La contaminación del aire y el cambio climático son dos de las mayores amenazas medioambientales para la salud humana. El pasado 22 de septiembre de 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía públicas las nuevas Directrices Mundiales sobre la calidad del aire. Desde su última actualización en 2005 se ha producido un notable incremento de las pruebas que demuestran cómo la contaminación del aire afecta de forma perjudicial a diversos aspectos de nuestra salud.
La OMS calcula que cada año la exposición a la contaminación de aire causa más de siete millones de muertes prematuras, provocando además la pérdida de otros tantos millones de años de vida saludable. En los niños, esto podría suponer una reducción del crecimiento y la función pulmonar, infecciones respiratorias y agravamiento del asma. En los adultos, la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares son las causas más comunes de muerte prematura atribuible a la contaminación del aire exterior, y también están apareciendo pruebas de otros efectos como diabetes y enfermedades neurodegenerativas.
Las disparidades en la exposición a la contaminación del aire están aumentando en todo el mundo, sobre todo porque los países de ingresos bajos y medios están experimentando niveles crecientes de contaminación del aire debido a la urbanización a gran escala y al desarrollo económico que ha dependido en gran medida de la quema de combustibles fósiles.
En este contexto el pasado 24 de noviembre el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente aprobaban por unanimidad el texto definitivo del Plan Estratégico de Salud y Medioambiente. Recientemente el Foro Económico Mundial advertía de los estragos causados por el cambio climático y la desigualdad social, que se han visto acrecentados por la pandemia.
En ConSalud.es analizamos la compleja fotografía que observamos de la mano de Isabel Marín Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA).
¿Qué entendemos por Salud Ambiental?
La salud ambiental es la disciplina que dentro de la salud pública se dedica a prevenir mediante la vigilancia, la detección, el control y la evaluación, la presencia de los diferentes agentes contaminantes ambientales y los posibles efectos adversos que puedan causar sobre la salud de las personas.
¿Cuáles son los principales riesgos para nuestra salud asociados a la exposición de factores ambientales?
Son factores de riesgo de carácter físico, químico o biológico presentes en el medioambiente (aire, agua, lugares de trabajo, lugares de ocio, vivienda, suelos, etc.) y que son los que se abordan en las administraciones públicas en los programas de salud ambiental orientados a disminuir o evitar los riesgos para la salud relacionados con aguas de consumo, zonas de baño, contaminación atmosférica, acústica y del suelo, residuos, productos químicos y zoonosis, incluyendo los análisis de muestras en laboratorios de salud pública.
El pasado día 24 de noviembre se aprobó por unanimidad en la sesión extraordinaria del Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, el texto definitivo del Plan Estratégico de Salud y Medioambiente, al que la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) ha contribuido de manera notable. ¿Cuáles son sus principales puntos?
La Sociedad Española de Sanidad Ambiental tiene un contacto directo y permanente con el Ministerio de Sanidad y hemos participado como sociedad y a través de muchos de nuestros socios en los grupos de trabajo que se han formado para la redacción de este Plan. Ha sido un plan muy demandado por SESA en los últimos años y celebramos su aprobación y su puesta en marcha.
"Todos estos acontecimientos que afectan a nuestra salud relacionados con el cambio climático suponen una carga adicional para un sistema sanitario ya sobrecargado, pero también para la sostenibilidad global. Si no se toman ya medidas urgentes y extraordinarias y seguimos mirando para otro lado se nos reprochará por las generaciones venideras"
Entendemos que la degradación medioambiental, los nuevos riesgos emergentes o reemergentes debidos al cambio climático, la exposición laboral, los cambios de hábitos alimentarios, la globalización, etc.; hacían urgente que se elaborara un diagnóstico y unas medidas de actuación evaluables para minimizar el impacto que ya se está comprobando ejercen sobre nuestra salud.
Las áreas temáticas que aborda contemplan los campos prioritarios de actuación en los próximos años: cambio climático, contaminación atmosférica, ruido, ambientes interiores, contaminación física y química que son las clásicamente tratadas en salud ambiental, pero también se abordan los nuevos riesgos por vectores transmisores de enfermedades, la contaminación en ambientes interiores, las resistencias antibióticas, etc.
Además celebramos que sea un Plan de Salud y Medio Ambiente, ambos campos están estrechamente relacionados pero no ha sido hasta ahora que se ha definido un amplio campo de acción conjunta y desde SESA celebramos que así sea.
