“La COVID-19 está teniendo un profundo impacto en el ámbito de la anticoagulación en Hematología. Por un lado, está demostrado que la infección por SARS-CoV-2 aumenta claramente el riesgo trombótico y, por otro, esta pandemia ha transformado el abordaje de la anticoagulación”, explica Cristina Pascual Izquierdo, miembro de la Junta Directa de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y hematóloga del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid).
“La enfermedad trombótica y la anticoagulación han llegado a ser puntos básicos durante la pandemia, por ello, es imprescindible la buena formación de nuestros residentes”, añade Pascual. Respondiendo a esta necesidad, la SEHH ha organizado una nueva edición de la jornada de actualización “Anticoagulación en Hematología”, este año, en formato webinar.
En este nuevo escenario, ha sido fundamental la coordinación entre los servicios de Hematología y los centros de salud
Otra de las consecuencias derivadas del COVID-19 ha sido que los médicos de familia se han tenido que hacer cargo del control de la mayoría de pacientes tratados con fármacos antagonistas de la vitamina K (AVK). “Este tipo de terapias requieren de controles frecuentes que, durante la crisis sanitaria, han supuesto un reto para los especialistas”, asegura Cristina Pascual. “Para afrontarlo, se han establecido controles cada 6-8 semanas en pacientes con buen control del tratamiento con AVK, se ha utilizado heparina de bajo peso molecular a dosis terapéutica durante tiempo extendido y recurrido a los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) en determinadas situaciones, como los nuevos diagnósticos de fibrilación auricular que precisaban anticoagulación y los pacientes tratados con AVK con mala anticoagulación”.
En este nuevo escenario, ha sido fundamental la coordinación entre los servicios de Hematología y los centros de salud, estableciendo controles compartidos con los médicos de familia, con el inestimable apoyo de los profesionales de enfermería y la telemedicina.
Por otro lado, hay que recordar que los ACOD no necesitan controles tan frecuentes como los AVK y no está financiados por el Sistema Nacional de Salud (SNS) en todos los pacientes con fibrilación auricular, ni tampoco lo están para pacientes con trombosis venosa profunda o tromboembolismo pulmonar. “Después de esta experiencia, no cabe ninguna duda de que el acceso a los ACOD debería realizarse con los mismos criterios de equidad en todo el territorio nacional”, reclama esta experta.
"No podemos olvidar que siguen existiendo pacientes con riesgo trombótico y enfermedad trombótica ‘no COVID-19'"
Asimismo, recuerda que “aunque el abordaje y tratamiento del COVID-19 nos ha obligado a realizar una inmersión profunda en el estudio de los mecanismos de las coagulopatías, no podemos olvidar que siguen existiendo pacientes con riesgo trombótico y enfermedad trombótica ‘no COVID-19’”.
Además de Cristina Pascual, en la jornada también han participado Begoña Fernández, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid), y Vicente Escudero, del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid).