La natalidad en Europa ha alcanzado un nuevo mínimo histórico según los últimos datos de ‘Eurostat’, la entidad de estadísticas de la Unión Europea. En 2023, último año de registros de natalidad de la UE, nacieron 3,67 millones de bebés en los Estados miembros, lo que supone un descenso del 5,4% con respecto a los 3,88 millones de 2022. Se trata de la mayor caída anual registrada desde 1961, según indica el informe europeo.
El indicador de fertilidad más utilizado, la tasa de fecundidad total, también refleja esta caída en términos interanuales: en 2023 se situó en 1,38 nacimientos por mujer, frente a 1,46 en 2022. Esta situación, según detalla el informe, sugiere un declive poblacional a largo plazo, si tenemos en cuenta únicamente los niños nacidos de madres nativas en los países europeos.
Este descenso lleva produciéndose desde mediados de la década de 1960, año desde el cual las tasas de fecundidad en Europa han experimentado una caída progresiva. En 2010, la tasa de fecundidad total en la UE se situaba en 1,57, y aunque experimentó un leve repunte en 2016, desde entonces ha seguido descendiendo hasta alcanzar su nivel más bajo en 2023. Durante la pandemia de Covid-19 se observó un repunte temporal en la natalidad, alcanzando una tasa de 1,53 en 2021, pero la tendencia descendente se repitió nuevamente en 2022 y, ahora, en 2023.
La tasa bruta de natalidad fue de 8,2 por cada 1.000 personas en Europa en 2023
Este descenso en los nacimientos también se refleja en la tasa bruta de natalidad, que en 2023 fue de 8,2 por cada 1.000 personas. En comparación, en el año 2000 esta tasa era de 10,5, en 1985 de 12,8 y en 1970 de 16,4, lo que muestra un descenso sostenido de la natalidad en las últimas décadas.
MALTA Y ESPAÑA REGISTRAN LAS TASAS MÁS BAJAS
Por otro lado, también existen diferencias significativas entre los países europeos. En 2023, Bulgaria registró la tasa de fecundidad más alta de la UE con 1,81 nacimientos por mujer, seguida de Francia (1,66) y Hungría (1,55). Estos países, aunque por debajo del umbral de reemplazo generacional, muestran cifras “relativamente más estables”, indica la estadística de ‘Eurostat’, en comparación con otros Estados miembros.

Por otro lado, los países con las tasas de fecundidad más bajas fueron Malta (1,06), España (1,12) y Lituania (1,18). En el caso de España, la baja natalidad se suma a otros factores como el envejecimiento poblacional y la baja tasa de reposición. Entre los países de la AELC (Asociación Europea de Libre Comercio), Islandia registró la tasa de fecundidad más alta con 1,55, mientras que Suiza presentó una de las más bajas con 1,33.
La evolución en la fecundidad también ha sido dispar en algunos países. Mientras que Bulgaria aumentó su tasa de 1,78 en 2022 a 1,81 en 2023, otros Estados han experimentado caídas significativas. En Chequia, por ejemplo, la tasa de fecundidad descendió de 1,64 en 2022 a 1,46 en 2023, representando una de las mayores caídas en la región.
LAS MUJERES EUROPEAS RETRASAN LA MATERNIDAD
Otro fenómeno que acompaña la disminución de la fecundidad es el retraso en la edad de la maternidad. En 2023, la edad media de las mujeres en el momento del nacimiento de su primer hijo en la UE fue de 29,8 años, con valores que varían según el país. Bulgaria y Rumanía registraron las edades más bajas con 26,9 y 27,1 años respectivamente, mientras que Italia e Irlanda presentaron las edades más altas con 31,8 y 31,6 años.

El cambio en la estructura de la maternidad también es evidente en la distribución por orden de nacimiento. Casi la mitad de los nacimientos en la UE en 2023 (46,4%) fueron primogénitos, superando el 50% en países como Luxemburgo, Portugal y Malta. En contraste, Letonia y Estonia presentaron los porcentajes más bajos de primogénitos, con valores cercanos al 39%.
EL PAPEL DE LA MIGRACIÓN EN LA NATALIDAD EUROPEA
Un aspecto clave en la evolución de la natalidad en Europa es la proporción de nacimientos de madres nacidas en el extranjero. En 2023, el 23% de los niños nacidos en la UE fueron de madres inmigrantes. En Luxemburgo, esta proporción alcanzó el 67%, seguido de Chipre (41%) y Malta (36%). En contraste, Bulgaria y Eslovaquia registraron los porcentajes más bajos, con apenas el 3% de nacimientos de madres extranjeras.
Comparado con 2013, la presencia de madres nacidas en el extranjero ha aumentado en la mayoría de los países de la UE. Destaca el caso de Malta, que pasó de un 11% en 2013 a un 36% en 2023, así como Portugal y España, donde también se han registrado aumentos significativos.