La compañía Angelini Pharma ha presentado este jueves lurasidona (Latuda), la nueva indicación pediátrica que acaba de obtener para el tratamiento de la esquizofrenia en adolescentes a partir de 13 años. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esquizofrenia afecta a 21 millones de personas en todo el mundo.
En nuestro país, si bien la variabilidad es muy alta en dependencia de la metodología empleada, los expertos estiman una prevalencia de tres casos por cada 1.000 habitantes cada año. La directora general de Angelini Pharma España, Olga Insua, ha expresado que es un "orgullo" presentar esta indicación. "Es un gran día para los pacientes y refuerza nuestro compromiso para combatir el estigma", ha manifestado.
Latuda es un medicamento de segunda generación que, como ha explicado Insua, "ha demostrado eficacia en el tratamiento de síntomas, tanto positivos como negativos, y un excelente perfil cognitivo". Así, está indicado como un tratamiento de primera línea para adolescentes y personas en transición a la vida adulta.
"El hecho de que existan nuevos fármacos para la población infantojuvenil, con especial perfil de tolerabilidad y seguridad, es un motivo de celebración y congratulación"
El doctor Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y jefe de Servicio de Psiquiatría del niño y del adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), ha declarado que los adolescentes son "una población especialmente vulnerable, tanto por la patología como por la edad que tienen".
"Los que llevamos años prescribiendo fármacos nos hemos visto forzados a hacerlo fuera de indicación, con datos de pacientes adultos. El hecho de que existan nuevos fármacos para la población infantojuvenil, con especial perfil de tolerabilidad y seguridad, es un motivo de celebración y congratulación", ha resaltado el facultativo.
Acto seguido ha tomado la palabra el doctor Stefan Leucht, director Section for Evidence-Based Medicine in Psychiatry and Psychotherapy en la Technical University de Múnich. "Los fármacos en Psiquiatría se han visto de forma muy crítica: muchas personas piensan que la razón de las enfermedades es púramente psicológica y, los que conocemos la cuestión, sabemos que no es completamente así", ha apuntado.
En este contexto, Leucht ha puesto los antipsicóticos en la perspectiva de otros tratamientos farmacológicos. "Debemos ser críticos con un fármaco, pero hay un escepticismo especial con los trastornos psiquiátricos", ha asegurado, añadiendo que "los problemas psiquiátricos son muy difíciles de abordar, por lo que todos los tratamientos disponibles se deberían utilizar".
"Los problemas psiquiátricos son muy difíciles de abordar, por lo que todos los tratamientos disponibles se deberían utilizar"
La doctora Gisela Sugranyes, especialista sénior en Psiquiatría en el Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil del Instituto de Neurociencias en el Hospital Clínic de Barcelona, ha analizado el impacto de la tolerabilidad de los tratamientos antipsicóticos en adolescentes. Tal y como ha descrito, más de tres cuartas partes de los pacientes presentan, al menos, un efecto adverso con los antipsicóticos, lo que repercute en la adherencia.
Algunos de ellos son la ganancia de peso, la somnolencia o problemas ligados a la esfera sexual, algo que "tiene un impacto en el funcionamiento y la calidad de vida de los pacientes", ha comentado la facultativa, también investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM).
El doctor Christoph U. Correll, professor of Psychiatry and Molecular Medicine en la Zucker School of Medicine en Hofstra/Northwell de Nueva York, ha descrito las edades en las que suele aparecer la enfermedad. Gracias a la revisión de 197 estudios, se ha descubierto que, antes de los 14 años, ya se han diagnosticado uno de cada tres casos; a los 18 años ya se han descubierto la mitad de las situaciones y, a los 25 años, prácticamente se han diagnosticado dos tercios de los casos clínicos.
Finalmente, la doctora Blanca Reneses, jefa de Servicio de Psiquiatría y directora del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), ha puesto el foco en la transición de la adolescencia a la edad adulta.
"La edad de transición es muy importante porque sabemos que, cuando más precoz sea el tratamiento, especialmente en la psicosis, las posibilidades de recuperación son muy importantes"
"En estos años tenemos una ventana de oportunidad para los tratamientos; es una edad muy importante porque sabemos que, cuando más precoz sea el tratamiento, especialmente en la psicosis, las posibilidades de recuperación son muy importantes", ha expresado.
La doctora Reneses ha comentado que, en ocasiones, esta transición supone un "verdadero salto". En España la situación no es la más óptima: la tardía creación de la especialidad de Psiquiatría del Niño y Adolescentes, el escaso desarrollo de los servicios de Psiquiatría y Salud Mental de niños y adolescentes frente a los adultos o la escasez extrema de hospitales de día o unidades de hospitalización derivan en este contexto.
No en vano, un estudio elaborado en la Unión Europea (UE) antes de la salida de Reino Unido determinaba que tan solo cuatro de los 28 Estados miembro tenían políticas específicas para la transición de los servicios de adolescentes a adultos.