El impacto de los petardos en personas con autismo: medidas para una Navidad más inclusiva

Según la Confederación Autismo España, se estima que hay más de 470.000 personas que viven con autismo, lo que equivale aproximadamente a 1 de cada 100 personas.

El impacto de los fuegos artificiales en personas con autismo (Foto. Pixabay)
El impacto de los fuegos artificiales en personas con autismo (Foto. Pixabay)
CS
31 diciembre 2025 | 10:05 h
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Durante la Navidad y otras festividades, el uso de petardos y fuegos artificiales es una tradición común en muchos lugares. Sin embargo, esta práctica tiene un impacto significativo en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), quienes suelen ser especialmente sensibles al ruido y otros estímulos sensoriales. Según la Confederación Autismo España, en el país hay más de 470.000 personas que viven con este trastorno, lo que equivale a 1 de cada 100 ciudadanos.

"En las personas con TEA el sistema sensorial percibe los petardos como una invasión intensa e incontrolable, donde la persona pierde la capacidad de gestionar su entorno de manera efectiva”

“El sonido de los petardos no solo es estruendoso, sino que también es impredecible y de corta duración, lo que dificulta que el cerebro se adapte a él. Para una persona neurotípica, el cerebro puede filtrar estos sonidos y categorizarlos como no amenazantes, pero en las personas con TEA el sistema sensorial los percibe como una invasión intensa e incontrolable, donde la persona pierde la capacidad de gestionar su entorno de manera efectiva”, explica Belinda Manzano, experta en psiquiatría adulta e infantil de Sanitas.

Para minimizar el impacto de los petardos y promover un entorno más respetuoso, los expertos sugieren implementar una serie de medidas que pueden ser de gran ayuda:

En primer lugar, usar protección auditiva, como auriculares con cancelación de ruido o tapones para los oídos, puede reducir considerablemente la intensidad del sonido. Acompañar esta medida con música relajante o sonidos suaves permite desviar la atención de los ruidos fuertes, creando un ambiente más tranquilo. Además, crear un espacio seguro dentro del hogar, con luces suaves, mantas o juguetes sensoriales, ofrece a las personas con TEA un refugio frente al estrés de los petardos. Este espacio puede incluir tabletas para escuchar música o ver videos relajantes, lo que potencia la sensación de calma.

Explicar con antelación lo que sucederá y emplear estrategias como la desensibilización gradual, que consiste en escuchar grabaciones de petardos a bajo volumen y ver videos en un entorno controlado

Por otro lado, anticiparse a los acontecimientos resulta clave para reducir la ansiedad. Explicar con antelación lo que sucederá y emplear estrategias como la desensibilización gradual, que consiste en escuchar grabaciones de petardos a bajo volumen y ver videos en un entorno controlado, ayuda a familiarizarse con los estímulos de forma segura. “Al anticipar lo que sucederá, la persona aprende a gestionar mejor la ansiedad y las posibles reacciones frente al ruido intenso cuando se presenta en situaciones reales”, señala Delia García, psicóloga de Blua de Sanitas.

Además, practicar técnicas de regulación sensorial, como ejercicios de respiración profunda o el uso de objetos táctiles como pelotas antiestrés, puede ser muy eficaz para aliviar la ansiedad. En algunos casos, actividades como caminar en patrones repetitivos proporcionan una sensación de estabilidad y control. Finalmente, evitar la exposición directa al ruido, ya sea permaneciendo en zonas alejadas o planificando actividades alternativas durante los momentos más intensos de uso de petardos, contribuye no solo al bienestar de las personas con TEA, sino también a un entorno más inclusivo para toda la comunidad.

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