La hiperhidrosis consiste en una sudoración excesiva en las palmas de las manos, en las plantas de los pies o en las axilas. Se trata de una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y limita su calidad de vida, constituyendo un problema laboral o social. La causa más frecuente de este exceso de sudoración es el nerviosismo, la ansiedad o la inseguridad. Por ello, este problema es más acusado cuando la persona se encuentra tensa.
Además, hay numerosas enfermedades que pueden causar exceso de sudoración, como la obesidad, la diabetes, el alcoholismo, el Parkinson o las enfermedades infecciosas. A esto hay que añadir también que ciertos tipos de medicación pueden generar esta sudoración excesiva como parte de sus efectos secundarios.
Sánchez-Carpintero: "Hemos tratado a cerca de 900 pacientes con este sistema con un impacto muy significativo en la disminución de la sudoración y el mal olor corporal"
La hiperhidrosis puede clasificarse en primaria o secundaria. En lo relativo a la primaria, suele aparecer sin causa conocida y es la más frecuente. “Suele aparecer en la infancia, su localización es bilateral y generalmente simétrica, afectando fundamentalmente a axilas, manos y pies. No se considera una enfermedad genética y los brotes aparecen de forma continuada y curiosamente desaparece durante el sueño”, explica el doctor Ignacio Sánchez-Carpintero, jefe de la Unidad Láser del servicio de Dermatología del Hospital Ruber Internacional y jefe de servicio de Dermatología de Clínica Dermatológica Internacional (CD).
Por otro lado, la hiperhidrosis secundaria es debida a enfermedades intercurrentes. Esta patología aparece en la edad adulta y es más generalizada, sin desaparecer con el sueño.
Actualmente existen numerosos tratamientos eficaces para esta afección, como el uso de la tecnología Miradry, que ofrece una solución definitiva contra la hiperhidrosis axilar. Miradry es un tratamiento no invasivo, aprobado por la DFA, que "ofrece resultados efectivos, utilizando tecnología de microondas que elimina, gracias al calor, las glándulas sudoríparassubcutáneas responsables de la sudoración axilar en exceso", comenta el doctor. Esta técnica se realiza en máximo dos sesiones, con anestesia local. El efecto que consigue es permanente, de modo que no se vuelven a regenerar estas glándulas.
Este tratamiento tabién disminuye la bromhidrosis, el mal olor corporal asociado, debido a que se destruyen las glándulas apocrinas. Esto hace que el procedimiento sea altamente satisfactorio.
El Hospital Ruber Internacional trata pacientes con este sistema. "Hemos tratado a cerca de 900 pacientes con este sistema con un impacto muy significativo en la disminución de la sudoración y el mal olor corporal, lo que les permite a los pacientes realizar actividades diarias con mayor comodidad y confianza”, subraya Sánchez-Carpintero.