de menos del uno por ciento considerado como aceptable.
La mayoría de los nuevos casos y muertes se han producido en Malaui. El país combate el peor brote de cólera de los últimos 20 años. Desde marzo de 2022 ha notificado 44.500 casos y 1.440 muertes.
"Las inversiones en un mejor saneamiento y acceso a agua potable complementan formidablemente las iniciativas de salud pública para controlar y acabar con el cólera de manera sostenible"
Sus vecinos Mozambique y Zambia también han notificado casos. Los brotes de cólera en África oriental, Etiopía, Kenia y Somalia confluyen con una sequía prolongada y severa que ha dejado a millones de personas en una situación de vulnerabilidad extrema. Burundi, Camerún, República Democrática del Congo y Nigeria también han notificado casos a la OMS.
“Estamos siendo testigos de un escenario preocupante en el que los conflictos y los fenómenos climáticos extremos están empeorando los desencadenantes del cólera y aumentando su número de vidas”, expresa la doctora Matshidiso Moeti, directora regional para África de la OMS. “Es fundamental que los países africanos aumenten la preparación para detectar casos rápidamente y montar una respuesta integral y oportuna. Estamos apoyando a los gobiernos para reforzar las medidas de control clave para detener estos brotes lo más rápido posible”.
La OMS trabaja con los países africanos afectados para aumentar las medidas de vigilancia, prevención y tratamiento. La agencia de salud de la ONU ha desplegado a 65 expertos en cinco países africanos y ha realizado un desembolso de seis millones de dólares para poner en marcha la respuesta a la emergencia en Kenia, Malaui y Mozambique. Desde el inicio del 2023 la OMS ha entregado alrededor de 3,3 millones de dosis de la vacuna contra el cólera a República Democrática del Congo, Kenia y Mozambique.
La vacunación contra el cólera es fundamental a la hora de controlar los brotes, pero debe complementarse con otras medidas orientadas a abordar los factores que han desencadenado la situación. “La vacunación oral contra el cólera debe utilizarse junto con mejoras en el agua y saneamiento para controlar los brotes de cólera y para la prevención en áreas seleccionadas que se sabe que tienen un alto riesgo de cólera”, señala la doctora Neema Kimambo, representante de la OMS en Malaui. “Seguiremos colaborando con socios y donantes para garantizar que, si surge la necesidad de dosis orales adicionales contra el cólera, estemos bien preparados y apoyemos al Ministerio de Salud en consecuencia”.
“Cada muerte por cólera se puede prevenir. Esta enfermedad es un desafío tanto para la salud como para el desarrollo. Como tales, las inversiones en un mejor saneamiento y acceso a agua potable complementan formidablemente las iniciativas de salud pública para controlar y acabar con el cólera de manera sostenible”, argumenta Moeti.
Los brotes de cólera en el continente africano se están produciendo en un contexto de eventos climáticos extremos, conflictos, brotes en curso de otras enfermedades como el poliovirus salvaje, sumado a recursos financieros limitados y una fuerza laboral de la salud sobrecargada debido a la respuesta a la pandemia de Covid-19.