El Foro Económico Mundial ha advertido de los estragos causados por el cambio climático y la desigualdad social, acrecentados por la pandemia. ¿Cuáles son los principales riesgos desde el punto de vista de la salud a los que nos enfrentamos?
Ya tenemos evidencias de que el cambio climático tiene un grave impacto, directo e indirecto, en la salud de las personas. Por ejemplo, vemos un aumento de las incidencias de catástrofes naturales, de la morbilidad y de la mortalidad asociadas a determinadas enfermedades, un cambio de comportamiento en los patrones de las enfermedades, incluidas las enfermedades tropicales que surgen o reaparecen en Europa, y un aumento de los problemas de contaminación.
Todos estos acontecimientos que afectan a nuestra salud relacionados con el cambio climático suponen una carga adicional para un sistema sanitario ya sobrecargado, pero también para la sostenibilidad global. Si no se toman ya medidas urgentes y extraordinarias y seguimos mirando para otro lado se nos reprochará por las generaciones venideras.
Los efectos del cambio climático están cambiando los patrones de algunas enfermedades endémicas. ¿Cómo puede afectar a España esta situación?
De hecho ya está afectando. La OMS atribuye siete millones de muertes anuales por efecto en la salud de respirar aire contaminado, hay evidencias de incremento en la incidencia de cáncer, enfermedades crónicas, respiratorias y cardiovasculares así como de incrementos de abortos, niños de bajo peso al nacer e incrementos de mortalidad y existen estudios en nuestro país que confirman estos efectos.
"Se ha detectado la presencia de nuevos vectores transmisibles de enfermedades. En nuestro entorno presencia de mosquitos como el 'Aedes albopictus' que puede transmitir enfermedades como dengue, zika o chicunguya y de hecho ya se han constatado casos de dengue autóctono en nuestro país, así como garrapatas transmisoras de virus hemorrágico o los tristemente conocidos casos autóctonos de enfermedad de fiebre del Nilo"
Ya observamos un incremento de temperaturas medias: olas de calor y olas de frío, que trae consigo un incremento en la morbimortalidad.
Se ha detectado la presencia de nuevos vectores transmisibles de enfermedades. En nuestro entorno presencia de mosquitos como el Aedes albopictus (mosquito tigre) que puede transmitir enfermedades como dengue, zika o chicunguya y de hecho ya se han constatado casos de dengue autóctono en nuestro país, así como garrapatas transmisoras de virus hemorrágico o los tristemente conocidos casos autóctonos de enfermedad de fiebre del Nilo detectados los meses pasados.
También son cada vez más frecuentes los fenómenos meteorológicos adversos: grandes tormentas que producen inundaciones con grandes repercusiones económicas, en vidas humanas y graves alteraciones del paisaje por erosión. No estamos hablando de riesgos futuros, los efectos son observables y medibles ya en nuestro país.
Los expertos advierten de que uno de los próximos grandes problemas de salud pública a nivel global en los próximos años será la resistencia antimicrobiana. ¿Influye el cambio climático?
Efectivamente es un problema de extraordinaria magnitud en salud pública. Entendemos que el cambio climático va a afectar a la biodiversidad y por tanto, en general, podrá ocasionar que se favorezca la persistencia de especies más resistentes y se han publicado estudios que afirman que el aumento de las temperaturas favorecería el crecimiento de determinadas las bacterias, proporcionándoles la oportunidad de mutar y resistir los antibióticos, que dejan de ser efectivos.
Pero no se puede afirmar que esa relación sea causal, entendemos que esas resistencias antimicrobianas están más relacionadas con el uso indebido de antibióticos aunque habrá que seguir investigando.
En las últimas décadas alrededor del 70% de las enfermedades que han afectado a los seres humanos encuentran su origen en zoonosis. ¿Podemos afirmar que el SARS-CoV-2 no es la última pandemia a la que la humanidad tiene que hacer frente?
Las pandemias son epidemias de grave incidencia en la salud, de alto contagio, con transmisión transfronteriza por su alta capacidad de difusión y que además del sanitario generan un alto impacto económico y social.
Se conoce desde muy antiguo la existencia de estos fenómenos y sería una temeridad no reconocer que seguirán existiendo, incluso podría ser un fenómeno más frecuente habida cuenta de los actuales hábitos de comercio y comunicación en un mundo global y también es cierto que en su mayoría tienen origen zoonótico.
