Hasta 9 de cada 10 pacientes de Medicina Interna presentan algún factor de riesgo vascular. La diabetes, la obesidad, las dislipemias o la hipertensión arterial son factores de riesgo vascular. El control de estos elementos podría evitar el 80% de los casos de ictus que hay en nuestro país y gran parte de los casos de insuficiencia cardíaca, así como otras enfermedades vasculares presentes. Sin embargo, cerca de la mitad de los pacientes en Medicina Interna ya tienen una enfermedad vascular establecida. Estas son las conclusiones del estudio 'MICARE' que se pusó en común en la XVIII Reunión de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El evento ha reunido a más de 130 médicos internistas que han abordado los factores de riesgo vascular, el manejo de los pacientes, o la prescripción de dieta o ejercicio. La inauguración ha estado a cargo del presidente de SEMI, el Dr. Jesús Díez Manglano; del Dr. José Luis Bianchi, presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Interna (SADEMI), y del Dr. Luis Castilla Guerra, coordinador del grupo de trabajo de Riesgo Vascular de la SEMI.
"Están cambiando los esquemas de tratamiento de nuestros pacientes"
Entre las investigaciones presentadas, se ha destacado el registro el NONAVASC 2. Los datos, recopilados por el grupo de Riesgo Vascular de la SEMI, recogen la historia de más de 1.000 nonagenarios con enfermedad cardiovascular establecida, para saber cómo se tratan estos pacientes, ver su perfil clínico y saber si la edad está condicionando el tratamiento de los mismos.
INNOVACIÓN EN EL TRATAMIENTO
Porque en los últimos años se ha avanzado mucho en los tratamientos. "Están cambiando los esquemas de tratamiento de nuestros pacientes, como la semaglutida, análogo del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), en el paciente diabético obeso; o el ácido bempedoico en los pacientes con intolerancia a las estatinas”, ha indicado el Dr. Luis Castilla, coordinador del grupo de trabajo de Riesgo Vascular de la SEMI.
En los últimos años, ha explicado el experto, se han desarrollado nuevas moléculas y fármacos en la esfera cardiovascular como "el vericiguat, un estimulador oral de la guanilato ciclasa soluble, en pacientes con insuficiencia cardiaca y fracción de eyección reducida, o el inclisirán, primera terapia ARN de interferencia pequeño (ARNip) de su clase que reduce la síntesis hepática de PCSK9 para la reducción y control del colesterol-LDL”.
También se ha desarrollado unas técnicas avanzadas que permiten tratar la hipertensión arterial, como es "la denervación renal, presentándose nuevos resultados en pacientes con mal control tensional, o con otras técnicas como la estimulación de barorreceptores carotideo