La obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI y su prevalencia aumenta a un ritmo alarmante.
Para combatirla, en Herbalife Nutrition aconsejan llevar una nutrición y estilo de vida saludables que contribuyan al buen funcionamiento del organismo.
En este sentido, en el campo de la alimentación, desde la compañía recomiendan que los más pequeños consuman alimentos ricos en vitamina C, ya que esta, además de ser muy beneficiosa para el sistema inmunológico, la podemos encontrar en una amplia variedad de frutas y verduras como naranjas, pomelos, mandarinas, fresas, espinacas o brócoli.
Asimismo, es de suma importancia incorporar más pescado a la dieta. Por ejemplo, el atún al natural en lata y el salmón son fuentes destacadas de omega 3 y, además, muy saludables. En Herbalife Nutrition señalan que añadir atún al natural de lata a la salsa para la pasta en lugar de carne picada, o usar el salmón como complemento de las ensaladas para crear un plato principal rápido, saludable y ligero, aumentarán el consumo habitual de pescado entre los niños.
La obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI y su prevalencia aumenta a un ritmo alarmante
Por otro lado, a la hora de la merienda, es mejor que los niños opten por alimentos que les ayuden a mantener la energía entre comidas y saciar el hambre, y eviten aquellos ricos en grasas, sal o azúcar, que son contraproducentes para la salud. También deben eliminar los fritos de su alimentación e incluir alimentos cocinados a la parrilla o al vapor con bajas cantidades de sal.
De la misma manera, para que los niños lleven una alimentación más sana, en Herbalife Nutrition destacan que hay que revisar los ingredientes de las comidas que se consumen y tratar de sustituir algunos para reducir la cantidad de grasas y calorías o aumentar su valor nutricional.
Además de la alimentación, el ejercicio físico también juega un papel fundamental no solo en la prevención de la obesidad, sino en la mejora de la salud cardiovascular, la densidad ósea, la movilidad articular, la cognición, el estado de ánimo y la función metabólica.
La danza, por ejemplo, es una actividad perfecta porque ayuda a mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, desarrolla huesos fuertes y reduce los síntomas de la ansiedad y la depresión.