La gestión mayoritaria de los “residuos peligrosos” en España sigue siendo el depósito en vertedero, lo que evidencia la necesidad de reforzar y mejorar las medidas de prevención y las opciones de tratamiento prioritarias en la jerarquía de residuos. Una gestión poco sostenible de los residuos genera diferentes impactos tanto en el medio ambiente como en la salud humana.
Según los datos de Eurostat, en 2018 la generación de residuos en la Unión Europea se incrementó un 3,5% con respecto a los residuos generados durante el año 2016. En España en el mismo periodo, este incremento fue del 6,9%. De estos residuos únicamente el 2,3% se clasificó como “residuo peligroso”.
El documento “Salud y residuos: Evidencia sobre los efectos en salud y retos para su mejor caracterización” responde al desarrollo de uno de los objetivos de actuación planteados en el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente (2022-2026). Este informe busca analizar la evidencia científica relativa a posibles efectos en la salud de la población general de distintas fracciones de residuos, no consideradas, según la normativa vigente, como residuos peligrosos, ya que los pocos estudios focalizados en la población general se han realizado mayoritariamente sobre los procesos de gestión de los residuos, fundamentalmente vertederos e incineradoras.
Los residuos generan efectos desiguales no sólo a nivel de desarrollo económico sino también en la población más sensible y en perspectiva de género
El documento establece tres retos principales. El primero es mejorar la caracterización de la exposición humana a las distintas fracciones de residuos para lograr una mejor inferencia entre exposición y efectos en salud. En segundo lugar, llevar a cabo abordajes de caracterización de la exposición integrales teniendo en cuenta todas las posibles rutas de exposición que pudieran estar afectando a una población dada. Y por último, mejorar la recogida de información sobre efectos en salud relacionados con sustancias peligrosas, como registros de cáncer o malformaciones congénitas.
El informe apunta que la carga de enfermedad total asociada a la exposición de la población a los residuos es mucho mayor de lo que hasta ahora se ha podido constatar. También reconoce varios problemas transversales en la caracterización de los posibles impactos en la salud de las distintas fracciones de residuos, principalmente: la falta de estudios homogéneos, las diferentes vías de gestión, definiciones de exposición, necesidad de dotación de recursos para el control de prácticas ilegales y la necesidad de generación de evidencia más robusta.
Los expertos que han elaborado el informe han podido describir, durante la revisión de la literatura científica, “una mayor afección a mujeres embarazadas, fetos, neonatos y niños en edad de desarrollo”. Esto, apuntan, hace que los residuos generen efectos desiguales no sólo a nivel de desarrollo económico sino también en la población más sensible y en perspectiva de género. "Estas cuestiones pueden resultar claves para la identificación de futuros pasos a seguir y retos a plantear tanto en la caracterización de los impactos en salud derivados de los residuos como de su remediación, monitorización y control", recogen.
Únicamente el 30% de los antibióticos presentes en las aguas residuales se pueden eliminar en las depuradoras
En cuanto a los residuos sanitarios, el informe expone la necesidad de desarrollar un marco legislativo estatal que aúne la clasificación de estos residuos y permita generar un marco de gestión que garantice la minimización del riesgo de impactos en la salud. En este aspecto el documento señala que la incorrecta eliminación de ciertos medicamentos puede generar problemas medioambientales como los relacionados con la contaminación de aguas residuales y ecosistemas acuáticos o terrestres, potenciando el problema del incremento de la resistencia antimicrobiana. Además, revela que únicamente el 30% de los antibióticos presentes en las aguas residuales se pueden eliminar en las depuradoras, vertiéndose el resto a los cauces receptores directamente.
Tradicionalmente, se ha utilizado como medida de exposición de la carga contaminante de las instalaciones de eliminación de residuos la distancia a los mismos. En este sentido, la OMS considera que la población vulnerable a los efectos de las instalaciones de tratamiento y eliminación de residuos en un radio de 2 Km alrededor de ellas. Sin embargo, estudios más recientes están introduciendo mecanismos de modelización de la dispersión de los contaminantes desde el foco emisor, para ajustar el dato de exposición de residencia de las personas de la población afectada, generando resultados más precisos con propuestas específicas en intervenciones y políticas de protección.
“Deben evaluarse otras vías de exposición como la ingestión o el contacto dermal para tener una buena caracterización de los impactos en salud”
El documento destaca que la contaminación atmosférica de los vertederos puede inducir enfermedades respiratorias e incluso cáncer de pulmón, así como afectar también a los niños. Aunque las pruebas sobre anomalías congénitas son limitadas, los incendios provocados por residuos han mostrado asociaciones con nacimientos prematuros y bajo peso al nacer. Aún se necesitan estudios más sólidos y exhaustivos para comprender plenamente las consecuencias para la salud de los distintos flujos de residuos y grupos demográficos.
Hasta ahora, la vía de exposición más estudiada para evaluar los efectos en salud ha sido la vía inhalatoria. Sin embargo, otras vías de exposición como la ingestión o el contacto dermal deben evaluarse para tener una buena caracterización de los impactos en salud. La acumulación de múltiples fracciones de residuos libera en el medio ambiente una serie de compuestos que pueden interactuar y dañar la salud humana a través de vías no tradicionales.