El pasado 28 de abril de 2020, Javier Balaguer tenía un accidente laboral al caer de un andamio y era trasladado al hospital Sant Pau de Barcelona con un trauma craneoencefálico grave. Tras estabilizarle y “salvarle la vida” le derivaron al Institut Guttman. En redes sociales, la familia de Javier denuncia que su mutua laboral, Asepeyo, “convenció a la familia con mentiras y engaños” para que fuera trasladado al Hospital Asepeyo de Sant Cugat, en el que ingresaba el 11 de junio de 2020.
La situación de Javier había mejorado y evolucionaba favorablemente, aunque “debía aprender a comer, hablar, caminar y necesitaba gran atención especialista neurológica”. Con todo, Javier se recuperaba pese a “tener grandes dolores de cabeza y ausencia de atención por un equipo profesional cualificado y experto”.
El paciente estaba a la espera de que le realizaran una segunda craneoplastia. La primera intervención había sido realizada con su propio hueso en el Hospital Sant Pau, pero debía “ser sustituida en Asepeyo por una prótesis de titanio” debido a que su “hueso injertado no tenía estabilidad por estar fracturado”. La intervención estaba prevista para noviembre y después de esta, recibiría el alta. Sin embargo, Asepeyo envió a Javier a casa el 20 de octubre, sin haberle practicado la craneoplastia definitiva.
Actualmente, Javier está “sin conciencia, sin visión, con convulsiones, epilepsia, rigidez muscular, taquicardias y automatismos oculares”
Esta decisión, asegura el mensaje escrito en primera persona por la familia de Javier, se tomó “a pesar de que me quejaba de dolores de cabeza, inestabilidad, somnolencia extrema, escalofríos y sin realizar ninguna prueba de imagen (TAC) y asegurar que todo iba bien”. “En el informe de alta, Asepeyo advierte que ingresaré una semana antes para realizar cultivos y descartar infección, durante el alta seguía avisando de dolores de cabeza, mareos, somnolencia… no realizaron TAC y me ingresaron el mismo día de la intervención”.
Las quejas de la familia y el paciente no cesaban. Su mujer exigía que un especialista atendiera a Javier, ya que “Asepeyo carece de equipo neurológico”. Después de que interviniera un neurólogo externo al centro, se le realizaron pruebas que confirmaron el mal pronóstico del paciente y procedieron al ingreso en UCI durante 15 días. El deterioro de Javier entonces “fue bestial”.
La familia asegura que “a finales de enero se solicitó una petición de traslado por el mal proceder y precariedad de Asepeyo” y la mutua se negó “alegando que estaban plenamente capacitados”. Los familiares añaden que el centro “es un simple hospital de traumatología” para atender “huesos rotos y complicaciones derivadas”, aunque desde el propio centro desmienten esta información.
La situación de Javier es crítica y la familia asegura que Asepeyo sigue teniéndole “en abandono médico, sin realización de pruebas y negando su gran deterioro, dejándole en un sufrimiento constante y sin trasladarle a un centro competente”. Actualmente, Javier está “sin conciencia, sin visión, con convulsiones, epilepsia, rigidez muscular, taquicardias y automatismos oculares”.
Asepeyo encuentra en la situación de pandemia provocada por la COVID-19, la excusa para justificar su actuación
Por su parte, desde Asepeyo han emitido un comunicado oficial en el que “lamentan profundamente su situación y la de su familia”. Declaran que el Hospital de Asepeyo en Sant Cugat ha “procurado, en todo momento, la asistencia médica más adecuada” y “la familia ha estado informada de su situación y de los resultados de las pruebas y exploraciones”. Además dicen disponer de profesional de neurocirugía las 24 horas, algo que la familia niega.
Por otro lado, Asepeyo encuentra en la situación de pandemia provocada por la COVID-19, la excusa para alegar que “las restricciones a la presencia de acompañantes o familiares obedecen a las medidas de prevención”. No obstante, desde la mutua no hacen referencia al alta hospitalaria temprana que denuncia la familia. En redes sociales, los allegados de Javier han asegurado que en otros “hospitales de España sí estaban permitidas las visitas en caso de niños, ancianos y personas dependientes”, como era el caso del paciente.
A través de redes sociales, los familiares han difundido la historia de Javier Balaguer, pidiendo que se difunda lo ocurrido y se tomen medidas para hacer justicia y “que esto no vuelva a suceder”.