La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) ha celebrado, con el apoyo de Janssen, el seminario ‘on line’ “Leucemia linfoide crónica y vida real”, en el que han participado Marcos González Díaz, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca; Ana Muntañola, del Hospital Universitari Mútua Terrassa (Barcelona), y Pau Abrisqueta, del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona).
El webinar ha sido inaugurado por Ramón García Sanz, presidente de la SEHH, y moderado por Francesc Bosch, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Vall d’Hebron. Durante dicho seminario, se ha realizado un repaso de la evidencia científica teórica y en vida real en el tratamiento de la leucemia linfática crónica (LLC), así como una actualización de cómo ha afectado la pandemia por SARS-CoV-2 en el manejo de este cáncer de la sangre.
Sobre esta última cuestión se ha centrado la presentación de Ana Muntañola, quien repasó los datos obtenidos en un estudio observacional sobre la situación de la LLC en España en el contexto de la Covid-19, coordinado por el Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (GELLC), de la SEHH, y en el que se reclutaron un total de 165 pacientes con LLC, de 40 centros españoles. Muntañola recordó que “una de las principales conclusiones del estudio apunta a que los pacientes con LLC presentan mayor mortalidad por Covid-19 que la población general (27% frente a 8,2%), con lo que constituyen un grupo de alto riesgo”. La edad avanzada, la linfocitosis y la elevación del dímero-D son los factores de riesgo con mayor impacto en la supervivencia de estos pacientes.
La experta ha anunciado que el GELLC ya está trabajando en la continuación de este estudio, recogiendo datos de pacientes con LLC diagnosticados a partir del pasado 1 de septiembre, con el objetivo de analizar el impacto de la Covid-19 en este colectivo, coincidiendo con el comienzo de la segunda ola de la pandemia. “El análisis de nuevos datos nos ayudará a saber si un mayor conocimiento de la infección y un menor colapso hospitalario han contribuido a lograr mejores resultados, menor mortalidad, o si ha habido algún cambio en los factores de riesgo asociados a un peor pronóstico, entre otras cuestiones”. También buscan profundizar en el conocimiento de los pacientes en tratamiento activo para la LLC diagnosticados de Covid-19 y recoger más datos de seguimiento inmunológico.
La edad avanzada, la linfocitosis y la elevación del dímero-D son los factores de riesgo con mayor impacto en la supervivencia de estos pacientes
Durante el seminario se ha señalado que, en la situación actual, se debe potenciar el uso de la telemedicina y espaciar los controles de los pacientes que están en seguimiento.
Concretamente, Ana Muntañola ha señalado que, “en los casos en los que se requiera iniciar tratamiento, no se recomiendan aquellos que requieran hospitalización ni controles analíticos frecuentes, priorizando los fármacos orales. Y en las no tratadas, se deben minimizar el número de visitas presenciales, potenciando los controles telefónicos”.
La especialista también ha puesto de relieve “la necesidad de llevar a cabo estudios de prevalencia e incidencia real de la Covid-19 en la LLC a través del testeo masivo con pruebas PCR, y así disponer de datos que reflejen la verdadera incidencia de la infección en estos pacientes y contribuir a optimizar su manejo clínico”.
En el seminario ‘on line’ también se ha debatido sobre el futuro en el abordaje de la LLC, el claro protagonismo de los fármacos diana dirigidos y su superioridad frente a la inmunoquimioterapia, la búsqueda de nuevas combinaciones que permitan la discontinuidad del tratamiento, las terapias inmunes (alotrasplante o terapia CAR-T), o la sostenibilidad y equidad del Sistema Nacional de Salud.
¿QUÉ ES LA LLC?
La LLC es un cáncer hematológico que se origina en los linfocitos producidos en la médula ósea y órganos linfoides secundarios. Las células cancerosas se acumulan lentamente, lo que hace que muchos pacientes no presenten síntomas hasta pasados varios años. Con el paso del tiempo, estas células leucémicas crecen y se propagan a otras partes del cuerpo, incluyendo los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo. La LLC representa el 30% de todas las leucemias del adulto.
Es el tipo de leucemia más frecuente en los países occidentales, con una incidencia estimada en 4-5 casos por 100.000 habitantes y año. Afecta a personas de edad avanzada, por lo que su prevalencia es especialmente significativa en poblaciones más envejecidas. Según datos del Registro Americano de Cáncer, la LLC representa el 1,2% de todos los nuevos diagnósticos de cáncer.