Más de 700.000 personas en España padecen o han padecido epilepsia a lo largo de su vida según datos de la Federación Española de Epilepsia. De ellos se calcula que unas 50.000 personas son mayores de 65 años, que tienen tres veces más probabilidades que las personas de entre 40 y 59 años. Lo que significa que el 25% de todos los casos de epilepsia que se diagnostican son de personas mayores.
El accidente cerebrovascular es la causa más común de la epilepsia en la vejez. De hecho, según un antiguo estudio publicado en la revista 'Lancet', entre el 30 y 50% de los casos de epilepsia tardíos sin causa conocida podrían responder a un accidente cerebrovascular. Entre los problemas cerebrovasculares más usuales están el ictus o el infarto cerebral, también la hemorragia cerebral. Y a su vez, entre las principales causas está la hipertensión.
Teniendo en cuenta esta relación entre la epilepsia en la vejez y los accidentes cerebrovasculares, un nuevo estudio estadounidense publicado en la revista 'Epilepsia' ha analizado el peso de la hipertensión en este desorden cerebral cada vez más frecuente en mayores.
Según la investigación, la hipertensión "aumenta de 2 a 2,5 veces el riesgo de desarrollar epilepsia de inicio tardío"
La hipertensión es el término con el que se refiere a la patología crónica en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta pudiéndose dañar. Si se deja sin tratamiento esta presión arterial puede llevar a afecciones médicas. Uno de los factores principales de riesgo a la hipertensión es la obesidad, que debido a los nuevos hábitos de vida y el sedentarismo ha aumentado en nuestro país y el resto del mundo.
Según la investigación, la hipertensión "aumenta de 2 a 2,5 veces el riesgo de desarrollar epilepsia de inicio tardío". Para obtener los resultados se reunieron 2.986 adultos con una edad promedio de 58 años. De estos se identificaron 55 nuevos casos de epilepsia durante un seguimiento de 19 años.
“Nuestro estudio muestra que la hipertensión, un factor de riesgo vascular común y modificable, es un predictor independiente de la epilepsia en la vejez”, señala la coautora principal Maria Stefanidou, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston. “Aunque los estudios epidemiológicos solo pueden mostrar asociación y no causalidad, esta observación puede ayudar a identificar subgrupos de pacientes que se beneficiarán de un manejo agresivo y dirigido de la hipertensión".