El cáncer de próstata constituye es el tumor más frecuente en hombres y se presenta como la segunda causa de mortalidad asociada al cáncer en varones (tras el cáncer de pulmón). Se trata de una enfermedad altamente ligada al aumento de la edad, desarrollándose eminentemente en varones de edad avanzada. No en vano, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la edad media de diagnóstico es a los 75 años y en un un 90% de los casos resulta diagnosticado a mayores de 65 años.
En este contexto, en octubre de 2020, el servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Ramón y Cajal implementó el nuevo protocolo de tratamiento para aquellos pacientes que se tratan con radioterapia para el cáncer de próstata. Desde entonces, este departamento ha llevado a cabo el tratamiento de 105 casos a través de la colocación de un hidrogel espaciador radiopaco entre la próstata y el recto, lo que contribuye significativamente a disminuir los posibles efectos secundarios que la radioterapia pueda producir en el paciente. La implantación de dicho protocolo ha sido posible gracias a la participación de un gran equipo multidisciplinar compuesto por el servicio de Oncología Radioterápica, Anestesiología y Reanimación, Radiofísica y profesionales de enfermería.
MAYOR PRECISIÓN, MENOR TOXICIDAD
"Esta técnica permite a los pacientes que se someten a tratamiento radioterápico conservar una mejor calidad de vida después del mismo. También agiliza el flujo de trabajo ya que su radiopacidad permite planificar directamente en TAC, reduciendo la necesidad de tener que hacer una RM", afirmala la Dra. Asunción Hervás, jefa de sección de Braquiterapia del Servicio de Oncología Radioterápica y Personal Investigador Clínico Asociado (PICA) del IRYCIS.
La radioterapia es un pilar fundamental en el tratamiento del cáncer de próstata y debido a los grandes avances tecnológicos en los últimos años, tanto de la radioterapia externa como de la braquiterapia, las guías de práctica clínica internacionales y nacionales (ASTRO, ESTRO y SEOR) recomiendan como una de las opciones de tratamiento esquemas de hipofraccionamiento moderado y también hipofraccionamiento extremo, permitiendo administrar una dosis más alta en un tiempo más corto lo que conlleva grandes ventajas para el paciente y el sistema sanitario.
El hospital ha iniciado la técnica de hipofraccionamiento extremo mediante SBRT en 5 sesiones, a la vez que se ha implantado el protocolo de inserción del hidrogel espaciador radiopaco
Esta reducción de los tiempos de tratamiento ha supuesto una gran ventaja durante la pandemia, al reducir las visitas al Hospital Universitario Ramón y Cajal y agilizar el proceso de tratamiento reduciendo las posibilidades de contagio por COVID-19. Este nuevo hidrogel radiopaco actúa creando una barrera física entre la próstata y el recto de aproximadamente 1,3 cm. El hidrogel, como su propio nombre indica, está compuesto mayoritariamente por agua lo que permite que, al cabo de 6 meses, se reabsorba por completo.
Además, de forma pionera en Europa, el hospital ha iniciado la técnica de hipofraccionamiento extremo mediante SBRT en 5 sesiones, a la vez que se ha implantado el protocolo de inserción del hidrogel espaciador radiopaco para permitir la administración del tratamiento de la manera más segura. En octubre de 2020 se utilizó la primera versión del mismo, no visible en TAC y desde 2021 se empezó a utilizar la nueva formulación, con contraste yodado y visible en TAC, situando al servicio de Oncología Radioterápica que dirige la Dra. Sonsoles Sancho García, PICA del IRYCIS también, a la cabeza de los hospitales europeos en utilizar este hidrogel visible en TAC.
Esta técnica se realiza en el quirófano de Oncología Radioterápica, bajo sedación profunda y es llevada a cabo por el oncólogo radioterápico bajo control ecográfico. El hidrogel se introduce en el paciente con ayuda de una fina aguja y se inyecta en el espacio entre la próstata y el recto; una vez dentro, el compuesto, inicialmente líquido, polimeriza para adquirir una textura de gel sólido que permanecerá así entre 3 y 6 meses. Así, con la colocación del hidrogel espaciador se consigue alejar la dosis de radiación de la pared rectal lo que conlleva una disminución en los posibles efectos secundarios en dicho órgano, con la consiguiente mejoría en la calidad de vida de los pacientes.