Elictus, también conocido como accidente cerebrovascular, se produce por la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una parte del cerebro o la rotura de una arteria o vena cerebral. Esta afección no entiende de edades, si bien aparece con mucha menos frecuente en niños, lo que se conoce como ictus pediátrico. Si en los adultos aparecen 185 o 200 casos nuevos por cada 100.000 habitantes, en los niños esto se reduce a 16 o 20.
Aún a edades tan tempranas, los pacientes pediátricos también están expuestos a una serie de factores de riesgo. De acuerdo con la doctora y jefe de sección de Neurología del Hospital Universitario La Paz, Blanca Fuentes, lo más frecuente son arteriopatías inflamatorias y no inflamatorias. “También puede influir que tenga una cardiopatía congénita, alteraciones de la sangre o alguna enfermedad genética”, indica la especialista. Quien señala que, si bien no es posible prevenir la aparición del ictus, sí que podemos identificar sus síntomas más característicos para lograr una atención temprana.
Entre ellos, tenemos aquellos propios también del adulto, como la pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, que se tuerza la boca o que tengan problemas para hablar de forma coherente. “Otros síntomas no tan frecuentes en adultos, pero sí en niños son dolores de cabeza, convulsiones y bajo nivel de consciencia, es decir, el niño está adormilado y cuesta despertarlo”, precisa la neuróloga. Ante la sospecha de un ictus, hay que avisar al 112 para identificarlo lo antes posible y así tratarlo.
Dolores de cabeza, convulsiones o bajo nivel de consciencia son algunos de los síntomas del ictus pediátrico
Ante un ictus pediátrico, la Comunidad de Madrid cuenta con el procedimiento conocido como Código Ictus Pediátrico. Según explica la neuróloga, el código ictus se estableció por consenso entre distintos especialistas de pediatría, cuidados intensivos pediátricos o neurología, junto con la consejería de sanidad de la Comunidad de Madrid. “Lo que establece el código es que cualquier niño con sospecha de accidente cerebrovascular esté donde esté en el ámbito de la comunidad de Madrid sea trasladado al hospital que pueda ofrecer una atención multidisciplinar, urgente y especializada en ictus pediátrico”, detalla. Estos son, el Hospital Universitario La Paz, el Hospital 12 de Octubre y el Hospital Gregorio Marañón.
EL 80% DESARROLLA ALGUNA SECUELA
Gracias a este procedimiento “se gana tiempo” tanto en el diagnóstico como tratamiento del ictus pediátrico. “Muchos de los códigos ictus en realidad no son ictus, hay otras enfermedades con síntomas parecidos, pero lo importante es que diagnostiquemos cuanto antes a los que sí lo tienen ”, informa la neuróloga. Pese a lograr una atención temprana, alrededor del 80% de los niños terminan por desarrollar algún tipo de secuela. Ya sea motora, del lenguaje o también problemas de comportamiento y, lo que es muy importante en niños, problemas de aprendizaje.
La especialista destaca que los niños tienen la ventaja de tener un cerebro en desarrollo, con mayor plasticidad cerebral: “Las posibilidades de recuperación son más altas que las de una persona de mucha más edad”. Aunque matiza que “eso no significa que no necesiten programas de rehabilitación”. Asimismo, la posibilidad de que sufran un segundo ictus o secuelas de adultos dependerá del tipo de patología y del tipo de recuperación que hayan tenido de niños.