El Hospital Quirónsalud San José advierte sobre la enfermedad arterial periférica en época invernal

Esta enfermedad, también conocida como la "enfermedad de los escaparates", afecta hasta un 20% de la población mayor de 70 años.

El Hospital Quirónsalud San José (Foto. San José)
El Hospital Quirónsalud San José (Foto. San José)
Ander Azpiroz
28 diciembre 2021 | 11:50 h

Uno de los síntomas más claros de la enfermedad arterial periférica es la necesidad de parar de andar al notar un dolor en la pantorrilla, aunque este dolor es intermitente y se puede volver a caminar un par de minutos después, es un síntoma muy evidente si se repite durante el día. Se le conoce como la enfermedad de los escaparates, haciendo referencia a las paradas que debe hacer la persona que la sufre.

Según explica la doctora Marta Lavirgen Labrador, especialista en Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud San José, perteneciente al equipo del doctor Luis Riera, “debido al estrechamiento u obstrucción de las arterias de las piernas, el aporte de sangre y, por ende, de oxígeno, se ve disminuido. De ahí que, ante situaciones en las que las necesidades de oxígeno se ven incrementadas (como caminar, subir cuestas, ejercicios, etc), la dificultad para responder a esta demanda de manera adecuada se manifieste como un dolor muscular intenso que disminuye tras un periodo variable de reposo”.

Estos síntomas, que comenta la doctora, pueden aparecer de una forma más frecuente y dolorosa en las épocas de frío como el invierno.

 “Hoy en día los cirujanos vasculares disponemos de multitud de técnicas para restablecer el flujo arterial, bien mediante un bypass, o mediante técnicas endovasculares mínimamente invasivas"

Es una enfermedad degenerativa, progresiva y multifocal, conectada con determinados factores de riesgo cardiovascular que, cuando se manifiestan, está ya ampliamente desarrollada (obstrucción arterial superior al 70%).

En cuanto a los factores de riesgo de este tipo de enfermedad, se encuentran, la edad, que a partir de los 70 años entre el 15% y el 20% de la población se ve afectada, y otros como el tabaquismo, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y el colesterol. “Sobre este último grupo podemos actuar para prevenir el desarrollo de la enfermedad o mejorar el pronóstico una vez se presenta”, explica la especialista.

La doctora Lavirgen señala que hay una diferencia muy clara entre los pacientes que aguantan los 150 metros andando sin dolor y los que no lo consiguen. “Si evoluciona la enfermedad, el dolor puede ser continuo sin necesidad de realizar ejercicio o incluso pueden aparecer lesiones en los pies y piernas. En estos casos, el riesgo de amputación de la extremidad o de morir por otras causas es muy alto”, resalta.

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Por último en referencia al tratamiento de esta enfermedad, en casos de personas con claudicación intermitente se ha de intentar corregir los factores de riesgo cardiovascular, es decir, tratamiento adecuado de la hipertensión, la diabetes y el colesterol; dejar de fumar y practicar ejercicio a diario. Además de añadir antiagregantes e hipolipemiantes para disminuir la morbimortalidad cardiovascular, consiguiendo así en muchos casos la vuelta en cierta manera a la normalidad, y reducir la mortalidad.  Por otra parte, aquellos casos en los que no hay mejoría o la enfermedad evoluciona, será necesario efectuar intervenciones que mejoren el aporte sanguíneo en las extremidades. “Hoy en día los cirujanos vasculares disponemos de multitud de técnicas para restablecer el flujo arterial, bien mediante un bypass, o mediante técnicas endovasculares mínimamente invasivas para actuar directamente desde el interior de la arteria”, concluye la doctora Lavirgen.

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