Este viernes, 18 de febrero, se celebra el Día Mundial del síndrome de Asperger, una patología perteneciente a los Trastornos del Espectro Autista (TEA) que supone entre el 18 y 25% de las 450 mil personas que se piensa que tienen TEA en España, lo que le convierte en uno de los tipos de autismo más comunes. Las personas con asperger tienen dificultad de interacción social, problemas para comunicarse de forma verbal y no verbal, inflexibilidad y resistencia a cambiar de parecer. También se caracterizan por ser personas sin discapacidad intelectual y con buenas habilidades de memoria sobresaliendo en matemáticas y ciencias.
Con motivo del día mundial, la Confederación Autismo España ha desarrollado una campaña con el lema “Haga espacio” a las personas con síndrome de Asperger para que la sociedad reconozca y atienda las necesidades de este colectivo y que les permitan demostrar su talento y capacidades. Son personas que por su manera de relacionarse con la vida sufren cierto estigma, ellas mismas “se sienten diferentes” y si no son diagnosticas no entienden lo que les pasa.
“Muchas veces se piensa que no podemos o no tenemos las capacidades suficientes y es mentira", señala Miguel Aulló
Es el caso de Miguel Aulló, que recibió el diagnóstico con 18 años. “Fue para mí una liberación porque después de tanto tiempo en el colegio que no sabía lo que me pasaba y lo que me ocurría por fin entendí lo que me pasaba y pude contar con entidades y asociaciones que me ayudaban”, explica en un vídeo de la campaña.
“Se me da muy bien escuchar a los demás, entenderlos, soy empático, conozco las necesidades del colectivo TEA y puedo ser un referente para ellos”, señala. Por eso ha estudiado psicología e intenta ayudar a otras personas que como él tienen autismo. Sin embargo, pese a sus esfuerzos y su valía encuentra obstáculos para demostrar sus capacidades. “Las dificultades son la incomprensión del diagnóstico”. Una persona con asperger puede costarle comunicarse o comprender ciertas cosas de la comunicación como la ironía, pero no tienen discapacidad intelectual ni barreras para aprender con el tiempo.
“Muchas veces se piensa que no podemos o no tenemos las capacidades suficientes y es mentira. Podemos valer mucho, si yo no fuera asperger no valdría posiblemente como psicólogo. Me he sacado una carrera con curso a cada año y ejerzo de psicólogo para personas con autismo”, indica. Y también tiene sueños: crear una familia, tener un hogar, tener mayor independencia, contar con más amigos y más apoyos.
Autismo España insisten en la urgencia del reconocimiento específico del TEA en los ámbitos normativo y administrativo
Por eso, desde Autismo España insisten en la urgencia del reconocimiento específico del TEA en los ámbitos normativo y administrativo, así como en los sistemas de valoración de la discapacidad y de la situación de dependencia, para garantizar la eliminación de los vacíos existentes y acabar con las discriminaciones que sufre el colectivo en ámbitos como la educación o el empleo.
Y es que, hasta la fecha, todas las regulaciones que identifican a colectivos especialmente vulnerables relacionados con la discapacidad emplean la fórmula “personas con parálisis cerebral, personas con enfermedad mental, personas con discapacidad intelectual con un grado de minusvalía reconocido igual o superior al 33%”, quedando así fuera de cualquier reconocimiento de derechos las personas con TEA que no disponen de certificado de discapacidad, indican.