Las circunstancias climáticas están impulsando de una forma vertiginosa la proliferación de especies que pueden ser vectores transmisores de peligrosas enfermedades. Mosquitos, garrapatas o chinches, entre otros, han proliferado a lo largo del pasado verano como consecuencia de las lluvias torrenciales y las elevadas temperaturas registradas durante la temporada estival.
El papel que estos vectores juegan en la transmisión de las zoonosis (enfermedades transmitidas a los seres humanos a través de animales) es clave: hasta la mitad de las que se han identificado hasta la fecha están provocadas por vectores como los mosquitos, las garrapatas o las ratas. Y es que el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los seres humanos tienen origen animal.
“Las lluvias de los últimos días, sumadas a las altas temperaturas especialmente en determinadas zonas del territorio español, impropias ya de estas fechas, y la humedad generada conforman el mejor caldo de cultivo para la reactivación de plagas como las de mosquitos o cucarachas, entre otras”, alertan desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Animal (Anecpla), pronosticando que las plagas podrían erigirse como un gran problema este otoño.
Los expertos de Anecpla ponen el foco en el alarmante incremento de la población de mosquito Culex, transmisor del virus del Nilo Occidental. El pasado 5 de septiembre la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y la Estación Biológica de Doñana informaban al ayuntamiento de La Puebla del Río (Sevilla) de la aparición en el término municipal de mosquitos positivos en virus del Nilo.
Aunque no se han detectado por el momento infecciones en humanos, recordemos que este virus acabó con la vida de ocho personas en Andalucía en 2020. “Llevamos ya algo más de un mes alertando del incremento continuado de la población de los mosquitos transmisores de este virus y las últimas lluvias son un disparador ideal para que se produzca un aumento desmedido de la población de este vector”, alerta Jorge Galván, director general de Anecpla.
El mosquito tigre es una especie invasora especialmente peligrosa ya que es vector transmisor de graves enfermedades como el zika, el dengue o el chikungunya
“Desde la Asociación, y como profesionales expertos en gestión de plagas y Sanidad Ambiental, ofrecemos toda la colaboración que las Administraciones Públicas puedan necesitar sin olvidar en ningún caso la necesaria colaboración igualmente con la ciudadanía”, apunta Galván, “de la que directamente depende la puesta en práctica de normas preventivas tan importantes como la limpieza de criaderos de mosquitos, domésticos y peridomésticos, es decir, aquellos que permanecen en aguas estancadas, albercas, tanques o cualquier recipiente al aire libre que pueda acumular agua”, añade.
A través de un comunicado alertan también de la proliferación de las cucarachas. Concretamente de la Blattella germanica (cucaracha rubia, alemana o del café), la Blatta orientalis (cucaracha negra) y la Periplaneta americana (cucaracha americana, conocida como la “súper-cucaracha” por su tamaño), las especies más comunes en nuestro país. Los expertos consideran que el control de esta plaga “es un asunto de primer orden, especialmente para los responsables del sector hostelero”, ya que más allá de la imagen de los locales y/o restaurantes las cucarachas son transmisoras de enfermedades como la salmonelosis o la disentería, entre otras.
Pero si hablamos de una expansión sin precedentes de un vector en nuestro país esa es la del mosquito tigre (Aedes albopictus). “En España ha llegado a un punto de no retorno donde su extinción es ya imposible”, advierten. Según los datos de Mosquito Alert en el primer cuatrimestre de 2020, momento en el que debido a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 se declaró el Estado de Alarma y no pudieron desarrollarse los tratamientos de control oportunos, su presencia en nuestro país se incrementó hasta un 70% en comparación con el mismo periodo de 2018.
El mosquito tigre es una especie invasora especialmente peligrosa ya que es vector transmisor de graves enfermedades como el zika, el dengue o el chikungunya, entre otras. “Una situación de riesgo que se complica a la luz de los últimos estudios que revelan cómo esta especie habría generado resistencia a las sustancias químicas presentes en los insecticidas”.
“Hace mucho tiempo que tenemos constancia de la existencia de este tipo de resistencia a los insecticidas por parte de esta especie”, concluyen desde Anecpla enfatizando en la necesidad de que sean profesionales expertos en la gestión de plagas y Sanidad Ambiental los encargados de realizar labores de prevención y controlar su población.