El Servicio de Cirugía Plástica y la Dirección de Enfermería del Hospital Universitario de Getafe ha realizado la técnica de micropigmentación de areola y pezón en 344 mujeres a las que se les ha reconstruido la mama tras un proceso oncológico desde su implantación en 2016. Este procedimiento tiene como objetivo recuperar la imagen corporal y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
De los 344 procedimientos realizados, 86 (uno de cada cuatro) corresponden a casos bilaterales al tratarse de cirugía de reconstrucción en ambos pechos.
La micropigmentación de areola y pezón consiste en una técnica en la que, a diferencia de los tatuajes definitivos, se realiza a menor profundidad en la piel de la mama usando una pomada anestésica y unos pigmentos específicos. En él se emplean tonos marrones y rojizos que imitan el color de las areolas y buscan un resultado armónico con la piel de la paciente. Es un procedimiento realizado por profesionales de Enfermería de la Consulta de Cirugía Plástica.
Este procedimiento tiene como objetivo recuperar la imagen corporal y mejorar la calidad de vida de las pacientes
Con anterioridad a introducir esta prestación, las mujeres tenían que acudir varias veces a otro hospital público de Madrid para este procedimiento. Con esta técnica, se agiliza el proceso y se evitan desplazamientos, mejorando la calidad de la atención.
La reconstrucción de la mama tras un cáncer es una de las operaciones de Cirugía Plástica más segura y gratificante para la paciente. El desarrollo de nuevas técnicas posibilita actualmente al cirujano plástico crear una mama similar en forma, textura y características a la contralateral, es definitiva y permite hacer una vida absolutamente normal.
El Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario de Getafe lleva a cabo todos los tipos de procedimientos existentes actualmente para la reconstrucción mamaria: reconstrucción inmediata o diferida y con tejidos propios, implantes o mixta. Todo este largo proceso queda concluido gracias a la micropigmentación de areola y pezón.
Para la mayoría de las mujeres con cáncer de mama, la reconstrucción mejora la percepción de la imagen corporal, facilita una mayor estabilidad emocional, permite enfrentar la enfermedad de una forma más positiva y llevar una vida social y sexual más activa.