Aunque existen muchas hipótesis sobre si es bueno o no tener relaciones sexuales durante el embarazo, numerosos estudios corroboran que practicar sexo durante el embarazo es totalmente seguro y que no entraña ningún peligro, salvo en aquellos embarazos que tengan alguna contraindicación, como podría ser la rotura prematura de membrana, una amenaza de aborto o de parto pre término, o cualquier otra patología. Si el embarazo es normal, de hecho, es bueno para la madre y para el bebé.
“Las contracciones se producen porque el acto sexual es un ejercicio físico, y lo normal después de hacer ejercicio se tengan”
La doctora Isabel Rodríguez-Piñero y Elena Iracheta, ginecóloga y psicóloga respectivamente de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, afirman que durante el embarazo los músculos de la pelvis están más irrigados y eso provoca que haya más flujo sanguíneo, por lo que la práctica de sexo es buena en esta situación. “Ayuda a disminuir el estrés porque durante el orgasmo se libera oxitocina, que es la hormona del amor, de la empatía, de las relaciones sexuales. Liberar oxitocina es bueno para el bebé y para la mujer”, asegura Elena Iracheta.
La doctora Isabel Rodríguez-Piñero explica que al liberar dicha hormona, se pueden tener contracciones y es algo normal, fisiológico, no pasa nada, al menos que sean dolorosas y rítmicas. “Las contracciones se producen porque el acto sexual es un ejercicio físico, y lo normal después de hacer ejercicio es que se tengan”, además de que se basa simplemente en una respuesta muscular que suele durar un par de minutos.
Por otra parte, hay estudios que señalan que un 54% de las mujeres embarazadas pierden su apetito sexual durante el primer trimestre del proceso. “Esto está directamente relacionado con los síntomas físicos: en los primeros tres meses disminuye la libido si existen problemas como malestar, náuseas, vómitos, cansancio, etc. Evidentemente, si no nos encontramos bien, se reduce el deseo hasta que el cuerpo se aclimata al embarazo”, recalca la psicóloga de la Unidad de la Mujer.
Pero la doctora advierte que durante el segundo trimestre es cuando esa libido vuelve y condiciona la vida de la embarazada. “Esta situación está motivada por el cambio físico en la mujer y el aumento de irrigación y flujo de riego sanguíneo en la pelvis, que hace que los orgasmos sean más intensos y la vida sexual más placentera”.
Aunque no durará mucho tiempo esta situación, puesto que tal y como explica Elena Iracheta, la tripa de la mujer aumentará y provocará una incomodidad física. “Se recomienda adaptar las posturas para estar cómodas y no presionar el abdomen. Las relaciones sexuales pueden darse hasta el final del embarazo sin que éstas supongan un desencadenante del parto”, subraya.
A pesar de la creencia común de que el postparto tiene una duración de seis semanas, cada situación es diferente, como indica la psicóloga Elena Iracheta, además, en ese momento la madre está volcada en su bebé, en su cuidado y alimentación, y se tiene el ámbito del placer cubierto gracias a la liberación de oxitocina que se produce también cuando se está en contacto con el bebé.
“Durante el puerperio y si la madre está dando lactancia materna, hay una supresión fisiológica de las hormonas por la prolactina, porque la naturaleza es sabia y quiere evitar nuevos embarazos. La prolactina inhibe las hormonas sexuales y hay una disminución absoluta de la libido, así como una sequedad vaginal fisiológica”, explica la doctora Rodríguez-Piñero.
“Si se nota dolor, se debe consultar al ginecólogo o a un fisioterapeuta de suelo pélvico, así como al psicólogo o sexólogo, porque muchas veces las molestias tienen su origen psicológico y se solucionan en tan solo dos o tres sesiones de psicoterapia”, resalta Iracheta.
Por último, concluye: “Es importante recordar que la falta de apetencia sexual es normal y que el cuerpo tiene que volver a adaptarse después de nueve meses de grandes cambios fisiológicos y emocionales”.