Este verano España entera ha ardido. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) en lo que llevamos de año se han producido 428 incendios que han quemado más de 30 hectáreas (ha) cada uno, en total, 299.693 ha. Una cifra muy lejana a la de 2021, cuando se produjeron 331 incendios y se quemaron 84.827.
Los incendios han obligado al desalojo de cientos y miles de familias de sus hogares, han constreñido la economía de poblaciones y pueblos, pero, además, ha supuesto un importante impacto ambiental que tiene un efecto directo en la salud. Durante este verano, y a causa de los incendios, se han emitido más de un millón de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Según explica José Vicente Oliver, catedrático de la Universitat Politècnica de València (UPV) enla jornada “Crisis climática y acción en el territorio” organizada por la UPV, “la cantidad supera, por ejemplo, el total de emisiones provocadas por el tráfico de automóviles privados en la ciudad de Valencia en un año, 670.000 toneladas de CO2, y equivale aproximadamente a la suma total del tráfico anual de automóviles en las tres capitales de provincia: Castellón, Valencia y Alicante”.
Estas emisiones contaminantes impactan directamente en la salud aumentando la morbilidad de pacientes con enfermedades como el cáncer, accidentes cerebrovasculares o patologías respiratorias
Son tres veces más de la emisión de gases de efecto invernadero en Atención Primaria, según datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de 2019, el número de consultas en atención primaria supera en España los 200,2 millones al año, que emitirían, teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, un desplazamiento promedio por paciente (desde su domicilio al centro de salud y vuelta) o el papel empleado para elaborar el informe médico o la receta, entre otros factores, un total de 350.405 toneladas de CO2 a la atmósfera.
LOS EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN
Estas emisiones contaminantes impactan directamente en la salud aumentando la morbilidad de pacientes con enfermedades como el cáncer, accidentes cerebrovasculares o patologías respiratorias. La contaminación del aire también tiene un importante papel en el desarrollo de enfermedades, como infartos, y está relacionada con alrededor del 1% de los casos de cáncer diagnosticados en la unión Europea y representa el 2% del total de muertes atribuibles al cáncer, según un el último informe publicado a finales del pasado mes de junio por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA, por sus siglas en inglés).
El aumento de C02 se ha relacionado con la reducción de nutrientes como proteínas y el aumento de carbohidratos en los alimentos de origen vegetal. Los gases de efecto invernadero tienen un papel directo en el cambio climático y se prevé que, entre 2030 y 2050, el cambio climático causará unas 250.000 muertes adicionales cada año debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El aumento de temperaturas está provocando cada vez más olas de calor, que no solo son más frecuentes, sino más largas. Por ejemplo este año en España se ha saldado con la vida de 5.731 personas. Y todo ello, además, beneficia la resistencia antimicrobiana o la aparición de enfermedades infecciosas autóctonas de otras latitudes.
El concept 'One Health', los programas y estrategias de reducción de emisiones, el cuidado de los bosques para evitar tantos incendios, son algunas de las soluciones que Gobiernos y expertos están poniendo en marcha para evitar que esto siga aumentando. En palabras de Carolina Darias, ministra de Sanidad: "La crisis medioambiental es un problema de salud pública”.