Dejar de fumar, hacer más ejercicio o cambiar su alimentación son algunos de los consejos recurrentes que los profesionales sanitarios aconsejan a sus pacientes para mejorar su salud. Recomendaciones que no siempre ponen en práctica los receptores. Así lo han demostrado investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) que señalan que no hay pruebas de que los pacientes cambien realmente su estilo de vida después de recibir estos consejos.
"A menudo faltan investigaciones que demuestren que el asesoramiento a los pacientes sea eficaz. Es probable que los consejos rara vez ayuden realmente a las personas", sostiene la autora principal del estudio y profesora asociada de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo y médica de cabecera del Centro de Salud de Herrestad en Uddevalla, Minna Johansson.
El estudio, publicado en 'Annals of Internal Medicine', fue realizado por un equipo internacional de investigadores. Anteriormente, analizaron las recomendaciones médicas del Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) en el Reino Unido. Esta organización está detrás de 379 recomendaciones de consejos e intervenciones que los profesionales sanitarios deberían dar a los pacientes, con el objetivo de cambiar su estilo de vida.
Solo el 3% de los casos estudiados demostraron con estudios que el consejo tiene efectos positivos en la práctica
Así, en solo el tres por ciento de los casos estudiados había estudios científicos que demostraban que el consejo tiene efectos positivos en la práctica. Un 13 por ciento más de estos consejos tenían alguna evidencia, pero con poca certeza. Los investigadores también revisaron pautas adicionales de otras instituciones influyentes de todo el mundo y descubrieron que estas a menudo sobreestiman el impacto positivo del consejo y rara vez tienen en cuenta las desventajas.
"Intentar mejorar la salud pública dando consejos sobre el estilo de vida a una persona a la vez es costoso e ineficaz. Probablemente los recursos se gastarían mejor en intervenciones basadas en la comunidad que faciliten que todos vivamos vidas saludables", afirma Minna Johansson, quien también cree que el consejo podría aumentar la estigmatización de las personas con, por ejemplo, obesidad.
Además, los profesionales sanitarios de hoy no podrían dar todos los consejos recomendados mientras mantienen otros cuidados. Los cálculos de los investigadores muestran que en el Reino Unido, por ejemplo, sería necesario contratar cinco veces más enfermeras, en comparación con los niveles actuales, para hacer frente a la tarea.
El estudio también presenta una nueva directriz para ayudar a los responsables de las políticas y a los autores de las directrices a considerar los pros y los contras de la intervención de forma estructurada antes de decidir si recomendarla o no.