"Es necesario introducir el concepto de Salud en Todas las Políticas, la pandemia ha puesto de manifiesto cómo la enfermedad no ha afectado por igual en todos los estratos sociales, cómo los determinantes sociales de la salud han vuelto a ser claves de nuevo y cómo ha afectado mucho más en las clases más desfavorecidas aumentando la brecha social ante la salud"
Si algo hemos aprendido con el SARS-CoV-2 es que debemos prepararnos para abordarlas con mayor rigor y eficacia, colaborando desde el rigor y la evidencia científica organismos internacionales, instituciones y sociedad civil y generando conocimiento y consensos que nos ayuden a gestionar mejor las pandemias venideras.
La creciente evidencia científica indica un número cada vez mayor de especies animales afectadas por el SARS-CoV-2. ¿Qué debe cambiar para que la salud humana y animal dejen de ser entendidas como dos esferas independientes?
Hace muchas décadas que desde las estructuras de salud pública siendo conocedoras de que esta conexión era más que evidente en algunas enfermedades transmisibles, trabajamos conjuntamente con las estructuras de sanidad animal en el ámbito de la prevención y la protección de la salud, y ese trabajo conjunto ha llevado a una mínima incidencia a enfermedades que en determinadas zonas de nuestro país eran endémicas y suponían una carga importante de enfermedad, recordemos la brucelosis, la hidatidosis, el carbunco y un largo etcétera.
Recientemente SESA se ha incorporado a la Plataforma One Health España que se ha creado con carácter interdisciplinar e intersectorial para abordar la salud de manera integral y que los efectos del cambio climático, la pérdida de diversidad, los nuevos hábitos de consumo, comercio, urbanismo, movilidad, etc. no acaben alterando de manera definitiva la salud del planeta.
Para SESA esta Plataforma proporciona un escenario de entendimiento, coordinación y comunicación para contribuir a mejorar los resultados en salud pública desde una mirada integradora desde el punto de vista de la salud humana, la salud animal y la salud ambiental.
La pandemia nos ha dejado muchos aprendizajes como la necesidad de un cambio de mentalidad a la hora de afrontar las epidemias, pasando de un concepto de exterminio de los patógenos y virus hacia una mentalidad más ecológica fundamentada en la prevención y evitar que se llegue a la situación vivida. ¿Es esto posible? ¿Qué debería cambiar?
Hay que planificar para en el futuro, tener a punto respuestas eficientes ante las diferentes amenazas que puedan presentarse. Para ello debería evaluarse qué podíamos haber hecho mejor, en qué hemos fracasado para no volver a repetirlo y en qué hemos acertado para potenciar su capacidad de acción en el futuro.
"No solo es necesario exigir a nuestros dirigentes que se pongan manos a la obra, como ciudadanos de manera individual también somos responsables de nuestro presente y nuestro futuro"
La Covid-19 nos ha llegado en un momento de debilidad de nuestro sistema sanitario con déficit estructurales consolidados desde años atrás, tanto en la asistencia sanitaria como en las estructuras de salud pública o en la capacidad investigadora que tan necesarias han sido para la gestión de la pandemia.
Nuestros gobiernos deben evaluar para tomar decisiones que aborden estos serios problemas. Es necesario introducir el concepto de Salud en Todas las Políticas, la pandemia ha puesto de manifiesto cómo la enfermedad no ha afectado por igual en todos los estratos sociales, cómo los determinantes sociales de la salud han vuelto a ser claves de nuevo y cómo ha afectado mucho más en las clases más desfavorecidas aumentando la brecha social ante la salud.
Hay que llevar políticas activas con vista a la salud desde entidades diferentes a las sanitarias: vivienda, urbanismo, empleo, educación, transporte y movilidad, comercio, etc. Habrá que incluir todos estos aspectos en los planes de actuación que se definan si queremos abordar mejor los futuros retos en salud pública.
¿Son la ecología y la educación sanitaria los conceptos fundamentales sobre los que deberían sustentarse los aprendizajes que se supone hemos adquirido con la pandemia?
Hemos hablado en la entrevista de cambio climático, biodiversidad, sostenibilidad, zoonosis,... todos ellos están influidos de manera determinante por la actividad humana, la influencia de la población sobre el medio y el equilibrio de los ecosistemas es determinante. De cómo actuemos todos y cada uno de nosotros como individuo también va a depender el estado de situación.
Por eso es tan importante la educación para la salud, el proporcionar a la población los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para proteger su salud y para que sus opciones más fáciles sean siempre las más saludables.
No solo es necesario exigir a nuestros dirigentes que se pongan manos a la obra, como ciudadanos de manera individual también somos responsables de nuestro presente y nuestro futuro.