La decoración, la iluminación y la arquitectura pueden marcar la diferencia en la experiencia hospitalaria de los pacientes. Un ambiente acogedor ayuda a combatir los principales sentimientos de los enfermos que tienen en un momento complicado, como pueden ser la ansiedad y el estrés. Así, los hospitales hacen uso de lo que podríamos llamar “interiorismo terapéutico” para ofrecer un entorno agradable que contribuya a paliar los efectos de la enfermedad y que su estancia en el hospital sea menos dolorosa.
“Hay estudios que demuestran que cuando un paciente está hospitalizado hay un aislamiento, por lo que se sienten más solos, tienen más sentimientos de tristeza, estrés, ansiedad”, afirma María Ángeles Aceituno, enfermera pediátrica y presidenta de la comisión de humanización de Vall d´Hebron. “Humanizar los espacios no contrarresta todos los efectos que puede tener una hospitalización, porque hay malestar, dolor o estrés que es normal cuando te van a hacer una operación, pero sí contribuye a que haya un mejor bienestar emocional y emociones positivas, que no solo sean las negativas”, añade.
“Los profesionales del centro son quienes realmente pueden humanizar la asistencia sanitaria. El trato que recibe el enfermo es el elemento diferencial que puede marcar su experiencia”
Entre los elementos esenciales para garantizar el bienestar emocional en los hospitales, Aceituno destaca la luz natural, los colores cálidos (lejos del blanco roto común en los hospitales), un buen aislamiento sonoro de las habitaciones y evitar el aparataje excesivo. También es importante pensar en espacios para el confort del paciente y de la familia y los profesionales, como puede ser una sala para poder informar con más privacidad a los pacientes y a las familias o espacios para que las familias puedan comer, leer o simplemente pasar el rato. “Salas de estar que hagan del hospital un sitio más parecido a un hogar, más humano ", subraya.
“Es importante tener en cuenta las necesidades y las características de los pacientes a los que va dirigido el proyecto. No es lo mismo realizar un proyecto para pediatría en Urgencias que para pacientes oncológicos en Hospital de Día, apunta María Ángeles Roger, responsable de Experiencia del Paciente del Hospital Universitario de Torrejón. “Hay que elegir los colores adecuados, donde los tonos suaves y colores tierra generan calma, mientras que los colores más brillantes pueden estimular a los pacientes pediátricos. Además, la iluminación natural favorece el bienestar y la recuperación de los pacientes, al igual que las vistas al exterior y el mobiliario ergonómico permite una estancia más cómoda tanto para los pacientes como para sus familiares y acompañantes, lo que mejora enormemente su experiencia” añade.
Para María Ángeles Aceituno es esencial escuchar a los pacientes y familiares ya que sólo así se detectan sus necesidades y se ponen en marcha proyectos para cubrirlas, garantizando su bienestar. Además, apunta que los propios pacientes aprecian significativamente los cambios que se realizan y agradecen la humanización del espacio.
“Los hospitales pediátricos llevan ya años trabajando estos temas por lo que, dentro de la atención sanitaria, son los más avanzados"
Asimismo, María Ángeles Roger afirma que, aunque tener los espacios decorados o humanizados puede influir positivamente en los enfermos, favoreciendo la relajación y mejorando su estado de ánimo, “los profesionales del centro son quienes realmente pueden humanizar la asistencia sanitaria. El trato que recibe el enfermo es el elemento diferencial que puede marcar su experiencia”.

Los hospitales perciben la importancia de la humanización, por lo que ponen en marcha proyectos para propiciarla. En el caso del Hospital de Torrejón, este centro impulsa el bienestar emocional de los pacientes oncológicos con la remodelación de una sala de espera “completamente humanizada” y la organización de diferentes actividades psicosociales pensadas para cuidar de su bienestar físico y emocional, como puede ser la arteterapia o el yoga terapéutico. También se han decorado las salas de espera de pediatría, las consultas de urgencias pediátricas y el hospital de día pediátrico.
“Además, para mejorar la experiencia de estos pacientes, la planta de hospitalización de los pacientes pediátricos cuenta con una sala de juegos totalmente decorada y equipada y una sala de cine en la que se proyectan películas”. El hospital torrejonero también ha puesto en marcha un proyecto de bibliotecas ambulantes para los servicios de hospitalización, Urgencias, Diálisis y Hospital de Día, “para hacer más llevadera la estancia y los tratamientos de aquellos pacientes que pasan varias horas en el hospital”, añade María Ángeles Roger.
María Ángeles Aceituno pone de manifiesto la relevancia de la arquitectura en la humanización señalando que en el Hospital Vall d'Hebrón dan clases sobre arquitectura y diseño en uno de sus cursos de formación para profesionales sanitarios. Así, explica que poco a poco se van teniendo en cuenta los aspectos estéticos que ayudan al paciente a su bienestar, dejando de lado la arquitectura antigua y meramente funcional y buscando calidez y confort. “Los hospitales pediátricos llevan ya años trabajando estos temas por lo que, dentro de la atención sanitaria, son los más avanzados. De hecho, hay una carta de derechos del niño hospitalizado de la Unión Europea en 1986 que ya menciona la importancia de cuidar el entorno para el niño. Partiendo de ella, los hospitales pediátricos han tenido muy en cuenta estos aspectos, pero de cara a los adultos aún queda más que hacer” concluye la enfermera pediátrica.